A lo largo de los años, la percepción de la sexualidad ha ido cambiando. Su importancia, su significado, la diferencia entre sexualidad femenina y masculina, su relación o no con la reproducción… En este artículo, Daphne Christofides hace un repaso sobre la evolución histórica del placer femenino y algunas pinceladas para que mejores tu sexualidad.
Daphne Christofides es psicoterapeuta, sexóloga y terapeuta de parejas. Además, dirige talleres sobre sexualidad, centrados especialmente la sexualidad femenina.
La verdad es que, hace mucho tiempo, la sexualidad era mucho más sagrada, poniendo más enfoque en la mujer y en el placer femenino. Esto se ha ido perdiendo y llegó a un nivel tan pésimo, donde las propias mujeres no saben las capacidades que tienen, no se les educa sobre su propio placer y derechos humanos para poder reclamarlos. Llega a niveles donde se abusa de ellas, de esta entidad tan valiosa, que tanto poder tiene que hasta puede generar vidas. El concepto de crear vida dentro de un cuerpo es realmente mágico si paras a pensarlo y a darle la importancia que tiene.
A causa de esta involución, muchas mujeres crecen sin saber nada sobre su placer sexual, sobre su propia anatomía, sobre cómo disfrutar de su sexualidad. Yo también fui una de ellas, y a través de mi propia experiencia y crecimiento he aprendido muchísimo y he llegado a un punto donde ahora quiero compartir este conocimiento y ayudar a muchas mujeres a tener una experiencia mejor, a conectar con su sexualidad, pero también ayudar a muchos hombres, a educarlos de cómo pueden gozar de su sexualidad en igualdad con la mujer y como así su experiencia conjunta será mucho más satisfactoria.
Un Poco de Historia…
Empezamos por el Tantra, nacido en India, de 6000 años de antigüedad (aunque hay pruebas que puede enseñar hasta 30,000 atrás), con símbolos en las paredes de las cuevas de vulvas poderosas y rituales representando a la mujer como una entidad mágica y sexual. En el Tantra el sexo se usa con la finalización de conectar a un nivel energético, para alcanzar cosas concretas, para iluminarse y transcenderse.
El Taoísmo, nacido en China en el siglo VI A.C., creía que el sexo representaba una unión de energías que a través del gozo se podía conseguir y mantener una buena salud y mayor longevidad. Para ellos era muy importante no perder los fluidos del cuerpo, sea el semen o la sangre (el ¨Jing¨), eran sagrados, y por lo tanto la mujer tenía una posición privilegiada en el sexo, primero por tener el poder de crear vida, y porque no se preocupaba de perder su ¨Jing¨ durante las relaciones sexuales sino solo de disfrutar del acto sexual.
Sin embargo, con la evolución de la sociedad, llegamos a tiempos donde el placer femenino dejó de importar, pensando que no era necesario para la procreación. Se llegaron a llamar ¨histéricas¨ a algunas mujeres, cuando en realidad la causa era insatisfacción sexual. Cuando más poder llegaba a tener el hombre, por poder físico, menos se consideraba la mujer, hasta llegar a casi anular su existencia o minimizarla a solamente estar allí para la satisfacción y el cuidado del hombre. Qué gran y triste diferencia de percepción de la vida. Este cambio no solo ha apartado el placer femenino pero también ha dado una percepción muy errónea de lo que es el sexo y el placer mutuo a todo el mundo, y además ha puesto más presión sobre el hombre en ciertas ocasiones, sobre cómo tiene que actuar y rendir durante el sexo.
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La falta de Educación Sexual
Hoy en día la educación sexual está en buen camino, con muchos profesionales compartiendo lo que sería una educación sexual sana y apropiada. Es lenta la mejoría pero sigue hacia delante. Dicho esto, se tiene que reconocer que para varias generaciones anteriores, y sigue pasando hoy en día todavía, la educación sexual que reciben tanto los jóvenes como los adultos se basa en la pornografía.
No creo que mirar porno sea malo, es un estímulo que puede causar mucha excitación sexual y hasta se puede aprender alguna cosa quizá sobre lo que nos gusta hacer y lo que no, o darnos ideas de lo que podríamos probar para descubrir nuevas experiencias sexuales. Aquí viene el gran PERO. Pero, el problema está en que no ha habido una correcta educación sexual para acompañar la existencia del porno.
La Educación del Porno
Para educar lo que realmente es el porno y lo que es el sexo en la realidad. También el porno está evolucionando, y ahora hay algunas, aunque pocas, opciones de porno enfocado en el placer femenino. Sin embargo, el porno ¨tradicional¨, por decirlo de alguna manera, enseña varios conceptos muy equivocados. Representa la mujer en una posición sumisa, como un objeto sexual, con un enorme enfoque en la penetración como única fuente de placer, y enseñando que eso es lo que gusta según los gemidos de las actrices, esos son los cuerpos más atractivos, esos son los genitales más atractivos (tanto para hombres como para mujeres), esas son las posiciones sexuales que se tienen que hacer, pocas veces se ve a la mujer tener un orgasmo, pocas veces se ve la cara del hombre, mayoritariamente se enseña sexo heterosexual, y muchos más.
Podría continuar, pero creo que nos entendemos. ¿Te sientes identificado/a con estas frases? ¡Todas estas creencias ponen una enorme presión sobre todos! Las mujeres tienen que actuar de una manera para sentirse atractivas y para complacer a los hombres, y los hombres tienen que actuar de cierta manera para parecer buenos folladores, tienen que quererlo siempre etc.
¿Qué pasa con el concepto de la intimidad? ¿La conexión? ¿El placer, aunque sea sin ningún compromiso pero sin expectativas tampoco?
¿Cómo cambiamos?
Primero de todo se tiene que enfocar en uno mismo, educarse bien, explorar su cuerpo, descubrir lo que a uno le gusta y lo que no. Esto se puede lograr buscando ayuda de un profesional, leer libros educativos, asistir a talleres de sexualidad, hablar más sobre nuestras experiencias y aprender uno al otro.
Además, es importante dedicar tiempo a explorarse a uno mismo, a masturbarse de manera consciente quitando el objetivo del orgasmo, explorando las sensaciones que cada tacto diferente provoca. Tenemos que saber más sobre lo que nos gusta para poder pedirlo de nuestras parejas también, guiarles y enseñarles lo que nos excita.
¡Aprender a pedir lo que necesitas!
¡Si no lo saben no nos lo pueden dar! Creo que eso es especialmente importante para las mujeres por varias razones. Primero porque por muchos años, y hoy en día aún sigue en ciertas personas, existe una percepción de la masturbación femenina como algo malo, sucio, asqueroso o hasta promiscuo.
Por otro lado, puede parecer un poco tonto, pero las personas con pene tienen sus genitales hacia fuera entonces es más fácil explorarlas, jugar con ellas, tocarlas. Las personas con vulva no. Entonces entre el estigma de ser algo malo y el hecho de tener que poner los dedos dentro y mirar con un espejo para explorar más, lo puede hacer más difícil de conseguir y de querer descubrir mejor para muchas personas. Por estas mismas razones creo que es algo vital explorar a esa parte de nuestro cuerpo… ¡Como exploraríamos nuestra oreja! Especialmente si está tan relacionada con el placer.
Por último se puede explorar en pareja también, sobre todo enfocándose en la comunicación, el consentimiento y la curiosidad. Disfrutar de la experiencia con la única finalidad de pasárselo bien, reír, descubrir y sentir placer de muchas maneras diferentes (de la risa, de varios tipos de tacto, de estimulación de varias partes del cuerpo, de la intimidad, del rato que dedicáis a la relación…).
Mi propia experiencia
¡Aprender más sobre mi sexualidad me cambió la vida!
- Aprendí más sobre mi propia anatomía.
- Entendí cómo funciona el cuerpo femenino y cómo hay diferencias entre los ciclos de respuesta sexual masculina y femenina.
- Descubrí que la penetración no es la forma más fácil de llegar al orgasmo para las personas con vulva.
- Me di cuenta de que el orgasmo no tiene por qué ser el objetivo principal en el sexo.
- El sexo es mucho más que penetración.
- Me prioricé a mí misma.
- Pasé por un proceso de sanación con mi cuerpo.
- Pude explorar, y todavía lo hago, lo que me gusta y lo que no me gusta.
- Experimenté.
- Empecé a tomar mejores decisiones sobre las personas que escogía para experimentar.
- Aprendí a valorarme y actuar en consecuencia.
- Empecé a poner límites.
- Perseguí lo que quería y sabía que me merecía.
- ¡Finalmente empecé a sentir más y más placer!
Por eso he creado dos talleres sobre la Sexualidad Femenina, para ofrecer educación sobre el placer femenino que yo nunca tuve y promover una satisfacción sexual mayor. De momento estos talleres están enfocados solo para mujeres, por la única razón de que creo que como la sexualidad masculina ha sido mucho más aceptada y vista, la sexualidad femenina es la que ha sufrido más, ha sido más escondida y siento que las propias mujeres tienen que saber primero lo que ellas quieren, necesitan y son capaces de lograr, para poder pedirlo y guiar a los demás para dárselo. Más adelante me gustaría tener talleres con hombres para evolucionar su sexualidad, normalizarla, y educarles también sobre la sexualidad femenina.
¿Cuáles crees que son los mitos alrededor de tu sexualidad? ¿Dónde te educas sobre placer? ¿Crees que el porno te ha afectado negativamente? ¡Comparte tu experiencia en el foro!
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