¿Es posible que el deseo se mantenga vivo durante años, en una relación de pareja? ¿Qué debemos hacer si no queremos caer en la monotonía o en la rutina sexual? ¿Es posible seguir anhelándonos como el primer día? Estas son algunas de las preguntas que hice a un sexólogo y, sus respuestas, deberían ser lectura obligatoria para todas las parejas.
Por Cecilia Bizzotto
Con las ilustraciones de Martina Matencio.
Si, sí, al principio follábamos como locos… Pero, poco a poco la llama se fue apagando.
¡Cuántas veces he oído esta frase! Y qué manía con la llama. ¿Se apagan las llamas? ¿Se apagan todas las llamas? ¿Hay alguna manera de mantenerla encendida “para siempre”?
Hace tiempo que rondan en mi cabeza algunas preguntas sobre el sexo y el deseo en las relaciones de pareja. ¿Es posible estar 10 o 15 años junto a una persona, y seguirla deseando como el primer día? ¿La libido se mantiene igual? ¿La piel del otro nos sigue apeteciendo de la misma manera? ¿Existe alguna manera de seguir follando y deseándonos como el primer día, año tras año? ¿Es verdad eso de que el enamoramiento se acaba a los 2 años (unos dicen menos, otros dicen más) y lo que viene después es rutina y aburrimiento?
Quise transmitirle mi mar de dudas a Sergio Fosela, sexólogo, sexcoach y escritor de novela erótica, y me encontré con respuestas maravillosas que me sacaron de mi naufragio. ¡Es posible tener una relación donde el deseo se mantenga como el primer día! ¡Hay herramientas y estrategias que podemos llevar a cabo para tener un sexo increíble tras años de vida en pareja! ¡Sí, hay esperanza para las relaciones, amigas y amigos!
La entrevista a Sergio fue una videollamada que grabé simplemente con objetivo de transcribirla. Sin embargo, la calidad de esa conversación improvisada fue, para mí, tan grande, que ambos decidimos publicarla para que no perdáis detalle (y porque Sergo me confesó que es un poco exhibicionista, así que dale el placer de verle).
La pereza sexual mata el deseo.
Según Sergio, hay tantas razones para caer en la rutina como parejas y eso es una de las cosas que él hace en consulta: revisar y detectar qué conductas han dado lugar a esa situación.
Sin embargo, Sergio destacó una razón común en muchos casos: lo que él llama la pereza sexual. Un error muy frecuente es que, como ya sabemos qué hacer para que nuestras parejas (y nosotras mismas) lleguemos al orgasmo, vamos directas al grano. "La búsqueda de ese placer termina por no ser tan placentero, vamos apagando el impulso sexual" dice Sergio.
En vez de regodearnos y explorar nuestros cuerpos, curiosear cada átomo de piel, jugar por jugar y darnos largos y jugosos besos, caemos siempre en las mismas practicas que sabemos que nos garantizan el clímax. Y, tras repetir la misma conducta una y otra vez, se nos empiezan a ir las ganas: sabemos perfectamente cómo será el encuentro antes de que se dé, no hay sorpresas. Al final: ¿Quién quiere acostarse día tras día, año tras año, con un Satisfayer con patas, por muy buen generador de orgasmos que sea?
Sí, se puede tener una pareja de larga duración sin caer en la rutina
Según Sergio, "Podríamos follar siempre en la misma postura haciendo la misma práctica toda la vida y estar súper felices, enamorados y desearnos a diario. No es lo que haces, es cómo lo haces."
Increíble… ¿Alguna vez habías oído una frase como esta? Porque, a mi juicio, todo lo que nos llega de la poca información sobre sexualidad que está a nuestro alcance (ejem… redes sociales) es que, para mantenernos con ganas, hay que innovar a tope, hacer todas las prácticas sexuales del mundo, probar las posturas del Kamasutra, abrir la relación sí o sí y, si todo lo anterior no funciona, tirarnos de un parapente mientras follamos.
Sin embargo, el sexólogo me dijo que el buen sexo no es acumular un montón de prácticas e innovar cada día más: "no necesito adrenalina, necesito excitación y deseo", en palabras de Sergio.
Ya entendí: Innovar está bien, está genial de hecho, claro que sí, pero eso no nos va a mantener el deseo vivo. Entonces… ¿Qué lo mantendrá?
¿Dónde está el “truqui” entonces? ¿Cómo evito que se apague la llama?
Dada esta apabullante sentencia de Sergio, me pregunto: si tenemos una relación nueva que está comenzando y todavía estamos con esa llama de pasión que hace que no queramos dejar de tocarnos… ¿Cómo conservar esa llama?
Sergio respondió que, para él, la comunicación es muy importante. Si no nos transmitimos el deseo que sentimos el uno por el otro, caemos en el conflicto. "¿Qué te gusta de tu pareja? Admíralo todos los días y díselo todos los días. Mantente conectada con esa persona y transmítele todo lo que te pone de su cuerpo, no sólo cuando tengas ganas de follar. De lo contrario, nos sentimos utilizados/as." Y es que muchas parejas sienten que sus compañerxs solo les besan, les dicen palabras de amor o les tocan cuando buscan sexo y, el resto del día, se mantienen desconectadas.
Hemos de trabajar la atracción que sentimos por la otra persona, hemos de repetírnoslo a nosotras mismas y transmitirlo para hacer sentir a la otra deseada y fomentar su deseo.
Una herramienta muy muy interesante para armonizar el deseo y que Sergio recomienda a las parejas que van a consulta, es que cuando tienes ganas de follar lo debes comunicar explícitamente. Y siempre que no se diga de forma expresa que se quiere tener sexo, no daremos por hecho que es lo que la otra persona está buscando.
Según cuenta el sexólogo, esto es especialmente importante para algunas mujeres que deciden no besar con pasión a sus parejas porque creen que, si lo hacen, estas van a querer coito. Quizá sólo quiero comerte la boca, quizá sólo tengo ganas de meterte mano o de restregarme contra ti… Pero eso no implica que quiera sexo y, menos, penetración. Sin embargo, como no quiero rechazarte, que pienses que te caliento "para nada" o que haya malos rollos, evito cualquier contacto erótico o cariñoso. Así que el especialista recomienda que tengamos claro que "todos los gestos y muestras de cariño, por muy genitales que puedan ser, no significan que quiero follar".
Y, en su experiencia, asumir esto implica un incremento de la libido porque nos liberamos de la presión, nos permitimos regodearnos en el cariño y el erotismo y, así, el deseo se incrementa. Vamos, que si te quitas la presión de que debes follar, al final acabas follando más. ¡Qué paradójico!
¡NO! Ya caímos en la monotonía. ¿Y ahora qué?
Si ya habéis detectado que caísteis en la rutina sexual porque se os apagó el deseo y os tenéis menos ganas, ya tenéis mucho ganado. Detectarlo no es fácil, muchas veces nos negamos a ver esa realidad porque es difícil de asumir, se concibe como un fracaso personal.
Para detectar esa caída en la rutina, hemos de analizar el deseo que sentimos día a día, no la frecuencia de encuentros sexuales o la cantidad de orgasmos que tengamos. "Tener un orgasmo todos los días no significa satisfacción sexual." Si te quedas con sensación de vacío o aburrimiento después de alcanzar el clímax, te falta el deseo, la llama, la excitación. Y es entonces cuando caíste en la monotonía.
Si ya tenemos una relación sexualmente monótona y estamos perdiendo el deseo: ¿Cómo podemos recuperar la llama? Espera… ¿Se puede?
Galería de fotos de Martina Matencio
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Sí, sí se puede, según Sergio Fosela, si en otras esferas de nuestra vida nos queremos, nos respetamos y hay atracción todavía por la otra persona. Deberíamos acudir a terapia, pues tendríamos que ver cada caso de forma concreta y saber cómo os estáis relacionando, cómo son vuestras relaciones y cómo eran antes de que se acabara vuestro deseo…
Si no sentimos deseo, debemos valorar si se trata de una pérdida de la atracción por la otra persona o que nuestra libido está baja. Si no tienes ganas de masturbarte, si no tienes ganas de acostarte con otras personas… Es que se te ha ido la libido, hay que trabajarlo y se puede recuperar.
Pero si resulta que no tengo ganas de follar con mi pareja, pero sí de masturbarme o estar con otras personas, es que hemos perdido la recompensa en la satisfacción sexual en el encuentro juntos. No tenemos ya un problema de deseo, sino de atracción. Hay algo que ha hecho que se rompa la admiración inicial que teníamos por la pareja.
Esto es más difícil de solucionar, pues no deja de ser características nuevas que adquiere la personalidad del otro, que ha cambiado, y que ya no nos gusta. Posiblemente hayamos cogido costumbres, gustos y preferencias diferentes. Quizá quiero mucho la persona que tengo al lado, pero ya no tengo esa afinidad, esa atracción.
Y esto es muy importante a la hora de abrir la relación. Cuenta el experto que, ante la pérdida del deseo y la atracción entre los miembros, muchas veces se toma como solución el follar con otras personas. Sin embargo, a su juicio, si nos abrimos sexualmente desde la necesidad de probar otros cuerpos, desde la carencia, algo falla. "Esa es la diferencia entre abrir la relación desde una pareja sana o desde una pareja con conflictos" dice.
¿A ti te ha servido? ¿Te sentiste representada en algo de lo que leíste u oíste en la entrevista? ¿Tienes recomendaciones para mantener o recuperar la llama en pareja? No sé a ti, pero a mi esta entrevista me sirvió muchísimo para no perder la fe en el amor y el deseo en las relaciones duraderas. ¡Cuéntanoslo en el foro!
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