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Hazte un mapa del placer

De cómo mi novio me contó que nunca le habían tocado el culo

En JOYclub hemos realizado un video explícito y supererótico con el que aprenderás a jugar con el cuerpo de tu pareja. Un video para reavivar la llama, para descubrir vuestros cuerpos, para empujar las fronteras del placer más allá de los genitales, para aprender comunicaros mejor… Y os pondrá cachondas (sí, garantizado). Y esta es mi reflexión sobre el video.

Por Cecilia Bizzotto

Un porno sin genitales y con mucha comunicación... ¡WTF!

Este artículo va de que a mi pareja hombre nunca le han tocado el culo. Sí, como lees. Este recuerdo es lo primero que me ha venido a la cabeza cuando he visto el citado video. En él, verás una hermosa y excitante escena en la que una mujer masajea con gusto las nalgas de un hombre. Lubrica sus manos, aprieta su glúteo con los dedos y hunde sus uñas en la piel de su trasero, provocándole lo que describe como "un placer que está en la frontera del dolor, pero un dolor que no molesta… que es agradable".

El video al completo, es una sesión en pareja de caricias y masajes por todo el cuerpo con el fin de explorar la sensorialidad completa de la piel. En él, verás cómo una mujer busca con sus manos cada recoveco de su compañero, para hacerle experimentar un sinfín de placeres diversos. Yo, por lo menos, nunca había visto una imagen así.

¿Y tú? ¿Has visto porno en el que el centro no sean los genitales? ¿En el que una mujer explore a su compañero con un cariño infinito y una comunicación constante? Raro me parecería que sí.

 

Atención: ¡contenido explícito!


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Un día, mi novio me explicó que nunca le habían tocado el culo

Pero te preguntarás: ¿Qué tiene que ver todo esto con el novio de Cecilia? ¿A qué viene el subtítulo de este artículo? (uf, qué raro se me hace usar la palabra “novio”... ¿Qué palabra usáis vosotras para describir vuestros vínculos?).

Un día, estábamos mi compañero y yo en el sofá, desnudas y poniéndonos cachondas. Yo, que soy muy de culos, se lo agarré con las manos bien abiertas y lo exprimí como si fuera un jugoso limón. Me regodeé en estas caricias bastante mientras nos comíamos a besos y lametones. En una de esas, se paró para comunicarme lo mucho que disfrutaba de que le tocaran el culo con gusto y reflexionó sobre que las parejas mujeres con las que ha tenido encuentros sexuales, nunca reparan en su culo. El culo masculino es, en ocasiones, un gran olvidado.

En la mayoría de sus encuentros sexuales, él solo era un pene.

Se nos ha enseñado (en el cine, en la televisión, en conversaciones con amigues, en el porno…) que el proceso natural del sexo es consta de: (1) besos con lengua, (2) un par de lamidas de tetas (lo único no genital a lo que se le presta atención) y (3) genitales. Y si cuando llegamos a los genitales, las personas con vulva recibimos una buena comida de coño, genial. Pero lo normal va a ser que tú se la comas a él.

(Ojo, este proceder no es culpa ni responsabilidad en exclusiva de ellos. Todas, todes y todos hemos aprendido que el sexo es así y lo reproducimos.)

En el momento de la penetración (que siempre lo ha de haber para que podamos hablar de sexo, si no solo son preliminares… nótese la ironía), es posible que como mujer recibas alguna cachetada (que igual no has consensuado) y algún apretón en el culo, unido a algún piropo sobre su redondez o algo parecido.

En todo ese proceso, el cuerpo femenino se verá reducido a “tetas + culo + vulva” y el masculino... a un pene. ¡Pero chicos, de verdad que no os preocupéis por la erección o el tamaño!

Eso, de hecho, es lo que le pasaba a mi pareja. Que su culo rara vez había sido centro de atención. Pocos mordiscos, apretones, lamidas y arañazos habían experimentado sus hermosas nalgas. Y esto lo podemos extrapolar a todo su cuerpo. En la mayoría de sus encuentros sexuales, él solo era un pene.

 

Eres más que un pene o una vulva

Y porque sé que tú, tengas pene o vulva, seguro que has vivido lo mismo, no me canso de recordártelo: eres más que tus genitales. Tu cuerpo es casi enteramente piel, un órgano sensorial gigante que puedes estimular de un millón de maneras y sentir infinito placer.
Que sí, que ya sé que en el clítoris y en el glande tienes un montón de terminaciones nerviosas y que si buscas un orgasmo rápido, lo más fácil es ir allá. Ya sé que el mercado está lleno de juguetes eróticos increíbles con los que estimularte tus genitales de muchas maneras distintas y correrte en segundos.

Pero, la realidad, es que si despiertas el cuerpo de su letargo diario (reconócelo, el 99% del tiempo te olvidas de él) puedes alcanzar clímax muchos más largos y más intensos.
Seguro que ya sabes que no es lo mismo el orgasmo que experimentas con una paja o un polvo rápido, que el que sientes cuando has recorrido cada recoveco de tu corporalidad, activando todas tus zonas erógenas. A esto es a lo que se le llama Slow Sex, aunque también se le podría llamar “dedicar-más-tiempo-a-follar-que-a-cagar”.

 

Tócate y tócale todo

Por ello, te propongo que hagas el ejercicio que has visto en el video. A solas o en pareja, puedes hacerlo cómo quieras (te sugiero probar ambas opciones si tienes oportunidad).
Date tiempo, apaga los móviles, pon música, velas, incienso o lo que te funcione, luz tenue… Y recréate en cada milímetro de tú o su piel, usa juguetes especializados o cosas que tengas por casa (plumas, el clásico masajeador de cabeza que venden en cualquier bazar, cremas corporales, frutas o verduras…). A mí me encanta añadirle al juego una venda en los ojos, para profundizar más intensamente en cada sensación… pero eso es cosa de cada cual.

Preocúpate por comunicar lo que sientes y buscar el feedback de la otra en todo momento, las palabras no sobran y son la mejor guía en el cuerpo ajeno

Si realizas este juego sensorial con el cuerpo de la otra persona, no te saltes el paso de compartir expectativas, áreas del cuerpo permitidas, límites y estado emocional…
Preocúpate por comunicar lo que sientes y buscar el feedback de la otra en todo momento, las palabras no sobran y son la mejor guía en el cuerpo ajeno.

Puedes usar tus manos y, si les apetece a las dos, la boca o el propio cuerpo como herramienta de masajes. Recuerda que no se trata de un masaje descontracturante, sino de una búsqueda de la sensorialidad para (auto)conocer el cuerpo.
Y, en caso de que queráis involucrar genitales, hacedlo al final cuando cada átomo de la epidermis haya sido explorada. Si hay orgasmo, créeme, será el mejor que hayas tenido.

Lo que aprendas en esta sesión de placer, te servirá para todas tus experiencias futuras. Hazlo, merece la pena.


¿Has probado este juego de mapeo del cuerpo? ¿El sexo para ti va más allá de los genitales? ¡Cuéntanoslo en el foro!

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