¿Dónde empezó todo esto del género hombre-mujer? ¿Cómo entendemos el travestismo a día de hoy? ¿Qué personajes históricos nos han abierto camino? ¿Quiénes han performado el género en las artes escénicas? ¿Qué diferencia hay entre el travestismo, el transformismo y el drag?
Por Rubén Antón
Soy Rubén Antón, retratista vectorial, investigadora y autoproclamada arqueóloga del travestismo. Desde hace seis años me dedico a recuperar la historia del travestismo bajo el paraguas de Drag is Burning, mi proyecto de memoria histórica LGTBIQA+, donde a través de mis exposiciones de arte, un podcast maravilloso y diversas intervenciones en televisión traigo al tiempo presente la existencia de personajes históricos con vidas increíbles y que no aparecen en los libros de historia.
El origen del género
Para resumirlo muy mucho os podría decir que gran parte de nuestros problemas de opresión llegan con la inquisición en el siglo XV, ese momento de la historia en el que la religión católica establece en el territorio español los roles de genero que entendemos como ‘hombres’ y ‘mujeres’ en nuestra sociedad, esa pareja hetero hegemónica que nos han vendido como ‘Adán y Eva’ y su función en la sociedad. Siendo Adán el macho, el que tiene la responsabilidad de mantener el modelo de familia hegemónica y aquella pobre Eva que misóginamente hablando está al servicio de Adán, siempre cuidadora, siempre dispuesta y siempre complaciente, que le asegura unos hijos sanos y bien educados a Adán que es el verdadero protagonista de la historia. De esta mierda de historia que no se corresponde con la realidad.
Orientación sexual, expresión de género e identidad
Comenzaremos separando tres conceptos clave sobre los que gira todo esto: La orientación sexual, la expresión de género y la identidad.
La orientación sexual sería lo que viene del corazón y los lazos afectivos de elección para emparejarse sexualmente hablando. Ser maricón, bollera, bisexual o pansexual. Lazos afectivos entre personas no heterosexuales que se corresponderían con la L, la G y la B del colectivo LGTBIQA+.
La expresión de género es lo que las personas parecemos ‘a simple vista’. Aquí entraría la pluma marica que sería la feminidad en los hombres y la pluma bollera que sería la masculinidad en las mujeres. Que no se nos olvide que todo lo que estamos planteando aquí siempre parte de lo binario, de aquel Adán con expresión de género masculina y de aquella Eva con expresión de género femenina como modelos hegemónicos a seguir.
Aquí es donde entraría el travestismo puro y duro, es decir, eres una cosa y pareces otra. ¿Por qué? Porque los hombres en esta sociedad se comportan y visten de una forma y las mujeres de otra que está aceptada y establecida como ‘la norma’. Porque hay ropa para hombres y ropa para mujeres.
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Y por último tenemos la identidad, el cómo te sientes y quien eres. Tu alma. Sin importar quién te gusta como pareja sexual o tus lazos afectivos de elección y sin importar lo que pareces, ya que nuestra expresión de género considero que está siempre en continua transición. ¿O es que acaso a los bebés no los distinguimos por azul y rosa? ¿Entonces qué pasa si, como dice la escritora e ilustradora Roberta Marrero, “naces siendo un bebe verde”? La identidad solo la puede establecer cada persona de forma individual, esto que quede bien claro.
Pararos a pensar un momento sobre la cantidad de combinaciones que podemos hacer solamente con estos tres conceptos. Pongamos el caso de una mujer, porque su identidad es mujer, pero que parece un hombre, porque su expresión de género es masculina, y le gustan tanto hombres como mujeres por tanto es bisexual o pansexual. Todo esto sin entrar en si esta persona tiene vulva, pene o genitales intersex. El ser humano no es tan básico y binario como nos quieren dar a entender.
La letra I del colectivo LGTBIQA+
Dicho esto, quiero dedicar este párrafo a las personas intersex, sí la letra I del colectivo LGTBIQA+. Esa letra olvidada en muchas ocasiones cuando se habla solo de LGTB que realmente plantea el verdadero paradigma del género y que es la evidencia física de que el género, al igual que el sexo, NO ES BINARIO. Planteado únicamente desde el tienes vulva = eres mujer y tienes pene = eres hombre. Desde aquí quiero enviar este mensaje a la comunidad intersex: GRACIAS POR EXISTIR. Sois una pieza clave para la abolición del género.
Personajes históricos en la historia del travestismo
Como cultura general me veo en la obligación de hacer justicia sobre cuatro personajes históricos de siglos pasados y de gran relevancia en mi investigación sobre el travestismo: Margarida Borràs, la referente trans más antigua de la que tenemos constancia en España, que fue ejecutada por travestismo en la Valencia del siglo XV por ser ‘un hombre’ que vestía y vivía como una mujer.
Eleno de Céspedes, cirujano trans mestizo, de madre morisca y padre granadino que vivió en el siglo XVI. Catalina de Erauso, que vivió como hombre en el siglo XVII y que publicó su autobiografía titulada ‘La Historia de la Monja Alférez’ y Sor Fernanda Fernández, monja capuchina del siglo XVIII que después de años de oficio religioso fue obligada vestir y vivir como hombre por sus genitales intersexuales.
Llegados a este punto en esta historia sobre el travestismo llegamos a finales del siglo XIX donde aparece Leopoldo Fregoli, padre del transformismo de origen italiano conocido a nivel internacional por hacer más de cien personajes en escena, tanto masculinos como femeninos y de distintas clases sociales. Hija artística del gran Fregoli tenemos a principios del siglo XX a Fátima Miris, también italiana y que representaba en escena personajes masculinos.
Margarida Borràs
Eleno de Céspedes
Catalina de Erauso
Transformismo, el arte de transformarse
Al final el transformismo es el arte de la transformación, EL ARTE DE TRANSFORMARSE. Y estos dos artistas eran especialistas en jugar con el género, con lo masculino y lo femenino, entre un público que los aplaudía y los entendía como magos del disfraz.
Este mismo ‘disfraz’ del transformismo fue el que se prohibió sin condiciones entrada la dictadura franquista en España, o la ocupación militar del territorio español como díria mi hermana artística Daniel Gasol, por tratarse el travestismo como algo inmoral y poco más que un peligro para la sociedad. Ya que dejaba de manifiesto la misoginia establecida en las clases sociales donde era un peligro público que una mujer se vistiese con ropaje masculino y pudiese acceder a lugares donde solo podían acceder los hombres y en el caso contrario que un hombre pudiese pasar desapercibido al vestirse como una mujer, que era poco más que NADA y ser invisible en aquella sociedad machista de mierda. Si queréis saber sobre las perrerías y las prohibiciones que nos perseguían, a toda la sociedad, que no se nos olvide, podéis buscar sobre la Ley de Vagos y Maleantes o la posterior Ley de Peligrosidad Social en Google.
Ya entrados en la mitad del siglo XX, allá por finales de la década de los cincuenta, aparecen en escena las primeras transformistas parisién que rompiendo con todo lo establecido deciden vivir veinticuatro horas como mujeres estableciendo un puente de conexión entre la expresión de género femenina que tenían sobre los escenarios y su identidad femenina en el día a día, convirtiéndose en los años sesenta en aquellas maravillosas super vedettes que recorrieron medio mundo mostrando sus artes y esa fantasía mal promocionada por la prensa sensacionalista que decía barbaridades como ‘antes era militar y ahora es una súper mujer’ o ‘antes se llamaba Manolo y ahora es Bibiana’.
Porque sí, el vedetismo y el transformismo son hermanos en las artes escénicas. Las vedettes son la hiperfeminidad sobre el escenario y los transformistas aquellos artistas que se pasan por el forro los roles de género y son capaces de ser los mejores imitadores de estrellas tanto masculinos como femeninos.
El travestismo de hoy
Para terminar este viaje y aterrizando en el tiempo presente, seiscientos años después de la ejecución en Valencia de Margarida Borràs por travesti, aparecen sobre los escenarios de las discotecas las denominadas Drag Queens. Un arte que llega a España de la mano de películas como Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994) de producción australiana o la copia norteamericana A Wong Foo, gracias por todo! Julie Newmar (1995). Criaturas de la noche y del underground que ponen nuevamente el género en cuestionamiento y que son capaces de generar una fantasía efímera que a día de hoy está rompiendo con todo lo establecido.
¿Por qué? Porque el género binario es una ordinariez y cada vez que se pone en duda se genera revuelo y controversia. Exploremos más nuestra feminidad y nuestra masculinidad. Transitemos entre lo masculino y lo femenino porque entre medias hay un montón de lugares increíbles donde habitar temporalmente o para toda la vida. Fluyamos entre estas dos energías del alma y del cuerpo sin límites. Seamos libres en el pensar y en el sentir. Y tengamos clara esta reflexión avalada por seis siglos de historia cuando pisemos las calles porque NO SOMOS MODERNAS, SOMOS MUCHO MÁS ANTIGUAS.
Pompon Manel Dalgo
Gilda Love Lady Braga
Vianor Mirco
Pirondello Pierrot
Leopoldo Fregoli
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