¿Cómo ligar con mujeres libres siendo hombre?

Seguro que alguna vez has visto el clásico influencer enseñando a los hombres heterosexuales a ligar con mujeres. Trucos y consejos que rara vez funcionan porque cada persona es un mundo y no puedes extrapolar tus “técnicas de seducción” a todas las chicas. Por eso, Raúl de @masculinidadesuversivas ha escrito este artículo sobre los conflictos más frecuentes para que aprendas a cortejar de forma respetuosa. ¡Sigue leyendo!

Por Raúl Macías

¿Quieres saber más sobre el autor?

Raúl Macías es divulgador de masculinidades y sexualidad bajo la cuenta @masculinidadsubversiva. En su cuenta encontrarás reflexiones, un podcast, talleres y hasta relatos eróticos. ¡Síguele!

¡Qué difícil es ligar siendo hombre!

Cuando escucho el relato de muchos hombres sobre la dificultad para acercarse hoy día a las mujeres, me vienen a la mente varias preguntas: ¿Qué es lo que incomoda realmente? ¿Incomoda el no poder utilizar las mismas formas de ligar de siempre o, por otro lado, lo que incomoda es sentir que esas formas ya no son aplaudidas o aceptadas sino rechazadas por parte de muchas mujeres? ¿Nos hemos parado a preguntar a esas mujeres a las que nuestra manera de ligar les ha generado malestar, qué es exactamente los que les genera malestar? ¿Nos importa realmente lo que sienten o simplemente esa incomodidad que vivimos al sentir ese rechazo, nos lleva únicamente a responsabilizarles a ellas sin plantearnos cuánto de responsabilidad de su malestar puede estar motivado en parte por nuestra forma de interaccionar y acercarnos a ellas?

Desde una perspectiva cishetero me genera mucha inquietud esta etapa en la que los hombres sentimos que las dinámicas relacionales han cambiado y más allá de intentar entender que este cambio es un hecho y que ya las cosas no son como siempre, ese malestar nos lleve a replegarnos en nuestro hacer las cosas “como se ha hecho toda la vida”.

La entrevista que hizo Cecilia Bizzotto a Raúl, creador de @masculinidadsubversiva

Es momento de desaprender

En un momento en el que las líneas que diferenciaban tan sesgadamente los roles se han desdibujado, quizá sea el momento de empezar a entender las relaciones, la sexualidad y el deseo desde otro lugar.

Un primer paso podría ser plantearnos que cada mujer es diferente y única, como también lo somos nosotros como hombres. Asumir que lo que me funciona con una, también me funcionará con la siguiente y así mismo será igual con todas las demás, es reducir las relaciones y las interacciones a una visión automatizada de los vínculos.

¡Conoce más a Raúl!

No te pierdas la entrevista al creador de @masculinidadsubversiva, disponible en este artículo y con ilustraciones de Álvaro Castro..

¿Cómo ligar si eres hombre hetero?

¿Cómo vamos a poder generar una vinculación única con esa mujer que queremos conocer, si utilizo las mismas estrategias de acercamiento y de seducción que ya he llevado a cabo con otras? ¿Tiene sentido reproducir lo mismo con una y con otra cuando realmente lo que tengo enfrente son personas distintas? ¿Acaso tenemos los mismos códigos relacionales con un amigo que con otro? ¿O somos capaces de ver a personas distintas, con necesidades diferentes, con las que entablar conexiones únicas?

Pues cuando entramos en el ámbito de lo relacional con mujeres es igual. Cada mujer que tenemos delante es diferente a cualquier otra mujer con la que nos hayamos o vayamos a relacionar a lo largo de nuestra vida.
El juego que me funciona con una, no me tiene porqué funcionar con otra, porque esa otra mujer tendrá otros gustos y otros deseos.

Pero es que no solo son únicas y excepcionales cada una de las mujeres del mundo, también lo somos nosotros. Cada sujeto está atravesado por miles de factores que le han construido como el sujeto que es hoy día, e incluso en el presente ese sujeto está en constante construcción de esa persona que es. No somos los mismos que éramos hace un año, ni seguramente hace un mes, pero es que hoy somos unos sujetos muy concretos que no seremos exactamente en el futuro.

Cada persona y cada vínculo es único

Con esto a lo que voy es que no solo son ellas las que son diferentes, sino que nosotros también lo somos, y cada vinculación que generamos en la vida es única e irrepetible, porque los códigos y el lenguaje lo construyen dos sujetos muy concretos que se encuentran en un momento determinado, por lo que es imposible que eso que hemos creado con una mujer, pueda trasladarse a lo que intentemos construir con otra.

Dicho esto, ¿Cómo vamos a pensar que mi forma de ligar y de entrar en una conversación siempre debe ser igual? ¿Acaso al otro lado no tenemos en cada ocasión una persona diferente?

Pensar que a todas las mujeres les gusta lo mismo, es no darles el valor como los sujetos únicos que son. Es no tener el mínimo interés en conocer sus deseos, sus gustos, sus necesidades. Es no tener ninguna gana de querer conocer la persona que está al otro lado.
Si nuestra forma de interaccionar y de ligar es la misma por defecto es muy probable que encontremos mujeres que les guste y otras que no. Y a la que no les gusta simplemente es que nuestras formas de encontrarnos no son las mismas.

¿Cómo ligar con “mujeres abiertas”?

Asumir que por el hecho de estar en espacios no monógamos, toda mujer ya de por si va a tener una predisposición a conocernos, es volver al principio.

Que a ellas les guste hablar de sexualidad, mostrarse como sujetos de deseo y follar, no es sinónimo de que quieran follar contigo o conmigo.

Las mujeres que subvierten las normas binarizadas en cuanto al lugar desde el que se posicionan en el deseo tomando la iniciativa y siendo proactivas no nos están lanzando señales para que cualquiera pueda acceder a su cuerpo. La libertad desde la que viven su erótica no conlleva que nuestra lectura sobre ello sea la de la apropiación de sus cuerpos ni de sus intimidades.

Ligar no es acosar

Ligar es una maravilla, pero ligar es muy diferente a acosar. En el momento en el que mi presencia genera incomodidad debería replantearme qué estoy haciendo. ¿Quiero realmente estar en un sitio en el que genero incomodidad? ¿Me estoy planteando cómo se siente la otra persona conmigo? ¿Le doy un mínimo de valor a su bienestar o solo estoy mirando por lo que yo quiero? ¿De verdad queremos generar un vínculo con alguien a quien ya de primeras le estamos dando menos valor que a nosotros mismos? ¿Qué tipo de relación transversal voy a crear con una persona de la que no importa si se siente mal? ¿Cómo vamos a desear compartir intimidad con alguien con quien no nos centramos en construir unos deseos compartidos y solo damos valor a nuestros deseos, menospreciando los suyos y los mutuos?

Ni yo estoy por encima, ni tú lo estás, lo que hace que una vinculación tenga éxito es el valor que se da a los deseos que juntxs decidimos compartir. Es la intimidad compartida la que nos lleva a conectarnos a través de los deseos que ambxs estamos alimentando.

Detrás de cada usuaria, hay una persona

Ver a la otra persona como un sujeto me permite darle tanto valor como el que me doy a mi, y por lo tanto si yo te doy valor me voy a preocupar y voy a hacer lo posible para que te sientas bien. Al verte como sujeto te humanizo y por lo tanto te asumo vulnerable, tan humana y vulnerable como lo soy yo. Y es esa vulnerabilidad compartida la que nos va a llevar a cuidarnos, porque ni yo te quiero hacerlo pasar mal, ni tu me lo quieres hacer pasar mal a mi.

Las aplicaciones de citas y las redes sociales nos pueden llevar desde la distancia virtual a deshumanizar muy fácilmente y a imponer nuestra forma de estar en el mundo, pero es muy difícil crear vínculos deseados si no vemos a la persona con la que queremos vincular desde la horizontalidad. Es imposible establecer relaciones transversales si nos posicionamos desde el poder pasando por encima de los deseos de la otra persona.

A ti te puede gustar ligar como tu consideres, pero si tu forma de ligar es la de poner tu deseo en el centro y no das valor al deseo de la otra persona, no solo no estás dando valor a sus deseos, sino que no le estás dando valor como persona.
Es importante que entendamos que las relaciones las construyen personas que, entre sí, se reconocen como sujetos. Si objetualizamos a una persona, no solo le estamos quitando su condición de sujeto, sino que además deshumanizarla nos va a ser mucho más fácil y por lo tanto no nos vamos a tener que responsabilizar del posible malestar que le podamos provocar.

¿Cómo es para ti ligar en el siglo XXI? ¿Cómo ligas siendo hombre y hetero? ¿Te han servido estos consejos? ¡Te leemos en el foro!

¿Ya conoces JOYclub?