Quizá todos en algún momento de nuestra vida amorosa hemos pensado en abrir la relación, en muchas ocasiones como forma de solucionar problemas de pareja o en la búsqueda de la fórmula secreta para una relación feliz y duradera, porque se lo escuchamos a alguien que parece funcionarle muy bien o porque hemos leído algún artículo por ahí que dice que la monogamia es una ilusión y que es imposible.
Entonces, ¿Quieres abrir tu relación por miedo? O ¿por qué de verdad quieres pensar en otros modelos relacionales? ¿Sabes realmente qué es una relación abierta?
Por Jimena Gembuel de S de Sexologos
Jimena Gembuel, psicóloga y sexóloga, especialista en sexualidad y parejas, cofundadora de S de Sexólogos, una empresa conformada por 5 profesionales en Sexología que quieren promover el bienestar y la educación sexual de forma online, a través de asesorías individuales y de parejas, talleres digitales y presenciales en la provincia de Andalucía, así como conferencias a nivel nacional e internacional.
¿Qué es una relación abierta?
En una relación abierta, las parejas pueden tener múltiples relaciones sexuales o emocionales al mismo tiempo, siempre y cuando se respeten ciertas reglas y límites acordados previamente. Estos límites pueden incluir la comunicación abierta y honesta, la protección contra enfermedades de transmisión sexual y el respeto hacia los sentimientos de la pareja principal.
¿Es lo mismo que una infidelidad?
Es importante destacar que una relación abierta no es lo mismo que la infidelidad o la traición. En una relación abierta, ambos miembros de la pareja han acordado y consensuado la no exclusividad, mientras que en la infidelidad o traición hay una violación de la confianza y los acuerdos previamente establecidos.
¿Está bien abrir la relación para “no perder a tu pareja”?
La motivación debe surgir del deseo, no de la imposición. En consulta hemos tenido casos de personas que nos dicen: “Mi pareja quiere abrir la relación, pero yo no estoy seguro/a, me da miedo que si no lo hago le voy a perder”. O “la infidelidad siempre está ahí, entonces mejor así para que estemos claros, igual va a pasar.”
En ambos casos, lo que está motivando a la persona a entrar en este modelo relacional es el miedo. Y, cuando nos dejamos llevar por el miedo, es posible que terminemos sintiendo que hemos traicionado nuestros propios valores por complacer a otra persona o por temor a enfrentar la realidad y el desafío que implica asumir compromisos relacionales en pareja.
Razones por las que SÍ tener una relación abierta
Entonces: ¿cuáles podrían ser unos indicadores más certeros y sanos? Hazte las siguientes preguntas:
- ¿La idea de compartir sexual o afectivamente con varias personas es atractiva para ti?
- ¿Quieres a tu pareja, pero al mismo tiempo te gustaría darte la oportunidad de experimentar sexualmente con más personas y estarías dispuesto también a darle esta posibilidad a tu pareja?
- ¿Has intentado sostener relaciones monógamas en el pasado y te ha costado mucho, no te has sentido tan cómodo sosteniendo un único vínculo durante mucho tiempo o has terminado siendo infiel o desleal?
Si tus respuestas a estas preguntas apuntan al SÍ, es probable que puedas empezar a considerar relaciones de pareja no monógamas, por ejemplo, una relación abierta.
Acuerdos previos a la no-monogamia
Los acuerdos previos para una relación abierta deben ser establecidos de manera clara y consensuada entre todas las partes involucradas. Algunos puntos que se podrían incluir en los acuerdos podrían ser:
- Límites: La respuesta a la pregunta: “¿Qué está permitido y qué no?” en relaciones fuera de la pareja. Cuanto más específico sean, mejor. Algunas parejas podrían decidir que sólo se permiten relaciones sexuales con otras personas, mientras que otras podrían estar abiertas a relaciones emocionales también. Y antes de nada, preguntaros: “¿Qué entiendes tú por sexual y por emocional? ¿Cuál es la diferencia para ti?” No asumas que entendéis lo mismo por ciertos conceptos, sino definid qué es para cada uno. También se podrían establecer límites en cuanto a la frecuencia y el tipo de relación que se permiten.
- Comunicación: establecer la importancia de una comunicación abierta y honesta entre las partes involucradas. Discutir sobre cómo se sentirían cómodos compartiendo información sobre otras relaciones que estén teniendo. “¿Quiero saber o no quiero saber? ¿Quiero contar o no quiero contar? ¿Cómo me estoy sintiendo mientras lo hablamos y cómo me voy sintiendo a medida que empieza a pasar?”
- Protección: establecer claramente cómo se manejará la protección contra infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no deseados. Por ejemplo: uso de condón y barreras de látex en todas las prácticas, analíticas cada determinado tiempo, etc.
- Responsabilidad emocional: establecer la importancia de respetar los sentimientos de la pareja principal, incluyendo sus necesidades emocionales y físicas. Escuchar las necesidades de la pareja, la gestión de los celos, ser asertivo a la hora de comunicar, respetar los acuerdos…
Es importante tener en cuenta que los acuerdos previos no son definitivos y pueden ser ajustados o reevaluados a medida que la relación evoluciona. La comunicación abierta y la honestidad son clave para mantener una relación abierta saludable.
Los acuerdos no son algo escrito en piedra y debemos ser flexibles para ir replanteando cosas que a medida que van surgiendo. Nunca se van a poder tener contemplados todos los factores, se toman decisiones con la información que se tiene en el momento pero se van ajustando de acuerdo a la experiencia de cada uno y tomando las mejores decisiones para la pareja.
¿En qué momento es más conveniente abrir la relación?
No hay una respuesta única o una regla general sobre el momento en que una relación debería ser abierta. Es una decisión muy personal que depende de cada pareja y su situación.
En general, abrir una relación requiere un alto grado de confianza y comunicación entre las partes involucradas, así como una buena comprensión de las necesidades y deseos de cada uno. Si estas bases no están establecidas, abrir la relación puede poner en peligro la relación.
Además, abrir una relación no es una solución para problemas en la relación existente. Si hay problemas en la relación principal, es importante trabajar en ellos antes de considerar abrir la relación.
Algunos posibles momentos en que las parejas podrían considerar abrir la relación pueden ser después de muchos años juntos y la necesidad de una variedad en la vida sexual, o cuando uno o ambos miembros de la pareja tienen fuertes deseos de explorar relaciones con otras personas, pero desean mantener la relación principal. De igual forma si se desea establecer este tipo de relación desde el inicio también deben tenerse en cuenta los mismos criterios: comunicación clara sobre expectativas, motivaciones y acuerdos.
En última instancia, es importante que todas las partes involucradas se sientan cómodas y seguras con la decisión de abrir la relación y estén dispuestas a trabajar juntas para establecer límites y acuerdos claros.
Esperamos que este artículo te haya aportado si es que estás considerando este modelo relacional. No dudes en contactarnos si necesitas acompañamiento en dificultades sexuales, emocionales o relacionales. Somos un equipo de 5 expertos en Sexología y nos puedes encontrar en @sdesexologos o a nuestro correo: consdesexologos@gmail.com
Con cariño,
Jimena Gembuel
Sexóloga
S de Sexólogos
Profesionales cuidando tu bienestar
¿Qué pasos seguiste tú cuando abriste tu relación de pareja? ¿Qué consejos darías a los más novatos en el mundo de las no-monogamias? ¡Comparte en el foro!
¿Ya conoces JOYclub?
¡Ingresa en nuestra exclusiva comunidad y disfruta de tu deseo!
En JOYclub te espera una gran comunidad que te ayudarán con consejos fascinantes que cambiarán completamente tu vida sexual. NO importa si eres hombre, mujer, trans, soltero o pareja - ¡vive tus fantasías con JOYclub! ¡Te estamos esperando!
Entra gratuitamente en JOYclub