Si has llegado hasta JOYclub es porque buscas desaprender lo que te han enseñado sobre sexo y amor. Sin embargo, el mundo liberal es vasto y está lleno de etiquetas entre las que uno se puede perder. Sin que sirvan para encasillarnos, las etiquetas pueden orientarnos para no naufragar en este ambiente.
Por Cecilia Bizzotto
Las preguntas de los neófitos
Cuando llevas mucho tiempo hablando de sexualidad con gente liberal, acabas olvidándote de cómo es el mundo "ahí fuera". Por eso, me fue muy bien disfrutar de una charla "buenrollista" con Víctor Parrado, un humorista desconocedor del mundo liberal con el que repasé algunos puntos básicos de este estilo de vida.
¿Cuál es la diferencia entre ser liberal y ser swinger? ¿Existe la fidelidad en las relaciones liberales? ¿Por dónde empieza uno a abrir su sexualidad? Estas son algunas de las preguntas que me hicieron los espectadores durante una charla de dos horas.
Nuestra emisión albergó todo tipo de espectadores, aunque principalmente el público era gente inexperta y curiosa que acudía con ganas de descubrir otra manera de entender las relaciones y el sexo.
En este artículo te resumo algunos puntos básicos del mundo liberal que deberías conocer tanto si empiezas desde cero como si ya tienes cierta experiencia.
¿Liberal o swinger?
Siempre se dice lo mismo: las etiquetas nos limitan, nos definen, nos encierran. Pero también nos ayudan a saber quiénes somos, qué queremos ser y qué no. En el caso que nos ocupa, saber qué posibles prácticas nos ofrece el mundo de la sexualidad liberal puede ser un alivio para muchos.
Partimos de la base de la monogamia. Ser monógamo implica exclusividad, tanto en lo afectivo como en lo sexual. Cuando hablamos de monogamia, siempre hablamos de fidelidad a un pacto (explícito o no) según el cual dos personas no sentirán amor en sentido romántico ni se acostarán con terceros. Por ello, si somos liberales, swingers, poliamorosos o cualquier otra variante de estas, no seremos monógamos en sentido estricto.
Sin embargo, hay parejas que deciden ser exclusivas sólo en el plano afectivo, abandonando la creencia de que amor y sexo son dos caras de un mismo binomio. Este tipo de parejas son liberales o swingers, en tanto que se otorgan exclusividad en lo relacional, pero abren su sexualidad más allá de la pareja.
Ahora, te estarás preguntando cuál es la diferencia entre ser swinger o ser liberal. Si bien no hay un diccionario oficial (aunque sí contamos con algunas definiciones como las de APLA Diccionario liberal) consideramos que las parejas swingers son aquellas que tienen sexo con terceros en presencia de ambos miembros. Sea el tipo de encuentro sexual que sea (tríos, orgías, gang-bangs o los clásicos intercambios de pareja), a él deberán acudir los dos miembros de la pareja para considerarla swinger, aunque acaben en habitaciones separadas. Como expresaron muy bien Hugo y María durante la charla, los swingers son "burbujas que juegan con otras burbujas".
Charla buenrollista entre Cecilia JOYCE y Víctor Parrado
En cambio, las parejas liberales son aquellas que acuerdan que no tendrán exclusividad sexual y que, por tanto, tendrán encuentros sexuales con terceros en los que no necesariamente estarán ambos miembros presentes. Es lo que comúnmente llamamos relaciones abiertas, si bien la diferencia es que los swingers y los liberales son partícipes de un estilo de vida, una forma de entender la sexualidad y las relaciones que va a asociada a una serie de códigos de conducta. En cambio, tener una relación abierta no implica necesariamente formar parte del mundo liberal.
Por último, hay personas que deciden abandonar la exclusividad afectiva pasándose directamente al terreno del poliamor. Cabe destacar que el poliamor es diferente a la polifidelidad, en la que tres o más personas se declaran exclusividad en términos monogámicos. Por ejemplo, en el caso de las archiconocidas "triejas", hay exclusividad sexual y afectiva entre tres personas, de la misma manera que la hay entre dos individuos en una relación tradicional.
En cambio, los poliamorosos abandonan totalmente la exclusividad sexual y afectiva. Hay dos tipos básicos: los poliamorosos jerárquicos y los no jerárquicos. Si soy poliamorosa jerárquica es porque tengo al menos un vínculo con una persona que será mi relación principal, a la que otorgaré más privilegios y bajo la cual quedan otros vínculos.
En el poliamor no jerárquico todos los vínculos son iguales, no hay nadie por encima de los demás. Sí que puedo establecer etiquetas a cada uno de mis vínculos, por ejemplo: con esta persona tengo un vínculo de carácter más erótico, amistoso, afectivo... Si practicamos la anarquía relacional, no estableceremos jerarquías ni utilizaremos etiquetas.
¿Fidelidad o lealtad?
A pesar de la ruptura de las exclusividades, ya sean amorosas o sexuales, los conceptos de fidelidad o lealtad se mantienen en el mundo liberal. Pero, ¿cuál es la diferencia entre elegir ser fiel o ser leal a tu pareja?
Si buscas en el diccionario, la palabra fidelidad y lealtad aparecerán como sinónimos. Entonces: ¿Por qué muchas parejas liberales prefieren ser leales a fieles? Porque el concepto de fidelidad nos habla de monogamia, nos habla de un compromiso adquirido que se cierne sobre nosotros, sometiéndonos, obligándonos. Ser fiel a una pareja es NO tener sexo con otra persona, punto. En cambio, la lealtad nos habla de acuerdos, de voluntad, de compromiso. Sea este el origen etimológico de la palabra o no, lo cierto es que ambos términos han adquirido connotaciones distintas con el tiempo.
Lo que es interesante de todo esto es la respuesta a una pregunta más que recurrente: ¿Es que acaso los liberales entienden de lealtad, normas, compromisos, tabús o límites? La respuesta es sí y mucho.
¿Conoces tus límites?
Tanto si estás en pareja como si eres single y quieres empezar a ser liberal, deberás tener muy claro dónde están tus límites. Una herramienta muy útil que podemos traer del mundo BDSM al liberal, es la "check list" de prácticas. Consiste en una lista en la que se enumera una por una la infinidad de prácticas existentes dentro del BDSM. Para cada uno de los ítems reflexionaremos y decidiremos si queremos ponerlo en práctica, si no estamos dispuestos a pasar esa frontera (límite duro) o si bajo ciertas condiciones podríamos planteárnoslo (límite blando).
Aunque no practiquemos el BDSM, la herramienta de las "check lists" es muy útil para la comunicación de la pareja y el autoconocimiento, dos puntos fundamentales que debemos trabajar en profundidad si queremos ser liberales o swingers.
Así que, si estáis empezando, coged papel y bolígrafo y hacer una lista de todas las prácticas o escenas sexuales y morbosas que se os ocurran. Para cada una de ellas, elegid la opción "sí", "quizás" o "no". Plantéate si te gustaría hacer un trío HMH o MHM, hacer un intercambio completo, que tu pareja tocara a una persona de su mismo sexo, si te parecen bien o no los besos en la boca con terceros, etc.
Los tabús siempre se pueden replantear, siempre puedes pasar del "no" al "quizás". Pero no habrá marcha atrás si pasamos por alto nuestros propios límites ni los de nuestra pareja. Respétate, respétala/o y respeta a las terceras personas que involucres en tus encuentros sexuales.
Esta es mi versión de los hechos. ¿Cuál es la tuya? Cuéntanoslo en el Foro.
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