En la actualidad, mucha gente considera que el vello corporal es más bien antiestético. Sin embargo, no son pocas las personas a las que les gusta el vello en el pecho, las piernas o las zonas íntimas, tanto en el propio cuerpo como en el de su pareja.
A menudo, estas personas valoran la naturalidad a la que está asociada el vello corporal. En el caso de los hombres, el vello del pecho, la espalda o la barba suelen considerarse signos de un alto nivel de testosterona y, por tanto, de mayor masculinidad. Sin embargo, hay quienes tienen un verdadero fetiche capilar, como bien dice un dicho popular:
La fascinación por el vello corporal masculino
Para muchas personas, el vello en el pecho de los hombres tiene algo de fascinante. Tal vez porque recuerda a los hombres de la Edad de Piedra que, como es sabido, se ganaban los corazones de las damas mediante «caza y conquista». Para muchas mujeres, esto despierta la necesidad de protección y seguridad… aspectos que también desempeñan un papel importante durante el sexo.
En definitiva, el vello corporal resulta masculino, llamativo, deseable y vigoroso para muchas personas y, por lo tanto, también atractivo y cautivador.
Vello corporal en las mujeres
Se puede afirmar sin lugar a duda que, hoy en día, la mayoría de las mujeres se afeitan o se depilan las piernas, las axilas y las zonas íntimas, ya sea de forma completa o parcial. Probablemente les cueste imaginarse que haya personas a las que el vello corporal les resulta atractivo. Pero, por suerte, hay gustos para todo.
Definitivamente, hay gente a la que le agradan las mujeres con vello corporal y el aire retro que transmiten. Al fin y al cabo, hace solo 20 años la depilación integral todavía no estaba tan extendida.
El vello corporal como fetiche
En algunos casos, la preferencia por el vello corporal puede llegar incluso a ser un fetiche. Cuando esto sucede, el vello en el cuerpo resulta realmente excitante, y el olor también suele tener algo de protagonismo. Muchos disfrutan del aroma propio del cuerpo, que también se puede percibir en el vello. Además, puede resultarles estimulante realizarle un peinado íntimo a su pareja.
Con frecuencia, a los fetichistas del vello también les encanta el pelo de la cabeza. Disfrutan, por ejemplo, viendo cómo las mujeres cuidan sus cabellos o incluso ayudándolas a hacerlo, imitando en ocasiones escenas entre un peluquero y su clienta.
En el ámbito del BDSM, el vello corporal también se incluye a veces en los rituales de castigo. Por ejemplo, se pueden usar unas pinzas de depilar o cera para eliminar de forma dolorosa el vello íntimo de un sumiso o una sumisa.
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