Soy una mujer heterosexual y me encanta el porno. Me gusta ver videos representando diferentes temáticas sexuales aunque un género en concreto me ha conquistado: el porno gay. Allí van 5 secretos que explican el porqué me encanta el porno gay.
De Astronaughty
Las películas porno con actores gay no son en absoluto dirigidas a las clásicas madres de familia. Incorporan, a menudo, escenas de sexo duro con pollas tiesas, actos de dominación donde las penetraciones anales son omnipresentes y, al final, siempre hay corridas espectaculares.
Son tan auténticas y es por esto que:
Tanto hombres como mujeres reaccionan a esta frase con una cierta incomprensión e irritación.
Sinceramente, no soy la única en tener este tipo de preferencias. Unos datos recogidos por Pornhub revela que más de un tercio de todo el porno gay publicado en la plataforma es visto por mujeres, aunque ellas constituyen una pequeña proporción con respecto a todos los consumidores de porno en general.
Entonces, ¿por qué, siendo una mujer heterosexual, observo a hombres desconocidos satisfaciéndose mutuamente, aunque no tenga nada que ver con mi propia realidad sexual?
#gayporn1: La autenticidad es morbo
Me provoca un deseo auténtico, una morbo puro, real y honesto. Nada me atrae más que la pasión, el deseo y el placer cuando se refleja en el lenguaje corporal y en los rostros de la gente en acción.
En cambio, en el porno hetero se ve todo lo contrario: gente que folla de forma mecánica y aburrida, caras inexpresivas, frases recitadas a modo de mantra: "¡Sí, dame fuerte!". Es demasiado obvio y parece que actúan sólo para la cámara con las chupadas y los gemidos mal fingidos de las mujeres. En resumen: una total ausencia de morbo.
No me malinterpretes: me encanta ver hombres follando con mujeres, especialmente los videos amateurs que son a veces creíbles y bastante inspiradores. Pero casi nada supera la autenticidad de dos hombres que lo viven realmente con sus erecciones duras como una roca.
#gayporn2: Un placer para la vista
Me gustan mucho los hombres. Entonces, ¿por qué no tendría que gustarme ver chicos desnudos en acción? Sus cuerpos, rostros y pollas, expresiones faciales y gestos. Hombres guapos, por supuesto. Pero... ¿No tendría esto ya en el porno de gangbang heterosexual?
No. Rotundamente no. Muchas películas porno con hombres y mujeres están enfocadas principalmente hacia el morbo masculino, servido principalmente por hembras aparentemente calientes y arbitrariamente intercambiables. La mujer es pasiva, follada y objetivada. Personalmente no me importa eso. Pero, siguiendo el canon estético de los hombres, la mayoría de las actrices son altamente atractivas, mientras que ellos, los actores, pueden parecer Golums hechos de carne picada.
Lo principal es que el hombre tenga la verga gorda, dura y que pueda tapar nítidamente los agujeros de las mujeres. Después de una breve introducción se muestran más y más coños y culos y penetraciones en primer plano que son reemplazados por pollas sin dueños que arrojan su generosa leche sobre las bocas chupadoras y expectantes de las mujeres.
La mayoría de los videos hétero no satisfacen para nada mi necesidad de ver un hombre desnudo, cachondo, con un trasero bien apretado, una piel bonita, una cara agradable y, sobre todo, expresiva. En efecto, los actores del porno gay son a menudo mucho más atractivos porque tienen que parecer sugestivos y atractivos para poder captar al público homosexual.
En lenguaje llano esto significa que los penes suelen estar acompañados de hombres atractivos con pelo, piel, caras, manos bonitas y pies bien cuidados y, además, no sólo son convincentes visualmente, sino también acústicamente. El paisaje sonoro del porno gay es mucho más auténtico y más morboso que el de sus colegas de películas heterosexuales.
#gayporn3: Duro, pero con elegancia
Las cosas de las que están hechos mis (húmedos) sueños: hombres, pollas (sí, ambas en plural), sexo oral, penetración anal, deseo sexual real y espectaculares corridas.
Por supuesto, cuando se filma porno gay no se piensa en las necesidades de las mujeres, sino en el de los hombres gay. Sin embargo, en este género se suelen encontrar las mejores historias, diálogos, un buen sentido de la emocionalidad y una mezcla realmente atractiva de caricias y sexo duro. Y, según el cliché de que los gays tienen buen gusto en interiorismo, el escenario es generalmente más atractivo.
Por supuesto se besan, se acarician, se seducen e incluso fingen…. Está claro que sigue siendo una película. Sin embargo, la pelis porno con gay me parecen casi siempre más reales y más morbosas. Es como si la cámara fuera algo secundario. Da igual que estén teniendo sexo suave o duro, la acción es más dinámica y menos predecible que en el porno para heterosexuales porque no caen en lo insípido y superficial.
Otro argumento a favor del porno gay: las mujeres pueden simplemente sentarse y disfrutar. Porque como testigo de la acción masculina pura, la comparación subconsciente con los cuerpos femeninos perfectos simplemente no se plantea.
#gayporn4: El porno gay complica mi patrón de dominación
Tengo que confesar que, en mi propia sexualidad y en los videos heterosexuales, soy muy clásica (por supuesto, estamos hablando exclusivamente de sexo). La feminidad tiene su legítimo lugar en el juego sexual y, aunque esto no me interesa de forma particular, tengo que reconocer que me gusta cuando una mujer se entrega a un hombre y que la toma porque es físicamente superior a ella.
Naturalmente en el caso de que haya un partner masculino dominante. Es por esto que el sexo entre hombres me produce una emoción especial. Además, el sexo anal siempre está asociado a cierta dominación física. Un hombre, que en mi cabeza es la parte dominante y activa, es de repente dominado por otro hombre.
Entonces, improvisadamente los dos cambian de posición y mi cerebro tiene que procesar cómo el hombre, que era claramente dominante hace un momento, ahora expone su trasero. Esto me descoloca un poco y mi papel de disfrutar pasivamente del sexo se va a tomar por c…
Tal vez haya un poco de envidia del pene.
Tal vez, de forma subconsciente y en ausencia de una participante femenina, me imagino cómo me lo follaría con mi polla.
Tal vez ver porno gay forma parte de la apertura mental de las mujeres heterosexuales.
¿Quién lo sabe?
Lo que definitivamente es seguro es que se trata de un cine cerebral y un potenciador de sexo en solitario.
#gayporn5: Más allá del propio horizonte
La interacción erótico-sexual entre hombres no forma parte de mi amplia sexualidad. Sólo puedo experimentarla como observadora y nunca sabré lo que se siente realmente. Las acciones, posiciones, variaciones y procesos son diferentes a mi propio mundo sexual.
Esto ejerce una atracción especial en mí y me hace mirar con curiosidad este misterioso mundo desde todas las perspectivas para captar información y poder aprender, tanto como sea posible y con mis limitados medios visuales y auditivos, de los hombres experimentados que conocen el cuerpo de su partner sexual tan bien como el suyo propio.
El erotismo gay ofrece en las redes innumerables géneros. Ya sea duro, tierno, BDSM, sexo grupal, extrañamiento encantador o perverso… para gustos colores.
También me gusta mucho el porno shemale. El ojo percibe un rostro femenino atractivo con un pelo largo y espeso. Un cuerpo femenino aparentemente perfecto con una piel suave y aterciopelada, piernas deseables, pechos magníficos dignos de ser expuestos. Pero también está la polla dura y regordeta que, en el mejor de los casos, también puede estar en acción. ¡Creo que eso es simplemente sublime!
Esta ambivalencia, los desdibujados roles convencionales, el ablandamiento de los patrones heteronormativos, la ruptura de supuestos tabúes se disparan en abundancia y mi libido lo agradece.
¿Qué género pornográfico te excita más y por qué? ¿Este género tiene poco o nada que ver con tu práctica sexual diaria? Cuéntanoslo en el foro.
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