El erotismo de los pies puede experimentarse de formas muy diferentes: por ejemplo, muchos disfrutan de un sensual masaje de pies, de un footjob o «paja de pies» o de prácticas más duras del BDSM. Si la sexualidad se centra de forma especial o casi exclusiva en los pies, se habla también del fetiche de pies. Los fetichistas de los pies se entregan a la podofilia: la preferencia sexual por los pies.
La autora invitada Sina S. se ha adentrado en el mundo del fetichismo de pies y nos aclara de dónde proviene la fascinación por esta parte del cuerpo y en qué consisten las diferentes formas del erotismo de los pies, como el footjob, las cosquillas, el dangling, etc.
Qué hay detrás del fetiche de pies
Estrictamente hablando, las fantasías con los pies femeninos no son un fetiche si tenemos en cuenta el significado de esta palabra, ya que un fetiche es un objeto inanimado que provoca una fijación que sustituye de forma total o casi total la sexualidad con una pareja humana.
No cabe duda de que un pie no es un objeto inanimado. Si lo fuese, la mayoría de los fetichistas de pies —o, más correctamente, amantes de los pies— ya habrían perdido su fascinación por ellos, porque les encanta la vitalidad del pie. Su forma, el color de su piel, sus movimientos, la curva descarada de la parte interna del pie, las uñas de formas delicadas que, naturalmente, deberían estar cuidadosamente arregladas.
Muchos amantes de los pies valoran también especialmente el olor y el sabor de los pies y se deleitan tocando, oliendo y lamiendo el pie desnudo.
Un fetichista de pies experto diferencia entre tres tipos diferentes de pies:
- El tipo egipcio: el dedo gordo del pie es el más largo y la longitud del resto de los dedos disminuye progresivamente.
- El tipo romano: el segundo y, en ocasiones, también el tercer dedo, son casi tan largos como el dedo gordo y solo los dos dedos restantes disminuyen en longitud. En total, la forma del pie es más redondeada que en el caso del pie egipcio.
- El tipo griego: el segundo dedo es significativamente más largo que el dedo gordo, lo que hace que el pie parezca puntiagudo.
Al parecer, entre los amantes de los pies, el tipo egipcio es el preferido, aunque, naturalmente, también hay fans de los otros dos tipos.
Las variantes del fetichismo de pies: así proporcionan placer los footjobs, el trampling y otras prácticas.
Aunque los diferentes tipos de fetichismo de pies se pueden clasificar de forma aproximada, entre ellos hay a su vez tantas variaciones individuales diferentes que resulta casi imposible enumerarlas todas. En ocasiones, se diferencian tanto unas de otras que la misma variante puede permitir a un fetichista de los pies cumplir todos sus sueños sexuales y, a otro, resultarle incomprensible o incluso repugnante.
☆ La variante placentera y lúdica de la pasión por los pies
Es la forma más extendida de fetichismo o de fijación sexual. En este caso, no se trata solo de un fetichismo del pie desnudo, sino también del pie con medias o calzado, y también está relacionado con el fetichismo por el nailon o los zapatos/botas. Los pies sucios —por ejemplo, después de caminar sin calzado por el barro— también tienen sus seguidores.
☆ Mirar y masajear: cómo un pie sensual se convierte en objeto de deseo
Si nos gusta observar pies bonitos y cuidados, ya existe un cierto erotismo del pie. En particular, los pies femeninos con sugerentes zapatos veraniegos o con un esmalte de uñas llamativo atraen muchas miradas. Para muchos amantes de los pies, irradian sensualidad, pasión y erotismo.
Hay personas que también disfrutan acariciando o masajeando unos pies; además de las manos, a esta práctica también se pueden incorporar la boca o la lengua. Aparte del aspecto erótico, no cabe duda de que nuestros sensibles pies, que cargan con nosotros día tras día, lo agradecen. Los masajes de pies estimulan la circulación sanguínea y tienen un efecto relajante y armonizador sobre todo el cuerpo.
☆ Footjob y toejob: cuando el erotismo de los pies se vuelve realmente caliente
Los pies no solo reciben placer, sino que en ocasiones también lo proporcionan: muchos hombres disfrutan cuando las mujeres los acarician con los pies. ¿Pero por qué recorrer simplemente el torso u otras partes del cuerpo con los pies? A muchos hombres les encanta que la mujer les obsequie con un footjob o «paja de pies».
En los footjobs, el pene se estimula únicamente con los pies desnudos. Para ello, las plantas de los pies rodean el pene y se mueven a lo largo de su eje combinando movimientos apasionados y suaves con otros rápidos y temperamentales. Así, llevan al hombre a un verdadero éxtasis. Muchas mujeres desarrollan habilidades concretas: por ejemplo, usar deliberadamente solo los dedos —de ahí el término toejob— para la estimulación del pene y el glande. El mundo masculino puede darse por satisfecho con este forma de sexo con pies.
☆ Dangling: un excitante striptease de pies
Otra forma de juego con los pies es el dangling. Resulta placentero observar cómo una mujer juega con su zapato y lo deja colgando de la punta del pie.
En principio, el fetiche de pies o la pasión por los pies no pertenece a ninguna otra categoría. Por ejemplo, un amante de los pies no es necesariamente un aficionado a las prácticas BDSM, y tampoco es necesariamente sumiso si, en ciertas circunstancias, disfruta besando o lamiendo pies desnudos, con medias o con zapatos.
Este gesto es sumiso, pero para una persona que se siente sumisa, lamer los pies a la parte dominante es en la mayoría de los casos una forma de castigo. Para el amante de los pies esta práctica es una recompensa y un placer, no un castigo ni una humillación. Además, en este caso el gesto de sumisión está limitado al ámbito del fetichismo por los pies.
El erotismo de los pies en el BDSM: qué papel pueden desempeñar los pies en un castigo
No obstante, en el BDSM, los pies pueden desempeñar un papel decisivo. Por ejemplo, para los fetichistas resulta excitante observar pies atados o castigarlos. De esta forma, sus juegos de SM se centran especialmente en los pies. A la inversa, también se pueden realizar castigos con la ayuda de los pies. Por ejemplo, las dominatrices disfrutan mucho llevando tacones altos, que utilizan para infligir dolores de placer al sumiso en la zona del pecho o en otras partes del cuerpo.
☆ Cosquillas
Una variante que se puede interpretar de diferentes formas y, en algunas versiones, supera los límites del sexo SM, son las cosquillas en los pies. Para algunos es un gesto suave y cariñoso que provoca un pequeño hormigueo, para otros es una estimulación llevada al exceso que casi recuerda a la tortura. Se dice que hubo una aristócrata rusa que tenía a su servicio a seis expertos en cosquillas que la estimulaban de forma alterna o simultánea, llevándola a probar sus límites personales entre el deleite y el tormento.
☆ Crushing y trampling
Las prácticas como el crushing o el trampling también se consideran parte de la escena SM. El crushing consiste utilizar el pie para aplastar objetos; el observador disfruta con la fuerza y el poder destructivo que ejerce el pie. En el caso del tramplig, una persona con los pies desnudos, con zapatos o, incluso, con tacones altos, se mantiene de pie o camina sobre una persona tumbada. A menudo, a la derecha y a la izquierda de la parte activa hay barras que puede usar como soporte para que el peso del cuerpo no recaiga en su totalidad sobre la persona tumbada. Esta práctica es, naturalmente, toda una demostración de poder.
☆ Bondage de pies
Otras prácticas relacionadas con los pies que se encuentran principalmente dentro de la escena SM son el bondage de pies, que se basa en obtener placer al observar pies atados (en este caso, también se trata de una diferencia entre potencia e impotencia) y el bastinado, que consiste en golpear los pies desnudos con una vara. No apto para personas sensibles.
☆ Ballbusting
Tampoco es apto para débiles el ballbusting, que consiste en golpear los genitales masculinos con los pies. Este tipo de juego es conocido como tamakeri en Japón. Ya hay incluso películas porno dedicadas a esta práctica.
¿Es perverso el fetiche de pies?
Al igual que muchas personas que tienen ciertas preferencias sexuales secretas, los fetichistas de los pies también se consideran miembros de un grupo minoritario. En un mundo que cada vez está más preocupado por que todo se vea perfecto (donde «perfecto» equivale a lo más neutral posible: nada de pelo, labios vaginales que no sobresalgan, nada que pueda molestar a los ojos o a la nariz) y por que nada llame la atención al tacto ni al olfato (los desodorantes más novedosos prometen hasta 72 horas de ausencia total de olores corporales), naturalmente, un hombre al que le encante el olor de los pies sudados de una mujer parecerá un pervertido.
Un miembro escribe en el foro de sexo de JOYclub:
Hoy en día, en un mundo aparentemente cada vez más libre desde el punto de vista sexual, es sorprendente con qué rapidez se coloca en la frente de las personas el sello de «pervertido». ¿Cómo? ¿Eres un tío y te gustan los tíos? ¡Puaj! ¿Cómo? ¿Amas a más de una persona? ¡No es posible! ¿Cómo? ¿Te gusta que tu mujer se pasee por tu pecho desnudo con sus tacones de 10 cm? ¿Estás bien?
Claro. Estoy bien. Muy bien, incluso. ¿Y por qué no?
El único estrés que una mujer podría tener con un amante de los pies como pareja es que debería mantenerlos bien cuidados constantemente. Lavarlos, frotarlos con piedra pómez, aplicarles crema, hacerse la pedicura. Porque, yo por lo menos, nunca he oído hablar de ningún fan de los callos. Seguramente, el amante de los pies se ofrecerá a aplicarles crema, masajearlos y pintar las uñas. Así, nos encontramos ante una situación en la que todos salen ganando y se quedan satisfechos.
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