Sentir la lengua es algo celestial y uno de los métodos más efectivos para acelerar la libido femenina – siempre que el programa de placer esté aderezado con una pizca de atención y cierta habilidad lingual. Si faltan esos ingredientes es algo soso - para los dos. Os enseñamos todo lo que los hombres (y por supuesto también las mujeres, como parte activa) pueden hacer mal en el cunnilingus y cómo hacerlo bien.
Los 5 asesinos del placer resumidos
Asesino del placer número 1: Él para de pronto de lamber
Ella se mece en su pequeño mundo de éxtasis mientras recibe los lametones. Lametón tras lametón se acerca al punto álgido – pero de pronto se acaba. ¿Qué ha pasado? ¡Habéis parado! Por qué no lo sabe nadie.
Así se hace bien:
Siempre que no esté contando los puntitos de la pared mientras laméis: No paréis nunca de repente porque, por ejemplo, creéis que
- si no responde explícitamente no le gusta
o
- es el momento perfecto para el coito.
¡NUNCA! Algunas mujeres disfrutan en silencio, eso no os debe hacer dudar. Así que: Prestad atención a los pequeños indicios, también podéis preguntar si le gusta lo que hacéis. ¡Y seguid haciéndolo!
Y en lo que se trata del coito: Dejad que vuestra dama disfrute de esa primera ronda, ¡así la segunda será mucho mejor para los dos!
Consejo secreto: Durante el éxtasis presionad la lengua sobre el clítoris y seguid lamiendo. Retirad la lengua solo si ella lo pide. Así el orgasmo será más intenso y durará más.
Asesino del placer número 2: Él lame solo porque tiene que ser.
Lamer es para vosotros hacerle un favor o es algo obligatorio, pues "si quiero que me la chupe o si ella tiene que excitarse un poco TENGO que hacerlo." ¡Eso mata todo el ambiente!
Así se hace bien:
Las damas reconocen si a un hombre le gusta lamer y si se puede perder en el olor y el sabor de una vagina. O si solo lo hace porque (supuestamente) se espera de él. Debéis adorar de verdad lamer a una mujer, hacerlo con toda vuestra atención y vuestro entusiasmo y mostrarlo y decirlo. Si os apetece a ella también le apetecerá. Si no os gusta hacerlo: Busca otro camino para que se excite.
Asesino del placer número 3: Cambios justo cuando iba tan bien.
Ella comienza a gemir con los movimientos de la lengua, a moverse, a oscilar la cadera o a tensar los muslos: esas son señales de que le gusta mucho lo que estáis haciendo y está a un paso de llegar a la cima. Pero los hombres tienen a acelerar o cambiar la técnica en ese momento. No lo hagáis.
Así se hace bien:
Lo que acabáis de hacer le gusta. Eso significa: Seguid por ese camino. Podéis aumentar un poco la presión, pero no cambiéis el ritmo y la técnica por completo.
Asesino del placer número 4: Él la acaricia con las uñas largas.
A muchas mujeres les gusta sentir los dedos mientras las lamen. Pero si es Eduardo Manostijeras quien toca esa zona tan sensible se apaga la chimenea enseguida.
Así se hace bien:
¡Cortad las uñas antes, lavad las manos y que no haya suciedad debajo de las uñas! Unas manos masculinas limpias y cuidadas os dan no solo una buena impresión, también evitáis, sobre todo, que ella se pille una infección.
Asesino del placer número 5: Él lame eternamente
Correcto. Las mujeres necesitan un par de minutos más para arrancar el motor. Algunos hombre lo toman como razón para lamer eternamente y retornar a la realidad solo con los decentes ronquidos de su pareja.
Así se hace bien:
La mujer suele necesitar solo un poquito más tiempo y le gusta la variedad en los preliminares. No debéis quedar parados en la vulva, para vosotros también resulta cansino.
Hay muchísimos puntos de placer en el cuerpo femenino que no debéis de olvidar durante y tras el cunnilingus. Podéis dar mordiscos suaves en la nuca y contarle algo sensual al oído. ¡Acariciad sus pezones y los muslos y no os olvidéis de besar! A la vagina debéis acudir cuando ella ya esté preparada. ¡Así el examen oral recibirá un sobresaliente!
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