Fisting vaginal: introducir toda la mana en la vagina de la mujer requiere mucha práctica y sensibilidad. Lee el testimonio de nuestros miembros de JOYclub Mim y Merlin para descubrir cómo aumentar la sensibilidad sexual de la mujer mediante el fisting vaginal y a qué debe prestar especial atención la parte activa.
¡No te avergüences! Rectificación de prejuicios
En primer lugar: si los miedos o los prejuicios son la razón por la que hasta ahora no habéis probado el fisting en vuestra relación, aquí tenéis algunas aclaraciones:
- No, la vagina no se desgastará, siempre que os preparéis bien y os toméis mucho tiempo. Al contrario: Mim y Merlin han comprobado que, en realidad, se entrena la musculatura y las contracciones durante el sexo o el orgasmo se vuelven mucho más intensas.
- No, ¡la mujer no se vuelve incontinente! Realizando ejercicios exhaustivos, la situación será tal y como se ha descrito anteriormente y la mujer aprenderá a procesar mejor los estímulos.
- No, no se trata de ninguna práctica brutal y despiadada que solo se realiza en el ámbito del SM. Puede ser muy muy íntima y emocional, lo único que cuenta es la actitud de la pareja.
Paso a paso: así funciona el fisting vaginal
«Hacerle un dedo» a una mujer es algo totalmente aceptado y libre de prejuicios. Aunque pequeño, ya es un paso previo al fisting. ¿Qué mujer está contenta con solo un dedo? Fácilmente se convierten en dos o tres. Y es aquí donde los interesados deberían empezar.
En cuanto a la mejor postura, no se puede hacer una recomendación general. En el caso de Mim y Merlin, ella se tumba sobre su espalda y se relaja. De esta forma, también puede moverse mejor en las direcciones que le resultan más cómodas. Es extremadamente importante que la mujer pueda moverse con libertad.
Después, cada mujer debe averiguar si determinados recursos le facilitan el trabajo. Según comentan muchas mujeres —Mim también lo confirma—, un vibrador en el clítoris ayuda a aumentar el placer, lo que contrarresta muy bien la sensación de presión.
Paso 1: dilatación previa y pruebas
En primer lugar, la pregunta básica: ¿cuántos dedos soléis usar como máximo para la estimulación y, por tanto, no provocan ninguna sensación desagradable a la mujer? Si son tres, se debería empezar el fisting con cuatro dedos.
Después, la pregunta decisiva: ¿cómo es la sensación para ambos al introducir los dedos? Es decir: la parte activa debería explorar qué posición de la mano permite a la mujer estar «más abierta» y cómo puede él introducir sus dedos con la mayor profundidad posible sin que ella sienta dolor.
Llegados a este punto hay que mencionar que la sensación de presión es totalmente normal ya que, al fin y al cabo, se trata de una dilatación. Por tanto, los dos miembros de la pareja deberían experimentar ampliamente: para ella, en algunos casos puede ser más agradable que él se dirija hacia abajo, en otros casos, hacia arriba. Además, una cuestión importante es el lugar en el que ella tiene más sensibilidad: en el perineo o en la parte superior de la entrada de la vagina. Esto varía de mujer a mujer.
Si siente menos presión en el perineo y, en cambio, en la parte superior es más sensible al dolor, la parte activa puede presionar con los dedos/la mano hacia abajo para lograr una mejor dilatación previa. De todas formas, la parte activa notará que, a medida que aumenta la dilatación, las penetraciones son más fáciles y profundas.
Prestad atención a los lugares en los que ella es más sensible. En el caso de Mim, es cinco centímetros hacia arriba por detrás de la entrada. Si como parte activa habéis encontrado un lugar como este, frotadlo de vez en cuando con mayor fuerza que el resto del interior. Si alcanzáis este punto con los nudillos o, más tarde, con la base del pulgar, la sensibilidad de la mujer aumentará de forma desmedida. No obstante, si aún no lo habéis logrado, este procedimiento puede ser muy útil para distraerse de la sensación de presión y, por lo tanto, para relajarse.
Deberíais tomaros mucho tiempo para la dilatación previa y las pruebas. Y, mentalmente, deberíais considerarlas simplemente intentos y preparativos: no os sintáis presionados. En algunos casos todo va más rápido de lo que habíais pensado. En la fase de prueba también se recomienda insertar dos dedos de cada mano y estirarlos cuidadosamente hacia ambos lados.
En los primeros intentos, Merlin podía sentir fuertes contracciones en Mim gracias a la estimulación realizada con el vibrador. Eso es algo que cualquier mujer sabe. Cuando ella se contraía, él detenía la penetración; cuando se abría de nuevo, él aumentaba la presión otra vez y así la mano se movía hacia dentro casi de forma automática.
Paso 2: la penetración de la mano
Ahora ya podéis incluir el pulgar. Debería estar colocado sobre la palma de la mano, y esta debería tener la forma ya conocida de pico de pato (véase el tutorial de fisting). Dentro, debéis comprobar a partir de qué momento empezáis a soltar los dedos, ya que la vagina no siempre es suficientemente profunda para una mano estirada, y esto tampoco produce los resultados deseados.
Si en esta fase ya habéis alcanzado el grado máximo de dilatación —es decir, la mujer interrumpe la penetración—, permaneced en esta posición tanto tiempo como ella pueda soportarlo. Después, retiraos y repetid la ligera dilatación y las caricias en la entrada de la vagina. También podéis simplemente lamer un poco la zona o solo realizar caricias; cualquier cosa que sirva para distraerse y relajarse.
Ella decide cuándo se puede continuar. No obstante, comprobaréis que después todo es claramente más fácil y que ella experimenta mucha menos presión para volver a la posición que acabáis de alcanzar. Ella también debe decidir si quiere continuar a partir de este punto o si prefiere parar y dirigirse a la recta final en otro momento. En esta fase, la parte activa, si es sensible y presta atención a su compañera, siente de forma precisa en qué posición será posible la penetración completa con la mano.
Paso 3: la dilatación máxima de la vagina
Cuando ya hayáis hecho todo esto varias veces, cada vez será más sencillo lograr unas penetraciones más profundas. A partir de un cierto punto notaréis que la mano se mueve hacia el interior de forma casi automática. No obstante, ¡esto no significa que la parte activa simplemente pueda seguir empujando sin preocuparse! La dilatación en este punto es máxima y, por lo tanto, también es muy intensa para la mujer. Por ello, su pareja debería ser muy precavida.
De acuerdo con la experiencia de Mim y Merlin, lo más fácil ahora es dirigir la mano hacia abajo y, al mismo tiempo, formar con ella un puño para no chocar con nada en la parte posterior, ya que esto interrumpiría la diversión prematuramente. Incluso si ahora llega el momento en el que la parte activa preferiría ceder a sus impulsos porque ya no puede esperar más: ¡no os rindáis al deseo inmediatamente!
Un consejo de Mim: si se ha alcanzado el punto recientemente descrito, se debe parar, mover la mano ligeramente hacia dentro y hacia fuera y estimular el clítoris con el vibrador hasta que comiencen las señales del orgasmo. Cuando ella las empiece a notar, la parte activa simplemente puede hundir la mano por completo ya que, en esta situación, la intensa dilatación provoca un aumento sin fin del placer, lo que hace las cosas mucho más fáciles.
El orgasmo durante el fisting vaginal
Durante el orgasmo, la parte activa siente como si todo el interior de la mujer rodease su mano. La vagina se vuelve tan estrecha que la mano es presionada con mucha fuerza, también hacia la salida. Esto es algo que también debería aprovecharse en el primer intento para volver a sacar la mano. Así, no queda ninguna sensación negativa y podéis volver a intentarlo. Después de que el proceso haya salido bien una vez, se volverá más y más fácil.
Con el tiempo podéis empezar a mover la mano hacia dentro y hacia fuera después de haberla introducido. No obstante, «fuera» no significa realmente «fuera», sino que simplemente se debe mover la mano con fuerza hacia el exterior y, después, de nuevo hacia dentro. Otra posibilidad para seguir avanzando es añadir un ligero giro.
Si tenéis la suerte de estimular a una mujer hasta que su placer supere los límites habituales, es posible que se produzca un squirting. Esto no es extraño durante la práctica del fisting, ¡y no se debe confundir con la orina! Es decir, no os asustéis si todo se vuelve más húmedo: ¡es la mejor confirmación de que la parte activa ha hecho bien las cosas!
La sensación de presión posterior
Al igual que las primeras veces del fisting anal, que dejan una sensación de presión durante uno o dos días tras la práctica, la estimulación durante el fisting vaginal también tiene algunas consecuencias posteriores. Se mantiene una ligera sensación de presión, que Mim describe como un tampón mal puesto. No obstante, se irá después de un día y, a medida que se adquiere experiencia, desaparecerá por completo. Nada se rompe ni se daña, ¡no hay que preocuparse!
¡Pasadlo bien y disfrutad!
© Mim_Merlin
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