El fisting anal es una variante del fisting. Aunque requiere mucho entrenamiento, los amantes de esta práctica sexual afirman que enriquece a todas las personas que tienen un verdadero interés en ella. Aquí hablaremos sobre vivencias y sensaciones y ofreceremos consejos para lograr una experiencia satisfactoria.
Fisting anal: así debéis prepararos
Para relajarse resulta útil realizar previamente un pequeño masaje, sobre todo en la parte baja de la espalda, sobre las nalgas y entre estas. El ano se puede masajear suavemente al mismo tiempo; introduciendo lentamente uno, dos o tres dedos os haréis una idea de qué os espera.
Para acompañar a estos masajes, algo de sexo oral también tiene un efecto relajante. Además, aumenta el deseo y reduce la propensión a los estímulos, es decir, permite que no se produzca una sobreestimulación demasiado rápido y que el intento de fisting anal pueda durar más tiempo. La postura del perrito, en la que, en este caso, el hombre dirige sus nalgas hacia la mujer, es la más recomendable para los primeros intentos de fisting.
- Mucho tiempo: es mejor elegir un día o una noche en la que no tengáis compromisos pendientes.
- Confianza absoluta en la pareja. ¡De no ser así, no funcionará!
- Mucho lubricante: el más conveniente es el lubricante a base de silicona.
- Un guante de látex: garantiza una superficie lisa y deslizante. La piel desnuda puede resultar más rugosa e incómoda. Especialmente en los primeros intentos, los guantes de látex son imprescindibles. Las personas con más experiencia también pueden prescindir del guante si lo consideran apropiado.
- Relajación total, especialmente de la parte pasiva.
Antes de ponerse en marcha: primeros juegos manuales para adaptarse a la otra persona
La parte pasiva —en nuestras explicaciones, el hombre— debería concentrarse solamente en sí mismo, dejar que sus sensaciones fluyan y controlar la velocidad de la penetración mediante los movimientos de su cuerpo. Es fundamental que exista confianza entre los dos miembros de la pareja: solo así la mente estará libre de bloqueos.
Cuando la parte activa nota que la pasiva ha avanzado un poco en su éxtasis, puede comenzar a realizar el «juego de manos» con más dinamismo. Por ejemplo, puede separar algo los dedos, empujarlos ligeramente hacia abajo o hacia arriba y, así, ensanchar un poco el esfínter.
Es importante que la persona activa preste atención a la reacción de la pareja. Si la situación se vuelve desagradable, lo percibirá rápidamente. En este caso, el ano se estrecha y los movimientos hacia dentro y hacia fuera causan un estímulo incómodo. La parte activa debería ser más prudente en este momento.
Puede pasar un rato hasta que las dos personas se hayan adaptado a sus movimientos y los disfruten totalmente. Por tanto, ¡nada de prisas, por favor! Además, deberían realizarse pausas de forma regular y es conveniente avanzar lentamente. Poco después, puede iniciarse el siguiente paso.
Prefisting anal
Si todo va bien con varios dedos, es posible usarlos todos. Al principio es recomendable introducir solamente la parte delantera de los dedos juntos, más o menos hasta la segunda falange. La mejor forma de hacerlo es colocando la mano en la posición «pico de pato» que describimos en el tutorial de fisting.
Ahora, la parte pasiva debería intentar empujar los dedos o la mano más hacia dentro, moviendo para ello el culo a la derecha y a la izquierda. Mientras tanto, la parte activa solo opone resistencia, pero no ejerce ninguna presión. Cuando la parte receptora note que comienza a tensarse o que ha alcanzado su umbral del dolor, ambos deberían permanecer en esta posición para que el esfínter pueda acostumbrarse a esta dilatación. Recomendamos repetir una y otra vez este procedimiento, ya que no será posible introducir la mano completa la primera vez. En particular, superar la base del pulgar es muy difícil y requiere su tiempo.
No obstante, la sensación que el hombre puede experimentar en esta parte del prefisting puede ser increíble.
Durante las pausas, se pueden utilizar juguetes o plugs anales para que la dilatación del esfínter se mantenga o se ejercite. Si esto se realiza con una cierta regularidad, se notará rápidamente cómo cada vez es más sencillo introducir juguetes más gruesos.
Y de nuevo el mismo consejo: todo debe afrontarse con calma y con mucho tiempo. Además, en ningún momento debemos presionarnos pensando «ahora tiene que funcionar», ya que esto bloquea el éxito desde el principio.
Introducción de toda la mano
Después de varios intentos, las dos personas notarán con precisión cada milímetro que recorra la mano. Cuando esta se desliza lentamente con la parte más ancha, la parte pasiva se sentirá cada vez más llena y la dilatación será cada vez más perceptible sin volverse realmente dolorosa. Y, al ir avanzando lentamente para lograr un deslizamiento completo, también aumenta el deseo de experimentar aún más la inusual sensación de una dilatación verdaderamente intensa.
Si la parte receptora ha llegado a un punto en el que la parte más ancha de la mano ya no es demasiado ancha, notará una sensación cuya explicación más sencilla es la siguiente: mientras que antes tenía que presionar con el culo, ahora debe resistirse un poco, ya que la mano se «succiona» hacia dentro a partir de este punto. Se puede notar muy bien que ya no es posible resistirse y que la mano solo puede deslizarse hacia dentro.
Ahora, la parte pasiva no debería oponerse más en ningún caso, ¡solo debería dejarse llevar y permitir que la mano se deslice! Durante un instante, es casi imposible soportar la sensación de dilatación. Al mismo tiempo, este es uno de los momentos más agradables en todo el acto del fisting, aunque la primera vez tal vez resulte difícil creerlo.
Así debes mover tu mano en el ano
Cuando la mano esté en el ano en su totalidad, la parte activa debería formar un puño con ella. Si la mano está abierta, alcanzará el segundo esfínter, lo que resulta incómodo para el hombre. En una fase avanzada del fisting, se superaría este segundo esfínter para alcanzar una profundidad aún mayor.
Ahora se puede intentar mover la mano hacia dentro y hacia fuera una y otra vez, pero siempre realizando una presión suave y con mucha delicadeza. Tampoco se debe girar demasiado la mano, ya que esto podría volverse desagradable rápidamente y provocar lesiones. Al sacar la mano, el hombre también puede empujar con cuidado.
Importante: ¡Volved a aplicar siempre suficiente lubricante! ¡Más vale que sobre que no que falte!
Al realizar una estimulación simultánea del pene como la descrita anteriormente, el hombre pronto notará que la presión —que en un principio parecía un tanto desagradable— cada vez se vuelve más estimulante y que él mismo intensifica cada vez más los movimientos de la mujer mediante los suyos propios.
La excitación de la próstata durante el fisting anal
Para la parte activa, la sensación de tener la mano en el ano de la otra persona es muy interesante. Al palpar con los dedos hacia abajo, puede sentir fácilmente la próstata excitada. La parte pasiva, dado que el ano está completamente lleno, puede percibir cualquier aumento de excitación. Debido a la curvatura pronunciada de la próstata, también aumenta la presión sobre esta, lo que a su vez aumenta la excitación.
Por estupenda que sea esta espiral de placer, si se mueve la mano con velocidad puede ocurrir que la próstata se estimule demasiado rápido y la presión se vuelva muy desagradable.
Un buen remedio en este caso es la estimulación adicional del pene, que pueden realizar tanto el hombre como la mujer. Esta excitación adicional minimiza la ligera incomodidad que siempre se presenta inicialmente al practicar fisting. Si el hombre está tan excitado que siente cómo el orgasmo se acerca, la estimulación del pene debería limitarse un poco; de lo contrario, todo acabará rápidamente. Después de un orgasmo, para los principiantes es casi imposible continuar con el fisting anal.
¿Cómo se siente el orgasmo durante el fisting anal?
Una sensación cálida se extiende desde la región lumbar y el escroto hasta las piernas. Además, cuando se acerca el orgasmo, se refuerza la contracción del intestino y el endurecimiento de la próstata, lo que provoca una sensación que realmente no se puede describir ni comparar con nada.
De esta forma, puede tener lugar un orgasmo de próstata, en el que el pene no se vuelve realmente rígido, ya que el orgasmo solo se produce debido a la estimulación que ejerce la mano sobre la próstata. El eyaculado también será menor. Si no se logra sin más estimulación, el hombre o la mujer pueden jugar con el pene hasta alcanzar el clímax.
Este clímax no se puede comparar con los orgasmos normales. Habitualmente, un orgasmo es una onda que se extiende desde la zona lumbar hasta los testículos y, en el sentido más auténtico de la palabra, desemboca en el pene. Todos los hombres saben cómo es esa sensación. No obstante, esta situación es distinta:
Llega de forma muy repentina, provoca una sacudida muy intensa y deja una sensación cálida en el abdomen y entre los testículos y el ano. Esto puede hacer pensar que no fue verdaderamente satisfactorio.
Pero no es un problema en absoluto, ya que este orgasmo viene con un estupendo extra: ¡no es el final! Para la mujer, también se trata de un momento alegre, ya que el hombre puede continuar con el acto sexual. Con este orgasmo mediante el fisting anal, no se «consume» un clímax «normal», y este todavía se puede experimentar después.
No es infrecuente que pase casi medio año hasta que se pueda introducir toda la mano sin tener que realizar largos juegos preliminares y dilataciones. No obstante, en este caso se cumple un dicho habitual: el camino es la meta. Incluso si más tarde se puede realizar el fisting sin problemas, a ambos les sigue gustando usar la variante con tres o cuatro dedos para alcanzar el orgasmo. Esto se debe a que, cuando se introduce totalmente la mano, en ocasiones al hombre le resulta demasiado fuerte la intensidad de esta presión como para disfrutarla hasta el final.
¡Una sensación de presión después del fisting anal es totalmente normal!
Otro pequeño detalle: después de las primeras veces, pasaréis un poco de tiempo en el váter porque tendréis la sensación de que necesitáis realizar una evacuación. No obstante, esta sensación de presión, que puede durar unas horas, desaparece con la experiencia. ¡Y es absolutamente normal! Por ello: pasadlo bien y buena suerte.
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