El sexo es un juego divertido cuyo objetivo es el placer. Se puede practicar en solitario, a dobles o en modo cooperativo con varias personas. Existen una serie de juegos que nos enseñan desde jóvenes. Después, con el tiempo, puede que nos aburramos de los mismos juegos, que necesitemos cambiar de aires o necesitemos algo que nos acelere el pulso y nos excite. Con esa idea en mente, queremos ofreceros 6 juegos para parejas que pueden considerarse BDSM o convertirse en prácticas bdsmeras en sí.
Por SEXUALIZADOS AS
¿Por qué jugar en pareja?
Quizá ya tengáis claro que queréis jugar, pero quisiéramos dedicar unas palabras al por qué. No es nada científico, es simplemente humano. Queremos jugar porque es divertido, excitante y nutre nuestra búsqueda de placer. Sin embargo, añadimos algunos beneficios de los juegos sexuales en la pareja:
☆ Fomentan la comunicación
Hay muchísimas parejas que hablan poco antes, durante o después del sexo. Hablar sobre sexo ayuda a que las relaciones sexuales sean más placenteras para todas las partes. Y hablar durante ayuda a que las expectativas sobre la sesión se cumplan con facilidad. Porque nadie puede leerle la mente a nadie y es posible que, si no se ha hablado nunca de lo que se quiere en la cama, sea muy difícil empezar de la nada. Así, un juego donde la comunicación es obligatoria naturaliza las conversaciones sexuales y estas se quedan para siempre.
☆ Ayudan a refrescar las relaciones sexuales
El ser humano no está hecho para la rutina y la monotonía. El aburrimiento, y más hoy en día, es una "enfermedad" de la que se huye como si fuera una catástrofe. Por eso, muchas parejas recurren a los juegos cuando se cansan de su rutina sexual. Sin embargo, nuestra recomendación es diversificar las relaciones sexuales con los juegos de pareja cuanto antes.
☆ Crean la oportunidad perfecta para compartir fantasías
Hablar durante el sexo, antes y después es beneficioso para pasar del "no quiero dañar tus sentimientos" al "necesito que lo hagas diferente y sé que puedes hacerlo". Muchas parejas se callan lo que quieren por tener que cumplir unas expectativas que no son de la otra persona, sino sociales. Por ello, los juegos de pareja fomentan un ambiente donde se puede hablar con sinceridad sobre lo que se quiere en la cama.
☆Refuerzan la intimidad en la pareja
La comunicación y la búsqueda de la novedad son el escenario perfecto para crear una relación donde se participa activamente en el sexo antes incluso de estar en la intimidad. Hablar por chat de lo que se te ha ocurrido hacer la próxima vez, un poco de crítica constructiva, comentar lo difícil que fue tener que limpiar las "manchas de guerra" y pensar en comprar unas sábanas especiales... Todo eso contribuye de forma positiva en la pareja.
El BDSM es sexo
Quizá esta comparación cree asperezas, pero el bombazo de 50 sombras de Grey derrumbó gran parte del muro que separaba el "sexo normal" del "sexo alternativo". A la postre, todo es sexo. Porque el sexo es aquello que se hace en la búsqueda del placer erótico, y lo que cada persona considera erótico puede ser diferente.
Vivimos en una sociedad donde, en un principio, el sexo era una desviación de la reproducción. Así nació el sexo "normal" y sigue unas normas claras de pene + vagina (y no vulva) = penetración. Sin embargo, el ser humano tiene imaginación de sobras y con el tiempo hemos creado nuevas formas de sentir placer. Así, desde un punto de vista social, cultural o religioso, todo lo que no fuera aceptado pasaba al otro lado del muro y se convertía en "cosas de depravados".
Un ejemplo claro es el sexo anal, que aún hoy en día se llama sodomía en algunos círculos o regiones y tiene una connotación negativa y "pecaminosa". El sexo oral también fue en su momento algo impropio de la "gente normal". Sin embargo, es la sociedad la que, con el tiempo, ha normalizado esas prácticas.
Así, las prácticas BDSM son una forma de conseguir placer para personas afines a estas prácticas, que no son pocas. Es más, el hecho de que te guste una práctica sexual o no depende de dos cosas: la visión social y tu percepción interna. Si los latigazos fueran algo tan visible como el sexo oral en nuestro día a día, todas las personas estarían predispuestas a los latigazos porque lo verían "algo normal".
Por supuesto, puede parecer que el dolor y el placer no tienen nada que ver. Sin embargo, desde un punto de vista neurobiológico (de la mente y el cuerpo), las prácticas BDSM crean ciertas reacciones en el cuerpo que son las que lo hacen placentero e incluso adictivo. Durante una sesión, el cuerpo genera cortisol (conocida como la hormona del estrés) y adrenalina. Estas hormonas son las mismas que se generan en el cuerpo durante la práctica de deportes de riesgo o en una montaña rusa. La diferencia con el BDSM es el control de la situación. Es decir, BDSM es una situación de estrés controlado que puede provocar una sensación de euforia y liberación. Por supuesto, en cada persona afecta de forma diferente, pero esta suele ser la normal general. Sin embargo, el BDSM puede crear sensación de bajón o caída en los días posteriores a una sesión; así que es recomendable aprender todo lo que se necesite antes de lanzaros a la piscina.
El BDSM y el SSC
Ahora, un poco de conocimiento general que os ayudará a comprender fácilmente algunas cositas de este texto. BDSM es un conjunto de siglas que hace referencia a las prácticas Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Así, en realidad las siglas serían BDDSSM, pero no tiene tanto gancho y se hace raro al decirlo en voz alta. Así que cualquier práctica sexual o juego en pareja que entre en estas "categorías" es BDSM.
Sí, incluso comprarse disfraces y jugar a los médicos puede ser BDSM.
En cuanto al SSC, quizá estas siglas no sean tan comunes ni de conocimiento general, pero rápidamente lo solucionamos. Sensato, seguro y consensuado, una "norma" de las prácticas BDSM que debería ampliarse a todo tipo de prácticas sexuales. Porque es muy importante que todas sean sensatas, seguras y consensuadas.
Los niveles sexuales y el conocimiento
Por último, antes de comenzar a hablar de los juegos para parejas quisiéramos comentar algo que nos parece muy importante: no existe un sexo mejor o peor que otro, igual no que hay niveles en el sexo. Sin embargo, sí es importante que se tengan en cuenta las habilidades y conocimientos necesarios para algunas prácticas sexuales.
Entonces, muchas prácticas dentro del BDSM necesitan de estudio previo. No un doctorado, pero sí aprender lo necesario. Por ejemplo, los materiales seguros para las cuerdas o qué partes del cuerpo son más aptas para azotar. Todo esto es conocimiento que, al no estar normalizado, debe aprenderse y da esa sensación de subir peldaños para mejorar en una práctica concreta. Por otra parte, para las prácticas normativas se presupone que todo el mundo sabe lo necesario cuando tampoco es así. A la larga, disfrutar del sexo depende de tus conocimientos, la comunicación y tener disposición a aprender.
6 ideas para iniciarse en el BDSM
Así, cuando decimos "iniciarse en el BDSM" nos referimos a juegos que puede hacer cualquier personas con conocimientos de "sexualidad normativa" pero con intención de aprender nuevas formas de placer.
1. Juegos de roles
No, no nos referimos a los disfraces en el sexo, aunque se pueden juntar las dos cosas. Una persona puede ser más activa o pasiva en el sexo, pero esto no son roles. Esto es cuestión de participación en lo que se hace.
Los roles sexuales son la persona dominante y la persona sumisa. Es básicamente una dinámica de poder que no es fija ni tiene que ser igual en el sexo que en la vida real.
Un juego de roles puede ser aquel donde se permita a la otra persona que domine tu cuerpo y te dé órdenes. Por supuesto, esto no significa que des permiso para que haga lo que quiera. Para ello, existe la tan famosa palabra de seguridad (que no es obligatoria).
Un juego de dominación y sumisión da la oportunidad para explorar qué tanto necesitas controlar lo que sucede.
2. Juegos sensoriales
Los juegos sensoriales son aquellos que estimulan los cinco sentidos (no necesariamente todos a la vez) y se pueden hacer de muchas formas:
Frío, calor, texturas... Solo necesitáis una tela para tapar los ojos y a adivinar con el gusto, el tacto o el olfato. Se puede jugar poniendo recompensas según cuántas se aciertan.
Otro juego para parejas sensorial podría ser dar masajes sin las manos. Aceite de masajes sobre los pechos y estimular el cuerpo de la pareja. ¿Esto es BDSM? No necesariamente... o sí si la persona que da el masaje tiene las manos atadas y un collar con correa.
Y si se juega con la correa... se puede dirigir la cabeza de la persona para que lama ciertas partes de tu cuerpo. O también con un bote de chocolate líquido que te permita hacer líneas que pueda seguir con el olfato tu mascota lasciva particular.
Como podéis ver, las posibilidades son infinitas si se pone imaginación.
3. Entre el placer y el dolor
Hablemos de azotes. Pero antes un recordatorio importante, o más bien dos. El primero es que cada persona siente el placer y el dolor de forma distinta, es algo físico que tiene que ver con los receptores del placer y el dolor. El segundo recordatorio es que estos receptores del placer y el dolor, que están en nuestra piel, son muy similares entre sí y por eso nuestro cerebro a veces no sabe distinguir el placer del dolor.
Así, si quieres azotar a tu pareja debes tener en cuenta dónde lo puedes hacer (esto es conocimiento anatómico) y cuánta fuerza puedes usar (esto depende de su sensibilidad y es importante comunicarse).
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Por supuesto, es preferible utilizar juguetes adecuados para este tipo de prácticas, pero muchas personas deciden utilizar lo que tienen en casa. Y como no podemos evitar ni decidir con qué vais a jugar, lo único que os podemos decir es que tengáis en cuenta el SSC.
4. Dominación invisible
Otro tipo de juego de dominación, pero este a través de palabras. Una persona escucha las órdenes de la otra y las sigue (previo acuerdo). Por ejemplo: “mantén los brazos a la espalda, no te toques, mírame a los ojos, dime lo que te gusta…”
Este tipo de juego verbal sirve para sacar a relucir vuestras dotes narrativas. Porque mientras una persona mantiene los ojos cerrados, la otra puede narrarle lo que le hace. Doble estimulación: física y mental.
Este tipo de dominación sin refuerzo físico solo funciona si la persona sumisa sigue su rol. Por ejemplo, si le dicen que tiene las manos atadas a la espalda, es su responsabilidad mantener el juego.
5. Salgamos de casa
Los vibradores en la ropa interior dan mucho juego y son muy silenciosos. Si os da miedo no saber cuánto, pensad que un juguete, bajo la ropa, deja de oírse en entornos como supermercados, centros comerciales e incluso por calles transitadas. Hay mucho más ruido de lo que parece en la calle. ¡Así que solo toca mantener la cara de póker!
6. Decoración y restricción
Corpiños, arneses, cinturones, cuerdas... No sirven únicamente para restringir el movimiento de la pareja. Por ejemplo, se puede colocar un cinturón sobre la cintura desnuda que sirva para agarrar a la pareja durante el sexo.
Muchas ataduras buscan crear presión y ofrecer una estética diferente sobre la piel desnuda, como vestir una ropa interior determinada o un corpiño. Estos "adornos" están pensados para dar una sensación de novedad sobre el cuerpo de la pareja, o incluso remarcar partes de su cuerpo.
Por ejemplo, si tu pareja es sensible en los pezones, colocarle pezoneras y prohibir esa estimulación puede ser algo muy excitante.
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