Había un concurso en la televisión española que se llamaba Un dos tres y que tenía una primera parte en que preguntaban por cosas. "Por 25 pesetas la respuesta, diga nombres de ríos", por ejemplo. Imaginaos que en una versión abierta y liberal del concurso (que, ahora que lo pienso, molaría bastante) la pregunta fuera: "Diga objetos que puedan ser fetiches sexuales". Pies, zapatos de tacón, medias, látex, lencería, tatuajes, cuero, cabello, ombligo y un largo etcétera. Quien fuera, se forraba. Porque, realmente, (casi) todo puede llegar a ser, para alguien en algún momento, objeto de deseo.
Por Arola Poch
El fetichismo es sentir atracción hacia partes del cuerpo no consideradas "sexuales" o hacia objetos. Notad las comillas en sexuales porque ciertamente todo nuestro cuerpo lo es pero normativamente se ha dado esta característica a los genitales, culo, pechos y poco más. En definitiva, que si alguien se hace pajas pensando en tetas se considera normal, pero si lo hace pensando en pies se llama fetichismo.
La frontera entre ser fetichista y no serlo puede ser difusa. Hay personas que se excitan al ver unos taconazos pero que consideran que no tanto como para llamarse fetichistas. Pues bien, cada cual que se etiquete como quiera. Pero hay que tener en cuenta que hay diferentes grados en esta erótica no normativa. Muchas cosas las catalogamos erróneamente de manera binaria (blanco o negro / hombre o mujer) y el fetichismo es una de ellas.
Otra cosa a destacar es que, como en todo, cada persona tienes sus gustos. No podemos definir cómo son los fetichistas de pies o qué les pone a los altocalcifílicos (suena a patología pero no lo es, es el nombre para quiénes se excitan con los zapatos de tacón).
En definitiva, como en la sexualidad en general, dentro del fetichismo hay también muchísima diversidad. Una etiqueta no puede describir a una persona.
Con todo esto, si queremos saber qué hace – sexualmente hablando – una persona fetichista, lo mejor será preguntarle qué le gusta. La excitación puede llegar por los diferentes sentidos: ver, oler, tocar, lamer, oír el objeto. Sí, oír. Hay fetiches como el látex que hacen un sonido característico. Puede que sea una determinada situación (la sumisión, por ejemplo) y es que lo psicológico es fundamental. La clave siempre es conocernos a nosotros mismos y a nuestro acompañante.
Por cierto, un encuentro erótico puede tener solo prácticas fetichistas, pero también puede haber sexo convencional. Y es que a un amante de los pies también le puede gustar follar en el sentido más tradicional del término. Una cosa no excluye a la otra.
Sigue habiendo prejuicios respecto a las eróticas no normativas, eso es cierto. Y puede costar abrirse si tenemos experiencias previas en las que comentar los gustos no ha tenido una reacción positiva. Pero yo creo que la sexualidad es importante en nuestra vida y que si hay algo que nos pone hay que compartirlo con nuestra pareja. A ver, entendedme, no hay que tirarse a una piscina sin agua. Se pueden tantear las opiniones de esa persona con la que estamos. Si tiene una mente abierta lo tendremos más fácil para que entienda o incluso quiera entrar en nuestro juego. Eso sí, siempre con respeto, sentido común y teniendo en cuenta los gustos de la otra persona. Es decir, no intentar imponer los propios o ser monotemático. Eso aburre a cualquiera, ya sea hablando de un fetiche o de sexo más normativo. No siempre el problema está en el fetichismo, sino en la forma en que se expresa el fetichismo.
Lo principal es escuchar y no juzgar. Solo con eso ya hay mucho ganado. Entender que cada uno tenemos nuestros gustos, que unos no son mejores que otros y que en sexualidad todo es normal. Y, oye, por qué no probar ese gusto no normativo si nos llama la atención. Explorar sirve para descubrir cosas nuevas y conocernos. Puede que no nos guste y entonces ya está, sabemos que no va con nosotros. Pero si nos gusta… ¡aaay! podemos descubrir cosas maravillosas que nos darán más posibilidades de juegos y de placeres.
Los usuarios de la comunidad Joyclub tienen algo que les caracteriza: una mentalidad abierta ante el sexo que entiende la diversidad en la erótica. Ese es el principal requisito para convertirla en un espacio fetishfriendly. Esta palabra me la acabo de inventar pero me gusta, me suena a libertad y respeto, a poder expresarse sexualmente como cada uno es. Muy en línea con los valores de esta comunidad.
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