Si eres mujer, ¿por qué deberías probar el sexo anal?; si eres hombre, ¿a qué deberías prestar atención para llevar a cabo este tipo de relación?; y como pareja ¿cómo podéis compartir estos momentos juntos y mejorarlos? Te vamos a contar todo sobre este tema desde la perspectiva femenina.
Por Astronaughty
El sexo anal es un acto de amor
Me gusta el sexo anal pero, para mí, es algo especial e íntimo. Algo que sólo comparto con quien tengo una relación emocional y de confianza. Mi "ojete" no se abre a todos y menos al empezar una relación. Hay que vivirlo juntos para saborearlo juntos.
Para mí, es la consecuencia lógica después de unas delicias orales, manuales y vaginales. Entonces, se llega a un punto de relación donde quiero llevar a mi pareja al máximo, rendirme a él y dárselo todo para que se disuelva completamente dentro de mi piel.
Cuando estoy lista para ello, quiero su pene duro en mi trasero y que me tome hasta al fondo. Con ternura al principio, pero salvaje y duro después. Entregarme a él para sentir, ver, escuchar cómo se convierte en un animal gimiendo en mis oídos. Quiero que sea mi dueño, que cabalgue esta ola de éxtasis conmigo y, al final, arroje su néctar caliente en mi trasero.
Un orgasmo garantizado
La mayoría de los hombres están locos por el sexo anal. Además, las mujeres tienen una gran ventaja: el esfínter externo y el interior del ano están atravesados por innumerables nervios. Además, la pared entre el recto y la vagina, y por lo tanto indirectamente el punto G, se estimulan durante el sexo anal. Se te pone la piel de gallina en todo el cuerpo, te lo puedo garantizar.
¿No deberían las mujeres estar más entusiasmadas con el sexo anal? ¿Por qué tanto rechazo por esta práctica sexual realmente increíble? ¿Cómo se puede convencer a más mujeres de que realmente vale la pena expresar su amor con un coito anal?
Malas experiencias y reticencias
Por un lado, hay mujeres que, en el pasado, han sufrido malas experiencias con el sexo anal. Una penetración anal mal llevada no produce morbo y cuando surge el dolor, no se llega a disfrutar.
Por otro lado, están aquellas que aún no se han atrevido a abordar este tema y que a menudo lo ven como algo negativo. Temen el dolor o se avergüenzan de su ano y de lo que comúnmente se asocia con él.
Tres reglas básicas sobre el sexo anal:
1. No hagas nada con lo que no te sientas cómoda
Si estás segura de que no lo quieres hacer, entonces no deberías practicar el coito anal. Pero si tienes un mínimo de curiosidad, entonces atrévete porque, si prestas atención a algunas reglas básicas, puede ser un maravilloso y morboso enriquecimiento de tu sexualidad.
2. El coito anal no debería hacerte daño
Con unos buenos preliminares es absolutamente indoloro e incomparablemente íntimo. Sin embargo, debes proceder con cautela. Tu esfínter es sensible y el dolor es una clara indicación de que algo no va bien. Es una señal de parada porque los calambres sólo causan más dolor y más tensión. Como con cualquier otro tipo de práctica sexual, lo mismo se aplica al sexo anal: debe, por supuesto, darte placer. Cuanto más miedo le tengas, más se resistirá tu cuerpo.
3. Las heces (normalmente no sucede)
Muchas mujeres rechazan el sexo anal por razones de higiene, pero un recto vaciado siempre estará más limpio. La pared intestinal es extremadamente lisa y apenas deja residuos. Por lo tanto, existe un riesgo muy pequeño de que el pene entre en contacto con las heces. Una ducha profunda antes del sexo anal y un condón deberían ser suficientes para disfrutar sin tener preocupaciones higiénicas.
Si, a pesar de lo esperado, en el ardor de la acción se ensucia un poco el pene, tómatelo con humor: el sexo no es aséptico.
Sexo anal: preparación y preliminares
El sexo anal con un nuevo partner tiene que ser evolutivo: comienza de forma lenta y cautelosa para llegar progresivamente hasta él. Cuando sé que puedo confiar en alguien por completo, estoy lista para hacerlo y deseo que me penetre por detrás en cualquier momento y en cualquier lugar: en el coche, en un club, en un callejón oscuro, en el duro suelo del bosque…
Hay que seducir el trasero
Con calma y sin presión mental puesto que se necesita cariño, ternura, confianza y un entorno agradable. El trasero tiene que ser mimado, acariciado y masajeado, ya sea con los dedos, tal vez con la lengua (también conocido como rimming) o con juguetes sexuales si lo deseas, hasta que por fin se confíe y se abra.
La lubricación
A diferencia de la vagina, el ano no produce un lubricante natural que facilite la penetración. Siempre debe usarse un lubricante natural para que el pene (y antes los dedos y/o juguetes) se deslicen con mayor facilidad y sin dolor. Tú eliges si quieres un lubricante normal, especial para ano, con aloe vera o aceite de coco (en este último caso no usar preservativo de látex, pues puede dañarlo). El aceite de coco es mi favorito porque la sutil fragancia caribeña se superpone a todos los demás posibles olores.
Follar por el culo es una cuestión de cabeza
Para que realmente te dejes ir como mujer, debes sentirte segura.
Segura de que tu pareja será cariñosa, sensible y cuidadosa.
Segura de que no te hará daño y que hará de todo para darte placer.
Naturalmente, en el caso de que ocurra un pequeño percance, los dos tenéis que manejarlo con total confianza y complicidad.
Hablar: una regla de oro
No es ninguna sorpresa: todo esto sólo es posible gracias a la comunicación. Sería una lástima que tu trasero no forme parte integral de una sexualidad compartida. Incluso antes de embarcarte en esta aventura, deberías hablar de ello: de las expectativas, inquietudes, miedos y angustias.
¡Tu trasero, tus normas!
Tú estableces los límites y las normas por lo que debes decirle a tu partner lo que puede y debe hacer para que te involucre en esta aventura y para que puedas dejarte llevar y confiar en él.
Practicar en solitario
El músculo del esfínter debe ser manipulado suavemente y dilatado muy lentamente. Explora tu roseta en tus incursiones en solitario. Acaríciala y masajéala mientras te tocas. Ayúdate de un dilatador anal de silicona (llamados buttplugs) y empieza con el tamaño más pequeño.
La sensación es un poco rara al principio. Toma tu tiempo ¡Y ponte lubricante! Mantén apretado el esfínter y después suéltalo. Puede parecer extraño, pero si empujas contra el objeto, te relajaras y tendrás menos dolor. Al exhalar, los músculos se relajan y la introducción es mucho más fácil. Si tienes un dilatador anal de silicona más pequeño en tu trasero y sigues tocándote, casi seguro que tu orgasmo clitoridiano será más intenso de lo habitual. Si te sientes cómoda y notas más placer, introduce un dilatador de tamaño más grande.
Una vez que tu cuerpo haya asimilado que lo que está sucediendo es algo bueno, todo irá más rápido y, en algún momento, superarás cualquier resistencia. Este proceso puede llevar días o semanas. Sobre todo, ¡no te presiones!
Es posible que este juego se incorpore en la sexualidad de la pareja. Ten en cuenta que es una sensación genial el sentir un pequeño objeto en tu trasero mientras te acarician los labios de tu vagina con la lengua o te penetran con un pene.
Pasamos al acto
Ha llegado el momento. Quieres atreverte, tienes curiosidad por saber qué se siente con un pene en el trasero y quieres sentirlo más íntimamente. Él sedujo tu trasero y tú estás lista, así que pasamos pues al acto.
Tienes que elegir una posición en la que puedas controlar la profundidad y el ritmo. Después de todo, se trata de tu trasero. Recomendamos la posición del "jinete": él se acuesta sobre la cama con una de las piernas flexionadas y ella estará de rodillas, por lo que tendrá todo el control sobre la profundidad de la penetración. También es recomendable la posición de "la cuchara" en la que los dos se echan de costado y de espaldas, o la del "misionero", que ofrece una mayor relajación del ano. En cambio, en la posición del "perrito" la mujer apenas controla la profundidad y el ritmo.
El sexo anal define al buen amante
Durante el sexo anal, la paja se separa del trigo y se nos revelará si el hombre es un fan del polvo conejero o un amante virtuoso.
Aunque con los preliminares hayas preparado a tu pareja y hayas conseguido que esté lista para el sexo anal, no bastará con meterla y menearla. Si la metes directamente ¡Le harás daño y ella lo odiará! Haz esto con una mujer inexperta y será la primera y la última vez que te acercarás a su trasero.
¿Culo lleno? ¡Genial!
Como hombre, ¿qué tienes que tener en cuenta para que ella pueda disfrutarlo y querer repetir? Al principio, debes entrar lentamente, muy lentamente, milímetro a milímetro y sólo con el glande. Detente cuando sientas resistencia en el esfínter. Deja que ella se acostumbre a la sensación de llenado. Por cierto, si estimulas suavemente su clítoris, su ano se relajará más rápido y mejor.
¿Notas relajación? Entonces continúa siempre lentamente e, incluso si tu pene está muy adentro, tómatelo con calma. Sé cuidadoso y tierno y actúa como a cámara lenta. Si sois principiantes, en una primera fase debe ser hermoso y morboso y para un nivel más duro, tienes que practicar más y asegurarte que ella ya no tiene miedo.
¿Qué puedes hacer como mujer para que sea morboso para ti? Respira, relájate y déjate llevar. Ábrete y, mientras lo haces, habla de lo que te gusta y lo que no te gusta. No tengas miedo a decir "¡basta!" si quieres que pare. ¡Tú marcas el ritmo!
A lo grande
Superar la tensión de tu roseta por primera vez es un gran momento. Sientes cómo se suaviza tu esfínter, cómo se abre para tomar el pene más profundamente y de la forma que tú quieres. En este momento, todo el morbo te invade. ¡Ahora viene el placer! Es posible que sólo lo consigas con la penetración o, tal vez, necesitas un poco de apoyo en el clítoris. Tu primer orgasmo anal te colmará definitivamente. Quizás también sea sorprendente, porque puede suceder súper rápido.
Para la mayoría de las mujeres, el coito anal se vuelve cada vez más fácil, más hermoso, más relajado y más natural. Cuantas más experiencias tengáis los dos, menos tiempo dedicaréis a los preliminares. Y, a pesar de lo que digan algunos rumores, el ano no se ensanchará con el tiempo.
Sexo anal, nivel superior
Ahora ambos disfrutáis del sexo anal. ¿Tenéis curiosidad y ganas de experimentar más? ¿Qué tal si, además de la lengua, los dedos y el pene, introducís juguetes? Además de los dilatadores anales de silicona, hay consoladores, vibradores, bolas anales, camillas, separadores y muchos otros aparatos para hacer que el sexo anal sea aún más emocionante. ¡Un consolador (especialmente los de vidrio cortos y gruesos) o un huevo vibrante en el coño para una doble penetración mientras el pene esté en el ano son el paraíso! Un dilatador ligeramente más grueso en el trasero le da mil vueltas a la penetración vaginal.
Dado que el perineo (la pared entre la vagina y el ano) es muy fino, el hombre siente la penetración anal con mucha más intensidad.
"¡Mi trasero es mío!"
Chicos, ¿queréis convencer a vuestra pareja para que practique el sexo anal? Entonces ¿Por qué no predicar con el ejemplo?
Como dijo Tom Ford: "Todo hombre debería haber sido penetrado una vez en la vida. Esto le ayudaría a entender a las mujeres".
Eso lo resume todo. No hace falta que te den con un arnés o un consolador, también puede darte mucho placer un simple masaje prostático en el que tu pareja inserte un dedo en tu ano y lo masajee suavemente. Esto es especialmente genial mientras ella te estimula el pene con la boca.
Sentirás lo importante que es tener cuidado. Sobre todo, indícale cuando estés listo para la penetración anal. De esta forma demostrarás que le estás dando toda la confianza a tu pareja, la misma que le exiges a ella.
Porque, digámoslo claro: si no quieres que te den por el culo, no puedes pedir lo mismo a tu pareja.
¡Anímate!
Pero, ¡tómate tu tiempo y no pierdas el culo por tener sexo anal!
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