El Arquitecto
El sonido de las gaitas anuncia tu paso firme y sereno por la senda que mis curvas marcan, y es que tu mezcla de norte y sur une mis provincias con las tuyas en una melodía tan inusual como el dulce clamor de un ruiseñor al que le han abierto su jaula.Por la quinientos treinta y seis veo os carballos de fuertes ramas aguantando las inclemencias del tiempo como haces tú con la intensidad de mis sentimientos. Esos que a oleadas surgen desde el mar para inconscientemente quebrar tus ramas con su imponente forma de amar. Y, sin embargo, me ves llegar desde tu torre celestial, abriendo esa coraza que me tiende la mano y me enraíza a tu equilibrio para no soltarme jamás.
Profundo sentimiento el que te tengo y que no me canso de ver amanecer a mi lado, día tras día, en lo que te empeñaste en definirme como tu eterna alegría. Tu sonrisa, tus "te quiero" y tus manos recorriendo mi cuerpo me sumergen en el caos que alimenta mi rebeldía. No hay noche que no te sueñe, ni madrugá que no desee salir a buscarte para desvelarte hasta escucharte decir: "qué ganas tenía de hacerte mía".
Tu vigor me tiene en un hechizo eterno en el que se mezclan lujuria, deseo y pasión, divina combinación que se ensalzan cuando por la frente te arranco perladas gotas de sudor. El recuerdo de verte satisfacer el capricho de quienes han tenido la fortuna de conocerte dispara el combustible que alimenta a mi endiablada imaginación. Mis uñas clavadas sobre la piel de tu espalda anuncian las llamas del fuego que nos consume en su eterno renacer sin ningún tipo de pudor. Y es que cuando me haces el amor, siento la fuerza de tus ganas galopando sin descanso en tu empeño de hacer que las mías se derramen a cántaros en un éxtasis arrasador.
Viven mis letras bajo el dominio de tus caprichos, tan dichosas y arrebatadas como estaban mis pasiones el día que te conocí. Mirada penetrante como ninguna, te hundiste en el fondo de mi alma para al tiempo florecer por mi vientre el fruto del amor tan grande que se convirtió en mi latir. Y que por más años que pasen, no hay día que no le de gracias a la vida por ponerte en el camino que nos vio este amor tan grande construir.
Gracias por existir.
Esta noite sopra o vento que alimenta as gaitas na feira entre carballos. Que nos escoiten berrar.
Quérote.
@********tect