¿Para cuándo la expo de fotopollas?
Fotopollas, un concurso internacional casi tan famoso como el World Press Photo. Fotos de pollas grandes, pequeñas, medianas, curvadas (apuntando a Cuenca, con sus casas colgantes), rectas (trazadas con un tiralíneas), de base ancha y cima pequeñita (¿de origen egipcio?), de base ancha y punta ancha (simetría perfecta). Sí, con todas las fotos de pollas que he recibido en los últimos tiempos, voy a montar una gran exposición. Y también contaré con las fotospene que han recibido mis amigas porque… ¡Son un montón! Y la mayoría, penosas y no solicitadas. 😩Sí, los hombres (not all men) mandan fotos de sus joyas de la corona 👑como si se tratara de mostrar el pasaporte para atravesar la frontera entre Corea del Sur y la del Norte. ¡Presenten armas! ¿Y qué deben pensar, que una foto que puede ser de un actor porno cualquiera, o del vecino del 5º, de un pene y sus huevos, sin cuerpo ni cara que los acompañe, nos van a excitar? Que me voy a orgasmar solo con ver un glande. ¡Cuanta inocencia y, sobre todo, desconocimiento, de la excitación de la mujer! En pleno siglo XXI…
La primera foto de sus partes que recibí me sorprendió. La cosa se había ido calentando y yo –siempre pensando que lo literario pesa más que lo visual- pensé que con palabras ya tendríamos suficiente. Que si te comeré esto, que yo te chuparé lo otro, que si te voy a follar sin parar toda la noche, que si tendrás que avisar a los del Samur porque no andarás en cuatro días. Pero no.
El hombre con el que estaba sexteando se hizo una 🤳🏼 selfie de sus bajos y me la mandó. OK, una polla que no estaba mal, en posición obelisco de la plaza de la Concordia de Parísy sin manos a la vista. Es complicado sostener el móvil con una sola mano mientras con la otra te la meneas... Habría quedado movida.
¿Qué hacer? Mi mentalidad de investigadora me hizo ir más allá del miembro. Los calzoncillos bajados eran tipo bóxer (a cuadros), se adivinaba una sábana a lo lejos, con un estampado imposible. Hasta puedo decir que la cajonera, de la cual solo se intuía la presencia, era una Hemnes de Ikea. ¿Depilado? No. Estaba contemplando mi primera fotopolla y ya la analizaba como si fuera una antropóloga. Pero, por más que lo intenté, aquel glande, aparentemente suave, no me excitó, sino que disparó mi mente creativa: “tendré más futuro estampando camisetas con esta imagen o creando un gofre con esta forma? Ya sabéis la respuesta. 😋