Hola pesicolaaa
Me gustó su coño. Me encantó cuando se transformó en tigra por la tarde. En el sofá dormida, despues de toda la mañana follando, de pronto abrió los ojos y, sonámbula, se me montó encima y se calzó mi rabo, empezando a moverse primero despacito, luego frenéticamente. Me gustaron muchos los chorritos cortitos e intermitentes. No fue la catarata del Niágara manando de su coño hinchado ya de tanto follar, fueron tímidos squirts que me pusieron más tieso si cabe. Y me encantó su obsesión por abrirse el chochete en todo momento, estirando los labios para que el color de su carne se me grabara para siempre en la cabeza. Me pidió que me corriera en el coño abierto, pero por fuera, y que la quería calentita y blanca muy blanca. Es muy sensorial y algunos colores la ponen aun más cachonda. Cumplí su petición y solo entonces me dio la sensación de que se había despertado por completo y nos saludamos con un piquito. -Hola, hola, pesicolaaa.