LA CABAÑA

Fantástica cabaña octosílaba que acoge a los esperanzados amantes. Me extrañó, habiendo leído algunas cosas del autor, el metro de ocho sílabas, porque no es su costumbre.

Efectivamente, cuando la pareja accede a la desnudez tras el primer beso, volvemos al terreno conocido: el hexasílabo que es casi marca de la casa, metro de antiguo muy común, poco usado ahora y frecuentemente cultivado por el compañero @*****BRE.

Me gusta especialmente ese cambio métrico en este texto porque imprime a la narración el ritmo acelerado propio del momento pasional de la penetración y demás alegrías.

Bravo.