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Tenía ganas de huir del mundo y poder dejar a mi cabeza volar donde realmente quiere estar, que es a tu lado. A tu lado, desnudos ambos. A tu lado, comiéndonos a besos. A tu lado, leyendo el Braille de tu anatomía. A tu lado, gozándonos sin más criterio que el gozarnos.

Me gusta pensarnos como ya hemos sido: sudorosos cuerpos follando, vigorosos deseos saciándose, inquietas mentes provocándose en desafíos de orgasmo e ingenio.

No te voy a negar que te echo de menos. Lo hago, no tanto por lo que fuiste como por lo que me gustaría que hubieras sido. Es un echar de menos algo inexistente lo que, por extraño que parezca, a mí me parece lo más normal del mundo.

¿Te deseo? ¡Y tanto que te deseo! Es un deseo sexual y un deseo conversador y un deseo acompañante y un deseo meramente estético, el sencillo deseo de, sencillamente, estar a tu lado.

A tu lado, desnudos ambos. A tu lado, comiéndonos a besos. A tu lado, leyendo el Braille de tu anatomía. A tu lado, gozándonos sin más criterio que el gozarnos.

Al final, siempre está la duda de si seré también el deseo de alguien…

Ojalá.

Ojalá el tuyo.