Bus stop
Tú al volante. Yo acababa de salir de mi sesión de boxeo, recién duchadito y como nuevo. No había nadie más y debía ser tu última ronda al volante. Qué rubia eres, rubia!, pensé. Tú me mirabas por el retrovisor interior y yo a ti. Me acerqué a la cabina un par de filas de butacas. Eres del tipo de tía con el que me empalmo solo con cruzar una mirada. Creo que me leías el pensamiento. Me dijiste tu nombre sin más preámbulo y yo el mío. Tenías que echar gasolina, y me preguntaste que donde me bajaba. Casi te grité que no me importaba acompañarte, que no tenía prisa. Te desviaste y paraste en medio de una secundaria. No pasaba ningún vehículo a esa hora. Te abriste la camisa de uniforme. No sueles llevar sujetador ni falta que te hace. Vaya peritas, rubia. Cogiste un condón de la guantera mientras yo me la sacaba. Ya tenía un poco de precum y con tu dedito lo entendiste por todo mi glande mordiéndote los labios. Me pusiste el condón y te abriste de piernas, para clavarte en mi rabo. Mas bien te deslizaste como un trozo de mantequilla, tan suave y mojadito es tú chochete. Joder, tuve que hacer esfuerzos para no correrme antes de tu orgasmo. Qué bien follas rubia, que bien se folla en la butaca de tu autobús...