Como una fuente.

****f79 Hombre
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Como una fuente.
Mis últimas citas con Elena me habían descubierto los locales de intercambio y había terminado teniendo sexo en grupo con una pareja en un local. Todo aquello había cambiado mi forma de vivir el sexo y días después de aquellas citas, fui yo el que tomó la iniciativa. Quedamos en un bar para cenar y luego tomamos una copa en un local cercano. Su charla, divertida, cercana, con sus comentarios sensuales hicieron de la velada un encuentro maravilloso.

Elena llevaba un vestido rojo vaporoso de marcado escote y unas sandalias plateadas de tacón le otorgaban una imagen increíblemente atractiva y sexy. Al volver del baño, se acercó a mí atractiva, cautivadora. Aquella noche se había maquillado sus ojos marcando mucho la raya otorgándole una mirada felina tremendamente atractiva y sus labios, en rojo, provocaban un deseo irrefrenable de besarlos. Me miró ladeando la cabeza con los labios entreabiertos y yo me acerqué a dos centímetros. La miré con deseo, un deseo enorme que me llevó a sentir en un momento todo lo que me había provocado en los meses anteriores. Esquivando sus labios me acerqué un poco más para susurrarle al oído, su olor me envolvió y sentí su respiración. Aquello me hizo apretar su cintura para acercarla más y nuestros cuerpos se acoplaron al instante.

-No puedes besarme -susurré a su oído-. Aún no.

Bebimos, bailamos, charlamos, reímos, nos acariciamos y aquel deseo de besarnos aumentaba con cada sorbo, con cada baile, con cada palabra, con cada sonrisa, con cada roce. La última bachata fue la perfecta representación del deseo que recorría nuestros cuerpos. La tomé de la mano y salimos para coger el coche. Durante los minutos que duró el trayecto, sin palabras, todo lo dijimos. Nuestras manos no se separaron con caricias que erizaban nuestra piel en silencio. Paré el coche en el aparcamiento de un gran parque con zonas recreativas. La noche era oscura y cálida, el silencio y el aire entraban por las ventanillas bajadas. Nos miramos y nuestras manos se enlazaron. Besé sus dedos y los pasé por mi mejilla inclinando mi cabeza. Nos bajamos del coche y nos colocamos uno frente al otro delante del coche. Nuestros pechos subían y bajaban pesadamente. Nuestros labios temblaban y nos cogimos de las manos. La brisa trajo su olor hasta mi nariz e inspiré con fuerza cerrando los ojos y me incliné para besarla. Mis manos se aferraron a su cintura y ascendieron hasta su escote. Mis dedos recorrieron la línea marcada por la suave tela del vestido sobre su piel. Luego besé su cuello y seguí besando su suave piel hasta el hombro. Mis dedos siguieron la tela por el escote hasta el mismo lugar y soltaron el tirante que cayó con suavidad. Su pecho quedó al descubierto y mi mano lo acarició con suavidad. Luego mis labios siguieron su descenso mientras mi mano elevaba el pecho dejando el pezón al alcance de mi lengua. Lentamente rodeé la areola, la acaricié y humedecí dándole calor. Luego, mis dientes lo apretaron y su gemido me indicó que estaba logrando mi objetivo. Repetí con idénticos movimientos el mismo tratamiento en el otro lado y mis dos manos apretaron ambos pechos. Mis dedos se concentraron en apretar los pezones, mi lengua y mis dientes jugueteaban humedeciéndolos muestras sus manos me guiaban apretando mi cabeza contra su pecho. Su respiración se había agitado y la tumbé sobre el capó del coche.

Mis manos se colaron bajo su vestido y pasé sus piernas sobre mis hombros. Luego fui mordiendo el interior de sus muslos hasta alcanzar su pubis. Mis manos agarraron su cintura para mantenerla sobre el coche y alargué la lengua hasta poder acariciar la suave tela que cubría su sexo. Lentamente fui recorriendo cada centímetro y sentí su humedad. Me impregné de su sabor y su aroma me envolvió. Sus piernas tiraron de mi cabeza y sus manos dirigieron mi boca. Tiré con fuerza de su cintura para alcanzar a apretar con más ahínco entre la suave tela que ya aparecía completamente empapada.

A nuestro alrededor habían aparecido unos cuantos hombres y un par de mujeres acompañadas. Elena los miró y se dio cuenta de que aquel grupo no era la primera vez que se encontraba en una situación parecida. Al entender lo que estaba pasando, se apretó los pechos y se recostó esperando su premio mientras apretaba mi cabeza con sus piernas para que no abandonara mi cometido. El primero en acercarse no alcanzó a hacer nada y rápidamente fue sustituido por otro que, masturbándose frenéticamente, se corrió frente a ella. Poco a poco, aquella procesión fue dejando sus ofrendas hasta que una de las mujeres, acompañada de dos hombres, les ordenó correrse sobre sus tetas. Aquellas palabras explotaron en la cabeza de Elena y su cuerpo comenzó a tensarse hasta el punto de que pensé que se lesionaría. Su espalda se arqueó y cuando los chorros de esperma de aquellos dos sementales la alcanzaron, se corrió a gritos tirando de mi pelo para que mi lengua fuera más allá.

Completamente enloquecida y con las tetas cubiertas de esperma, me gritó que la follase. Abrí mi pantalón y la excitación me había provocado una tremenda y venosa erección por lo que sin pausa coloqué mi polla sobre su pubis, aparté la braguita y, tan húmeda estaba, puede entrar sin dificultad simplemente tirando de sus piernas que seguían apoyadas en mis hombros. Aceleré el ritmo mientras ella hacía girar sus pecho esparciendo el esperma en círculos sobre ellos. La otra mujer se acercó por mi espalda y le preguntó a Elena qué quería que hiciese conmigo. Elena le pidió que me follase el culo y ella se agachó detrás de mí bajando mis pantalones para humedecerlo. Luego volvió a colocarse detrás de mí y Elena le fue dando instrucciones. Siguiendo sus instrucciones, los dedos humedecidos hicieron círculos sobre mí ano antes de empezar a presionar suavemente. Luego fue introduciendo poco a poco un dedo y luego otro. Su pareja se corrió y Elena tuvo otro orgasmo mientras yo entraba y salía de ella. Como una fuente, un líquido empezó a brotar mientras yo apretabay la tensión de su vagina me llevó a un nivel de excitación altísimo. Temblando, ella pidió que me corriese en su boca. Algo alterado, no alcancé a entenderlo bien y tuvo que ser la mujer a mi espalda la que organizase aquella coreografía sexual. Elena dejó caer su cuerpo quedando frente a mi y se agachó para chuparme la polla. Comencé a gruñir y aquella mujer coordinó con sus manos el movimiento de ambos y apretando mi culo y su cabeza, logró que eyaculara en el fondo de su garganta a gritos.

No tengo muy claro cómo aquella gente se disipó pero un par de minutos después, Elena y yo estábamos sentados temblando medio desnudos abrazados en el asiento trasero del coche. Puede que nos durmiéramos, pero antes del amanecer, Elena botaba sobre mis piernas y me corrí mientras le pedía que siguiera follándome. Mirándola saltar sobre mí, apretándole los pezones, ella se corrió de nuevo como una fuente empapándome.
***ia Mujer
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🔥🔥🔥 🔥
******r63 Hombre
2.693 Publicación
Menuda fuente hay en ese parque. Va a haber que realizar una visita y conocerla.
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