Las mañanas de domingo
Sabes que es lo rico de un domingo?? Que podemos levantarnos si queremos o podemos pasarnos todo el día tirados en la cama.
Pero lo que me hace esperar con anhelo está mañana en especial, es ver tu carita adormilada, con esa sonrisa de medio lado y sentir como tus pequeñas y tersas manos van de mi pecho a mi endurecida humanidad y no es que en otros días no llegarás a hacerlo pero las prisas del ir a tiempo a nuestros trabajos, de tener a los niños listos para la escuela, del desayuno ya servido, nos limitan a disfrutar con lentitud de esas caricias pero hoy no, hoy tus manos no prepararán el desayuno, bueno tal vez solo el tuyo.
Me encanta sentir la suavidad de tu tacto recorrer mi pecho, como juegas con mis tetillas dándoles ligeros pellizcos, como con tu índice vas dibujando una línea media sobre mi vientre bajando hasta mi ombligo y un poquito más y cuando creo que por fin voy a sentir la gloria, vuelves a subir hasta mi pecho y repites la operacion, te gusta torturarme.
Después de unos minutos de previo calentamiento sabes bien que mi hambre por tu boca ya es insoportable y empleas otra de tus torturas preferidas, aún recostada sobre mi hombro con tus ojos cerrados miro como te muerdes el labio inferior y pasas tu lengua sobre de el como si te saborearas el mejor postre de un restaurante caro, acercas tu mano a mi boca y esperas... Esa es mi señal para cooperar a qué mi tortura siga, escupo tu mano, te veo sonreír y con voz adormilada escucho ese NIÑO BUENO que me estremece las entrañas y en respuesta a ello me pongo más duro, más tenso.
Tu mano húmeda con mi saliva refresca mi carne caliente, juraría que hasta vapor podría salir de lo caliente que me tienes y empieza el castigo, tu mano sube y baja a lo largo de mi mástil, a veces apretando con tanta fuerza que me haces gemir de gozo, otras veces tan suave que apenas si percibo el roce de tu yemas, por cada gemido que me arrancas escucho a tu respiración agitada hacerle compañía, se que estás tan caliente o tal vez unos grados más que yo, eso es otra cosa que amo de ti y de las mañanas de domingo, tener en mi cama a una mujer fogoza, caliente y que le encanta tener mi falo entre sus manos y entre otro par de cosas más.
Tus ojos ya están abiertos, con esa mirada despierta y a la vez nublada por el deseo, atenta a mis expresiones cada que me aprietas, cada que me la jalas, tus labios rosados e hinchados por tanto que los muerdes, estoy seguro que tú otro par de labios también están hinchados y además húmedos por el deseo.
Tu mirada se torna oscura, me he dado cuenta que entre más febril te pones tus ojos se ven casi negros, me regalas una tierna sonrisa, esa que sabes que me atrapó hace ya algunos años y que sigo adorando mirar, conozco bien esa combinación entre angel y demonio y se muy bien lo que se viene ahora.
Tus labios se entreabren y dejas escapar un sensual susurro...
_Tengo hambre.
Tu comida se contrae de dicha al saber que pronto será devorada por esa boquita linda...
_Es buffet corazón, sirvete.
Hago a un lado las cobijas para que veas que la mesa está servida y la comida lista para tu disfrute.
Podría jurar que tus ojos desprenden fuego porque en cuanto posas tu mirada en mi hombría la sangre me hierve y la necesidad por sentirte me quema.
Continuará 😜😈