La domadora de abejas.
Érase una vez una mujer que pastoreaba abejas. Me gustaba sentarme en la rama de una encina y vela pasar, desnuda, hacia los panales. Solo a unos pasos de las abejas de ponía ese extraño traje hermético. Yo, era un muchacho de ciudad , de 20 años, pero cuando volvía al pueblo en el verano me gustaba trabajar con el ganado. -Pastorcito, pastorcito, he visto que me miras desde el árbol cuando paso para cuidar de mis colmenas.-Es que nunca había visto una mujer de tu edad desnuda, solo a chicas de mi edad. - Y he visto también que te la meneas. - Sí, porque estás muy rica. -Más que las chicas de tu edad? - Bueno es distinto, aunque tú me la pones muy dura. - Ya veo. Si quieres ayudarme a llevar este bidón de miel, te dejaré probar. De un salto, y después de meterme la polla en el pantalón, no si antes meneármela lentamente junto a ella un poco más porque se la veía bastante interesada, a juzgar por como se mordía los labios, agarré la cántara metálica y me la eché al hombro. A la cántara, no a la pastorcita. Su casa estaba llena de un olor dulce y denso. -Me gustaría meneártela yo un poquito, me dijo. -Pero quítate ese traje de astronauta, guapa, que me gustaria verte mejor. Ella se deshizo de aquellas pesadas prendas con una elegancia exquisita y lenta. Una chica de mi edad hubiera intentado un striptease, pero sus movimientos me gustaban más. Aquellas tetas grandes, no enormes, con aquellas aureolas de color arena mojada, me recordaron a la miel. Una vez desnuda fuimos a la cama y me la comió un rato. Yo también quería comerle el coño, pero sus fluidos no los compararé aquí con la miel, por qué ya está muy visto. La cuestión es que la polla me iba a reventar y su chochito estaba tan calentito que no tardé en correrme. Ella se estremeció. Le dije que no se preocupara, que los dos o tres polvos siguientes durarían más. -Si, no es el primer veinteañero que me llevo a la cama. Y corre que te pillo, así echamos las últimas horas del día, mientras algunas abejitas miraban tras el cristal, encendidas por la luz de la tarde .