A NADO
A nado iba de un lado de la orilla a otro. Al principio por la parte mas larga de la piscina. Se metio al agua casi al mismo tiempo y a nadar como yo lo hacia.
Iba mas despacio. No queria meter la cabeza debajo del agua. Razones como "quiza para no mojarse el pelo", o "quiza tuviese un problema en los oidos" aparecian en mi cabeza cada vez que la sumergia y volvia a verla.
Yo, con mis tapones y mis gafas no tenia problema.
Ademas de poder permanecer mas tiempo en el agua, habia descubierto el mundo cristalino que se abria ante mis ojos, con una claridad pasmosa. Cada vez que volvia a estar debajo del agua, podia observar todo lo que sucedia debajo de ella. Niños chapoteando, suciedad en el fondo que sin ellas era imperceptible, pies de gente sentada en los bordillos y el espejo de la superficie por encima de mi.
Pero mi mayor objetivo en el mirar era para ella. Cada vez que nos cruzabamos luchaba por circular mi vision por las calles de su piel de su cuerpo semidesnudo. En ropa interior sumergible.
Nadaba con esfuerzo. No por falta de pericia, si no mas bien por falta de forma, aunque su cuerpo estaba mas hacia la parte de "estilizado" que a la de "abandonado". Puede que estuviera recuperandose de algun tipo de lesion.
Su ropa interior de baño dejaba ver lo justo para que mi decisión por mirarla bajo el agua cada vez que nos cruzábamos se hiciera mas intensa en emoción y ganas.
Llevaba en la parte de arriba una pieza sin tirantes, y aunque sus pechos no eran voluminosos, de vez en cuando la veía luchar con ella para que no se bajasen hasta el punto de mostrar los pezones, los cuales yo ya imaginaba desde hacia muchas brazadas.
La parte de abajo no era una de esas ordinarias prendas que nada dejan a la imaginacion, con un breve hilo dejando a la vista un simple culo que podria obsrvar en cualquier revista o pelicula pornografica, no. La parte de abajo era un precioso triangulo isosceles con el vertice hacia abajo señalando inevitablemente la direccion a tomar para encontrar su vagina, y la base recoriendo la cintura de lado a lado, dejando algo mas de la mitad de los gluteos los gluteos volar por la el sueño de observarlos si por algun certero motivo esta se desprendiese en la penumbra de su habitacion.
Me habia visto. Estoy seguro. Nuestras miradas se cruzaban de reojo a cada encuentro en la mitad de nuestros recorridos. Nuestras sonrisas se dibujaban solo apreciables para los dos unicos jugadores de esa seducion que ya habia empezado.
Ya casi era la hora de abandonar la piscina, pero ambos nos resistiamos a terminar con nuestra bella historia de amor y deseo, y seguiamos nadando.
A nado finalmente tuvimos que despojarnos del agua que hasta entonces, bajo ella, nos mantenía ocultos de las demás miradas.
A nado y empapados, nos dirijimos cada uno a su toalla.
A nado nos cruzamos una ultima vez al retirarnos cada uno por su camino, y a nado de nuestro deseo nos besamos aquella noche.