Arder

Quedamos en un hotelito de montaña de un pueblo que ninguno de los dos conocíamos. Íbamos a vernos por primera vez después de varios meses de mensajes que habían ido creciendo en ganas y en intimidad. Nunca creí que pudiera levantarme buscando un mensaje que me hiciera sonreír como una quinceañera de alguien a quien aún ni había rozado.
Estaba con una pequeña maleta en la zona de recepción, esperando para hacer el check in cuando escucho abrirse la puerta del hotel y me giro.
Me entra un calorcito que se aposenta en varias zonas de mi cuerpo, no sé qué hacer, solo te miro y sonrío.
Eres tú el que se acerca sonriendo y sin dejar el contacto visual.
Tus brazos me rodean y mi cabeza se ajusta a tu pecho, escuchando tus latidos desbocados y levanto la cabeza hacia ti. Nuestros labios se adaptan como tantas veces imaginamos. Nuestras lenguas juguetean tímidas, conociéndose al fin. He dejado caer todo al suelo mientras tus manos recorren mi espalda y se hunden en mi pelo. Las mías están clavadas en ti. No puedo ni quiero cerrar los ojos mientras nos besamos, necesito grabar a fuego cada una de tus facciones y gestos en mi mente.
Cuando terminamos de besarnos nuestras frentes se tocan y seguimos mirándonos.
"Por fin " dices sonriendo.
"Por fin" digo mientras intento reprimir una lágrima de felicidad.
Oímos un carraspeo a mi espalda y nos giramos recordando donde estamos e intentando recobrar la compostura. Pero nuestros cuerpos de niegan a separarse y hacemos el check in como podemos sin dejar que nuestras manos dejen de tocar el cuerpo del otro. Un brazo, la mano, la pierna, la cintura... nada sexual pero todo cargado de sensualidad y deseo.
Por fin estamos subiendo a la habitación y nada más abrir la puerta soltamos todo para volver a besarnos e investigar nuestros cuerpos y sensaciones.
No llegamos ni a la cama y la ropa ya ha salido despedida.
Tus ojos me recorren sin perder esa sonrisa que me vuelve aún más loca de deseo que a través de la pantalla.
Siento el calor en mis mejillas ¿ahora soy tímida? Estoy nerviosa, pero en absoluto perdida más que por este deseo y estas ganas de ti.
Es todo tan natural entre nosotros que parece que nos conozcamos desde hace mucho, y en parte, así es...
"Eres igual o mejor de lo que podía esperar" dices mientras me abrazas y hueles mi cabeza " Qué rico hueles, quiero oler a ti cuando me vaya de aquí"
" No pensemos ya en el momento de separarnos" te respondo mientras te empujo hasta la cama y te miro sin dejar esa eterna sonrisa que tengo en la cara desde que te he visto.
Te muerdes el labio mientras me miras desnuda, de pie, delante de ti, tumbado. Y yo empiezo a trepar por tu cuerpo gateando y besándote aquí y allí. Dejando caricias cargadas de intención a mi paso.
Siento tu erección en mi piel, ni tengo claro de dónde. Tus manos se posan sobre mí y con agilidad haces que intercambiemos los papeles y sea yo la que está tumbada y tú el que investiga mi cuerpo.
Tus dedos se abren paso por lugares que despiertan aún más todos mis sentidos y los gemidos brotan de mi garganta sorprendiéndome incluso a mi.
Tus labios arden en mi piel, tus dedos juegan con todo lo que encuentras a tu paso y mis barreras están completamente bajadas ante ti.
"Cuánto he deseado esto" te digo de manera entrecortada. Tú sonríes a modo de respuesta y me besas con dulzura. Mientras te abres camino en mi cuerpo y siento que me llenas hasta el fondo, haciendo que mis caderas se muevan para sentirte más y más.
No tarda en llegar ese primer orgasmo que se ha creado antes siquiera de rozarnos.
Nos disfrutamos durante un tiempo indeterminado, nuestros relojes se han detenido y sólo se dedican a esperar, pero nada es suficiente.
Creo que no vamos a salir de entre las sábanas en todo el fin de semana, pero sí lo hacemos. Todo se convierte en lugares probables y placenteros, el escritorio, la silla, la ducha, el suelo, la pared...
No nos va a bastar con este fin de semana, ni siquiera puedo considerar que este sea nuestro comienzo cuando nos hemos follado antes tantas veces en la mente mediante nuestras letras. Y ahora tenemos estos recuerdos para que aún sean más vívidos esos momentos.