UNA NOCHE CUALQUIERA (PERO CONTIGO…)
Abres la puerta, ahí estás, y ahí estoy yo. Nos miramos a los ojos: los tuyos rebosan felicidad y deseo, los míos también. Me invade una ola de lujuria, la que me provoca el haber estado todo el día pensando en la satisfacción que será verte de nuevo. Verte y tocarte, besarte y lamerte, pensando en satisfacernos mutuamente hasta acabar rendidos en la cama.Entro, te beso, nuestras lenguas se entrecruzan mientras mis manos bajan por tus curvas, benditas y preciosas curvas, por encima de tu vestido, imaginando el tacto de tu piel, de la que ahora me separa una fina capa de tela, haciendo que mi deseo aumente. Y las tuyas bajan por mi cuerpo, buscando, nerviosas, queriendo encontrar cuanto antes eso que llevas todo el día esperando tener dentro de ti, dentro de tu cuerpo. El calor va aumentando por segundos, el beso se me hace eterno, pero no quiero dejar de besarte, no quiero que pare…
Terminamos el beso, y suspiramos los dos. Suspiramos y nos miramos a los ojos. La expresión de tu cara ha cambiado, ahora lo que ya veo en tus ojos es puro deseo, lujuria, pasión, todo junto en ellos, mirándome y pidiéndome más, queriendo más…
Quién sabe cómo acabará esta tarde, o esta noche, cuánto durará, si nos sorprenderá el amanecer, abrazados, exhaustos, satisfechos, sudando o simplemente dormidos, acurrucados el uno junto al otro, cansados pero listos para otra mañana, otra tarde, otra noche cualquiera, pero contigo…