Ve hacia la luz

No suelo hacerlo, pero estaba tan rica y era tan guapa que cada vez que giraba la cabeza desde la barra mis ojos se topaban con ella. De unos 55 años, y gordita, había algo en ella que irradiaba sexo y deseo. No bailaba, estaba charlando con un grupo de parejas de su edad. Intenté no molestar, porque aunque sospechaba cierto interés hacia mí por su parte , lo achaqué al par de copas que llevaba encima y a la euforia de salir un viernes después de un par de semanas de viaje, casi encerrado en Lyon, sin levantar la cabeza de mi mesa de trabajo. Decidí no molestar más y aproveché para ir al servicio. El pasillo era largo y escuché unos pasos a mí espalda. Me giré y era ella. Holaaa, soy Sonia, estabas marcándome o ha sido solo una fantasía mía? Hace tanto que no me pasaba que igual me lo estoy inventando. Bien, soy Josema y te mentiría si no te dijera que me has encantado. Me preguntó si estaba solo, afirmativo, y que ella había venido con su esposo y unas amistades. Me dijo que podía sumarme a su grupo y le prometí que me incorporaría cuando volviera de fluir un par de minutos en el cuarto de baño. Entonces, mirando su pecho me dijo, parece que te gustan, no dejas de mirármelas. Pues para que voy a mentirte, así es, creo que hoy mis ojos actúan por su cuenta, disculpa. Quieres verlas? Le dije que aquello estaba tan oscuro que no vería tres en un burro. Ven, me dijo, tirando de mi mano. Nos metimos en el baño de capacidades diversas, creo que ahora hay que decirlo así, y echó el pestillo, se bajó el top y pude admirar un generoso par de tetas, que movió con agilidad, comi si hiciera agitar dos campanillas. Joder, era lo único que podía exclamar, sí que estás rica, joía. Te apetece comérmelas un poquito?, me has puesto super cachonda en el local, parecía que me mirabas más con tu polla que con tus ojos. Y es así, asentí. Y ahora, la tienes muy tiesa por mí? Puedo? Si, claro, sírvete. Me pondría de rodillas, pero esto parece la bodega del Titanic. Si, sigue de pie, así, que suave lo haces... Buena verga, cabrón. Sus manos, durante unos cinco minutos estuvieron usando mi polla como su juguetito y he de decir que eran manos expertas. Cuando sintió que me iba a correr tiró de mí sin soltármela y apuntó con mi miembro tieso al retrete. Mientras activaba la cisterna, me dijo anota ... 6 9 0 .... Yo apunté el número en mi móvil mientras ella me la limpiaba bien con papel, poniéndola después bajo el secador de manos. Joder, me encantas, en serio, le susurré acariciando su culazo. Ella me comentó que su marido era bisexual. Creo que está noche follo, estoy deseando llegar a casa y contárselo. Te lo digo por si quieres venir un día de estos a nuestra casa a cenar. Será un placer, respondí, me encanta jugar a tres. Nos dimos un piquito y salimos al pasillo. Me encantó que me acariciara la espalda mientras salíamos a la luz