Sabores

*****n74 Hombre
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Sabores
Sabores

Estaba solo, en mitad del salón y fue justo en ese momento cuando sentí miedo. Mucho miedo. Es curioso, pero hasta ese instante nunca había tenido esa sensación. Antes de llegar hasta ese lugar había pasado nervios, inseguridad, excitación, ilusión, morbo… pero fue entrar en la habitación del hotel, quedarme en medio del salón frente a la puerta cerrada de la habitación y sentir por primera vez el miedo saliendo de mi interior..
¿Y si era todo una trampa? ¿Una sofisticada trama para engañar a un desgraciado? ¿A quién me encontraría detrás de la puerta?

Recapitulando, todo fue demasiado perfecto. La conocí en una de esas páginas de citas. Yo, buscando una aventura que me sacara de la rutina. Ella, Sonia, casada, con ganas de vivir tras estar años encerrada en un matrimonio convencional que la ahogaba.

No sabría decir qué nos conectó, pero pasamos rápido de chatear las típicas frases manidas de conversación a estar horas contándonos intimidades que llevábamos dentro y que nos ahogaban.

Charlando, descubrimos que vivíamos en la misma localidad, así que decidimos pasarnos solo fotos de nuestros cuerpos, sin la cara, supongo que por temor a que nos conociéramos.

Y entonces una noche me lo propuso.

-¿Hacemos una locura?
-¿Cuál?
-Es una fantasía que tengo desde adolescente. ¿Te gustaría quedar en un hotel?
-Sí.
-Pero con una condición. Sin vernos. Yo estaría en la habitación, con las cortinas cerradas a oscuras, y allí nos encontraríamos. Al acabar, me iré y tú te quedarás hasta que me marche

Acepté. El morbo y la curiosidad pudo más que la precaución. A fin de cuentas, buscaba aventuras y esta indudablemente lo era. Pero, sobre todo, algo irracional dentro de mí me decía que Sonia era un deseo que no podía dejar pasar.

Así que allí estaba, en mitad del salón de la habitación del hotel, muerto de miedo. Volví a leer en mi móvil su último mensaje: “Habitación 476. Entra en el dormitorio. Estará a oscuras. Allí te espero”.

Miré la entrada cerrada del dormitorio. Me volvieron a saltar las dudas. Estuve a punto de largarme y olvidarlo todo, pero el morbo pudo más que el temor.

Así que me dirigí a la puerta, la abrí… y entré.

Cerré y la oscuridad me invadió. Temblaba de nervios, pero su voz me consoló.

-Estás aquí.
-Sí.
-Repite mi nombre para guiarme y llegar a ti.
-Sonia, Sonia, Sonia…

Sentí sus manos, tanteando en mi pecho. Me abrazó. Al rodearla con mis brazos noté su piel. Estaba desnuda, solo con unas braguitas.

Solo me dijo una cosa al oído: “Por fin”. Y nuestros labios se buscaron y encontraron. Fue en ese momento cuando me perdí. O por primera vez me encontré.
Sentí su boca carnosa mordiendo mis labios, mi lengua jugando con la suya y el sabor de su saliva que empezaba a beber.
Mi miedo se empezó a transformar en deseo. Mis manos se convirtieron en mis ojos describiendo su cuerpo. Tenía una piel suave, con una espalda bien formada. Acariciándola llegué a una cadera amplia que culminaba en un culo redondo. Eso era lo que me decían mis manos. Mientras contemplaba por las yemas de mis dedos ella me iba desvistiendo, con pasión, sin dejar de besarnos.

Estaba muy excitado. Deseaba penetrarla con fuerza, pero antes quería saborearla. Mientras acariciaba su culo y su espalda mis labios fueron a su cuello. Mis dedos habían sido guía y ahora quería que fuera mi lengua. Chupaba su cuello, suave y con un delicado olor a sándalo y vainilla. No sé qué perfume usaba, pero ese olor lo recordaré toda mi vida.

Bajé a sus pechos. Mi lengua lamía sus pezones, duros y excitados, y mis dedos apartaban sus braguitas buscando entrar en su vagina.

Ella gemía y con sus manos también recorría mi cuerpo. Empezó a tocar con fuerza mi pene totalmente empalmado. Yo jadeaba e intentaba controlarme para no correrme. Tanteando en la oscuridad llegamos a la cama. Seguía besando sus pechos, pero quería más. Abrí sus piernas y mi lengua llegó a su vagina. Empecé a lamerla. Primero suavemente y cada vez más rápido, saboreando su clítoris mojado. A la vez mis dedos jugaban con los labios de su vagina, hasta que se los metí siguiendo el ritmo de mi lengua con su clítoris.

Ella solo gemía hasta que sus muslos apretaron mi cabeza. Con sus manos agarró mi pelo y me subió. Quería que estuviera encima suya.

-Te quiero dentro…- me dijo.

Cogió mi pene y con el capullo empezó a restregarlo por su vagina, masturbándose. Aguanté unos segundos en esa situación, pero no pude más. Empujé dentro de ella hasta penetrarla con fuerza.
Tras pocas embestidas, me corrí.

Me quedé tumbado sobre ella, jadeando, casi sin aliento apoyando mi cabeza en su cuello. Me vino otra vez el olor a sándalo y vainilla de su perfume. Y eso me guió a buscar de nuevo su boca. Y empezar otra vez.

No sé si cuanto más tiempo estuvimos en esa habitación. Si fue media hora más o una noche entera. Sí recuerdo que bajo la oscuridad me supe de memoria todo su cuerpo, todos sus sabores y todas las caricias. De todas las formas posibles.

Al acabar, estuvimos unos minutos abrazados sobre la cama, diciéndonos cosas en silencio.

-Tengo que irme.
Se levantó, pausadamente, escuché que cogía su ropa, abrió la puerta y se marchó.

Yo me quedé diez minutos más, en la oscuridad, pensando en todo lo que había pasado. Más solo que nunca.

Ha pasado una semana y todavía me estremezco pensando en lo que pasó. Hemos estado hablando por el móvil, pero a pesar de lo que hemos vivido todavía no nos hemos puesto cara.
Creo que es mejor así. No hay mejores ojos que unos dedos recorriendo un cuerpo y una lengua saboreando.

Mientras estoy en la cola del supermercado me entretengo con el móvil por si tengo un mensaje de ella.

-¿Es todo lo que lleva?- interrumpe la cajera.
-Sí – respondo sin mirarla, atento al móvil.

De repente, algo se paraliza dentro de mí.
A mi nariz llegó un delicado olor a sándalo y vainilla.
*******rge Hombre
19 Publicación
Un relato súper caliente @*****n74 , y me ha parecido un argumento muy original. Como para practicarlo de tanto en tanto! Eso sí que es una cita a ciegas de verdad! Abrazo. *top*
*********a_71 Mujer
883 Publicación
Moderador de grupo 
Mi fantasía de toda la vida. Dos conocidos desconocidos y la magia de la oscuridad como testigo 😍
No sabes cuánto me ha gustado, felicidades por el relato 🔥
*****rik Mujer
17 Publicación
Es espectacular!!! Me encanta. Esa incógnita me produce mucho morbo
******r63 Hombre
2.695 Publicación
Fantástico relato @*****n74 , original, bien narrado e inmiscuyéndonos de pleno en esa habitación. Fantasía total y más que sabores yo diría olores que la cajera del super le rememora o hace pensar: ¿es ella? 🤣🤣👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
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