Un encuentro fortuito de verano
(Todos los nombres son ficticios)Era jueves y me encontraba preparando la cena cuando recibí un mensaje de Thomas… para mi sorpresa Ana y él habían leído la historia de nuestro encuentro fortuito imaginario y les había gustado tanto que puede que se animaran a conocerme en persona.
Todo empezó una noche de verano, mientras me encontraba conectado a la red social de Wyylde, cuando vi que Thomas estaba conectado y me había escrito porque tenían planeado venir a Valencia un fin de semana. Me comentó que estaba intentando hablar con dos o tres chicos que estaban interesados en Ana para conocerla, pero sería una sorpresa para ella. Su plan era el siguiente: acudiríamos a la playa nudista del Mareny de Sant Llorenç sobre las siete de la tarde cuando el sol ya es más suave para tomar un baño.
Así que decidí arreglarme e ir un rato antes para situarme y prevenir la llegada de Thomas y Ana. Llegaron vistiendo de manera sencilla y cómoda para la ocasión. Ella, llevaba una chanclas, unos vaqueros cortos que le cubrían un tercio de sus muslos y una camiseta de tirantes color gris además de unas gafas de sol cubiertas en parte por su melena rubia mecida por el viento. Ahora que la veía por primera vez en persona, sentí los primeros nervios… sí, era más guapa y sensual en persona que en las fotos que había visto de ella. Ambos venían hablando y sonriendo al tiempo que Thomas escrutaba con su mirada la pequeña playa en búsqueda de los candidatos de Ana.
En realidad, todo y nada podía suceder. Llegaron a la zona de arena y piedras y establecieron allí sus pertenencias mientras desplegaban sus sillas plegables y dejaron en ellas sus pertenencias. Ana empezó entonces a quitarse la camiseta y el pantalón, debajo quedaba su biquini color marrón claro con unas pequeñas joyas que lo adornaban, dejando así descubierto su cuerpo. Los pocos que habíamos en ese lugar dirigimos la mirada a sus piernas, su torso, su espalda. Al momento Ana y Thomas estaban ya entrando en las aguas claras de la playita. No tardaron mucho en salir y tumbarse en sus toalla, y fue entonces cuando Ana se quito la parte superior e inferior del biquini dejando al descubierto todo, su tono del piel ya bronceada y sus pechos naturales eran preciosos.
Vi que algunos chicos, al igual que yo, no dejaban de mirarla, y creo que ella sabía perfectamente que estaba atrayendo las miradas en la zona. Fue entonces cuando levantó la cabeza y mientras la giraba escaneando a los chicos que habíamos allí cruzamos nuestra mirada. Aunque estaba nervioso decidí dedicarle una sonrisa y cabeceé un poco a modo de saludo cordial de bienvenida. Qué había hecho? Había sido demasiado atrevido? Decidí coger mi libro, leer unos instantes y volver a mirarla. Se había tumbado. Giró la cabeza hacia donde estaba yo y me devolvió una sonrisa cómplice. Era la señal, sin duda alguna. Fue entonces cuando decidí que tenía que jugar todas mis opciones o no volvería a tenerla tan cerca. Le devolví la sonrisa y saludé con la mano, a lo que ella desde la distancia me respondió con un ‘bona vesprada’.
Hola ! Buenas tardes - le respondí desde la distancia.
Se está bien en esta playa - dijo ella.
Sí, suele estar tranquila y tiene un agua clara.
¿Eres de por aquí?
Sí, bueno, vivo en Valencia - le respondí.
Anda, qué bien, y podrías recomendarnos algún sitio para cenar hoy?
Claro, contadme, ¿qué os gustaría? - le dije con entusiasmo.
Ven aquí si quieres y nos cuentas - dijo ella con una sonrisa.
Wow ! Aún no había pasado nada, pero tendría la ocasión de hablar con ellos y conocerlos en persona. Conforme me acerqué, no pude evitar mirar todo su cuerpo. Con sus manos se sacudió la arena seca que quedaba en su cuerpo, pasando varias veces por su pubis, para ponerse de nuevo el biquini, primero la parte inferior y luego hizo lo mismo con sus pechos y se puso la camiseta de tirantes sin el sujetador. Me senté a su lado, y ella se incorporó también. La veía a través de sus gafas de sol donde me veía reflejado un poco nervioso.
Soy Ana - me dijo.
Yo Mario, encantado.
Hemos venido a pasar el finde.
Qué queréis cenar?
Estábamos pensando en un sitio no muy céntrico e informal- dijo ella.
Les comenté varias opciones y fue cuando Ana me dijo:
Genial, y a ti te gustaría venirte y cenar con nosotros?
Ah… bueno
Si te apetece, sin compromiso - me dijo Thomas, mientras Ana me sonreía amablemente.
Venga, me apunto al plan.
Continuará...