Horizontes
He prolongado la evocación de tus carícias hasta los umbrales de la lluvia y me he quedado suspendido en esa nube de deseo, esperándote. Ahora las ganas de ti son un tañido constante de latidos, llamándote, invocando tu abrazo profundo de mares, ríos, valles y montañas.
Llévame hasta ese feliz territorio donde los nombres se diluyen en un diluvio liberador, más allà del horizonte donde reina el abismo.
Allí, donde bajo el sol de tu sonrisa, ebrios de viento y marea, nos derramemos al fin.