Madrugadas..
03:00 de la madrugada, aquí ando esquivando charcos, intentando mojarme lo menos posible bajo los soportales intentando llegar rápido a tu casa, cuando me escribiste no pensaba que lloviese tanto y la cercanía hizo confiarme.Un día más que tu portero automático suena en la madrugada, me recibes solamente con tu camisón de gasa transparente y ese tanguita negro que sabes que tanto me gusta.
Cierras la puerta lentamente mientras giras a mi alrededor lentamente...
• Has tardado poquito...(susurras en mis oidos abrazándome por mis espaldas y deslizando tus manos bajando desde mis pechos acariciando mi torso).
• No creía lloviese tanto y no quería mojarme mucho, así que me tocó darme una pequeña carrera...
• Pues te has mojado bastante ( dice mientras sus labios directamente atacan el lóbulo de mi oreja y su mano bajan acariciando mi entrepierna que no puede hacer nada para frenar su excitación ya disparada).
• Conseguiré que algún día me avises algo más temprano y no me saques casi de la cama? (consigo responder con voz entrecortada, la mano ya ha desabrochado algún botón del pantalón y juega con mi erección)
• Si te molestase, no habrías venido y si no te apeteciese, no estarías así de excitado ....( su mano decidió apartar el boxer y masturbarme de forma lenta pero sin pausa..
Escalofríos, respiración acelerada, sensación de humedad mojando la mano de quién te está llevando a un estado de ebullición, convirtiendo el agua de la lluvia en sudor de excitación. Decides que debes de coger el control, si no quieres terminar de perderlo. Así que un giro, un beso contra la pared desesperado en busca de sus labios y una cogida en brazos, para llevarle a la habitación y tumbarle sobre su cama desecha, donde debo de apartar el satisfayer que había dejado, para abrir la puerta y se había clavado en su espalda.
Pieles erizadas, gemidos acelerados y mezclados con el sonido de la lluvia en los cristales de sus ventanas, al jugar mis labios con sus pezones rígidos, erguidos y excitados. Manos mojadas al bajar su tanga que contiene su excitación, lengua que se desliza fácilmente al llegar a su coñito húmedo, clítoris durito y temblores con contracciones al introducir mis dedos, mientras mi boca se adueña de sus labios inferiores...
Sexo sin freno, sin control, sin límites ni tabúes, sexo en la noche, en el silencio roto por nuestras respiraciones entrecortadas y la lluvia que parece con el golpeo en los cristales, nos marca el ritmo hasta el estallido de nuestros deseos y nuestros placeres más ocultos.
Sexo hasta el amanecer y un beso de despedida hasta otra próxima madrugada. Sin reproches, sin preguntas, sin marcajes ni exigencias, solamente el respeto y el cariño mutuo. Cariño, placer y diversión en un mundo de problemas generados por nosotros y nuestras mentes y perjuicios.