Inexplicable

Llego a la boda temblando de nervios y emoción a partes iguales
Por fin voy a ver a mi mejor amiga, a mi hermana elegida, en el día de su boda.
No tengo ojos más que para buscarla en la azotea y habitación a la que me hacen subir nada más llegar.
Tropiezo y me cogen unos brazos de rápidos reflejos, subo la mirada con una sonrisa en los labios y un gracias que no llega a salir.
• Fran- murmuro sorprendida aún agarrada por tus brazos. El mundo se detiene a nuestro alrededor.
9 años desde la última de muchas veces.
Disimulo como siempre y te doy 2 besos. Siento tu mirada en mi espalda mientras abrazo a tu madre y le pregunto dónde está tu hermana.

Nuestras miradas se cruzan una y otra vez, y nuestros labios se curvan hacia arriba en tímidas sonrisas.
¿Será cierto que el primer amor nunca se olvida?¿Por eso no podemos evitar esto inexplicable cada vez que volvemos a vernos?

El hermano y la mejor amiga de la novia.
Tu familia, que también es un poco mía.
Mi tío es parte de ella, por lo que llevo ahí desde que era una niña de trenzas despeinadas dedicada a hacer maldades con tu hermana en cuanto se despistaban.

Durante la cena cruzamos las miradas varias veces. La amiga que se sienta a mi lado me pregunta porqué me miras cada vez que pasas detrás de mi silla y me saca una sonrisa saber que me estás buscando incluso cuando sabes que no te veo.

Nos encontramos fuera con el resto de fumadores, nos mantenemos con alguna persona por medio para intentar evitar lo que sabemos puede pasar.

Empieza el baile y cambiamos de zona.
Música atronadora, niños gritando aquí y allá. Así que, en cuanto la situación lo permite, salgo hacia la zona donde hemos pasado la primera parte de la fiesta.
Ahora vacía, a oscuras, y en silencio.
Me enciendo un cigarro y me apoyo en unas maderas cerrando los ojos y permitiendo que el aire enfríe mi cuerpo y mis pensamientos.
Oigo un ruido y abro los ojos.

Apareces entre las sombras, como muchas otras veces a lo largo de nuestra historia en común.
• Hola- dices mientras te acercas.
• Hola- te digo con un nudo en la garganta.
• Sigues buscando sitios oscuros y solitarios- me dices mirándome con intensidad.
Cada vez estás más cerca. Tu mano se apoya en mi cintura, mi piel se eriza.
• Y tú buscándome en ellos- digo con un hilo de voz sin apartar tu mano.
• Vanesa me ha dicho que estabas aquí- su prima, mi amiga desde niñas... y lianta como ella sola.

Siento tu aliento jadeante ante mi cara, y antes de poder pensar qué estamos haciendo, nuestros labios se unen y nuestras lenguas juegan con la pasión de siempre.
Mi cigarro ha desaparecido entre las sombras y nuestras manos recorren nuestros cuerpos mientras se unen como si quisieran fusionarse.

La falda de mi vestido sube junto a una de tus manos, mi cuerpo se estremece y tiembla.
Un jadeo escapa de mis labios, puedo ver tu mirada, las pupilas dilatadas de deseo.
Tu mano ha alcanzado lo que buscaba, aparta mis bragas y tus dedos hacen lo que estaban deseando.
Estoy empapada y apenas nos hemos rozado.
Pasamos así un rato, mis jadeos silenciados en tu cuello, tus dedos buscando su recompensa y esta llega pronto, me conoces lo suficiente.
Los retiras y me miras a los ojos metiéndolos entre tus labios como si fuera ambrosía.
Eso vuelve a excitarme.

Me fijo en un muro de piedra debajo de donde estamos, algo escondida. Tomo tu mano y te llevo hasta allí.
Desabrocho tu pantalón y me agacho cogiendo entre mis manos, casi con devoción, lo que tanto he echado de menos sin darme cuenta.
Te miro sonriendo mientras la introduzco en mi boca, juego con ella y la saboreo, me encanta.
Me alzas por las axilas y me apoyas contra el muro, me agarro con las piernas a tu cintura, saco la gasa del vestido que se interpone entre los 2 y te noto entrar dentro de mi con una estocada certera.
Un grito de satisfacción escapa entre mis labios.

Nunca recuerdo lo que siento contigo hasta que estamos juntos de nuevo.
Sigues con tus embestidas, nos besamos, acaricio tu pelo, tu cara, me abrazo a ti.
Si esto no es amor, no sé qué es.
Contraigo las paredes de mi vagina mientras empujo para tenerte entero dentro de mi.
Nuestras bocas siguen mordiéndose, besándose, mostrando cómo se deseaban desde que nos hemos cruzado.
Mi cuerpo tiembla y el tuyo también. Siento ese calor tan especial dentro de mi. El fruto de tu deseo y el del mío juntos, unidos, y seguimos un rato completamente pegados. En silencio y con la respiración entrecortada.

Me bajas con cuidado y coges mi cara entre tus manos. Apoyas tu frente en la mía.
• No sabes la semana que llevo pensando en que te vería hoy y sin saber lo que sentirías tú- me besas despacio, dulcemente y te aparto con cuidado.
• Fran, voy a estar igual toda la vida. Sabes que siempre vamos a estar aquí- pongo mi mano en tu corazón y la tuya en el mío.
Me besas de nuevo sonriendo, yo ya estoy ardiendo otra vez y lo sabes.

Suena tu teléfono, lo miras y lo coges. Oigo la voz de tu madre.
"Que no te veo desde hace rato y estoy preocupada" reímos en silencio y mirándonos como adolescentes para que no nos oiga tu madre. Cuelgas por fin.
• Manda cojones que con casi 50 años me diga que está preocupada porque no me ve.
Nos echamos a reír pero con nuestros cuerpos pegados y nuestras manos sin querer olvidar ningún detalle.

• Vámonos- te digo mientras haces un puchero que me hace abrazarte y decirte al oído- luego volvemos. O mejor, nos escapamos a la habitación de arriba, a tu hermana no le va a importar.
Sonríes mientras salimos de allí de la mano y nos vamos abrazados y besándonos hacia el baile.

Nos separamos antes de llegar donde ya hay gente y entramos.
Todos quieren que estemos juntos, demasiada presión que no sabemos gestionar. Nos amamos, lo sé, pero nuestros intentos como pareja nunca funcionaron.

Veo a Vanesa en una esquina mirándonos y sonriendo, se acerca mientras vas a la barra a por un par de bebidas.
• Ya me dirás la marca de tu labial- la miro sin entender que no comente otras cosas- lo resiste todo- me dice y se marcha riendo mientras le doy un azote en el culo y río yo también.
Te acercas y me sonríes dándome uno de los vasos.

• Hombre, los desaparecidos juntos, qué raro- es tu hermana. La miramos y me echo a reír, sabe de sobra de dónde venimos, siempre lo sabe.
• Venga- nos ordena- al fotomatón.
Nos hacemos 3 fotos los 2 juntos haciendo tonterías y con fuego en las miradas.

Que el amor sea complicado no significa que no exista, solo hiberna cuando no nos vemos y arde en cuanto cruzamos nuestras miradas.
Y es que el corazón tiene razones, que la razón no entiende.