Primera cita

*******aton Hombre
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Primera cita
Era nuestra primera cita, por fin, después de tantos mensajes por Internet, de tantas horas pegadas al monitor, había llegado el momento de cambiar las letras del teclado por palabras, y los emoticonos por el tacto de tu piel, que tanto había deseado en las fantasías que ocasionalmente nos confesábamos.



La excusa era perfecta, aunque quizá no la mejor para una primera cita, los dos queríamos ver el ultimo taquillazo de cine, y yo me había decidido a invitarte a verla juntos. Todo tenia que salir perfecto, y no deje detalle al azar antes de la hora señalada; la ropa, el perfume, los dientes bien cepillados, el afeitado, incluso hice pasar por la cera una gran parte de mi anatomía (el resto, a cuchilla, claro) ya que sabia que te gustaba…. la verdad, no tenia muchas esperanzas en que llegaras a descubrirlo, pero nunca se sabe…



Llego solo con un minuto de retraso al lugar de la cita, pero el hecho a encontrarte allí antes de que llegara yo me aterraba (vaya, la primera cita y llego tarde). Por suerte no, aun no estas, pero en un momento veo acercarse una chica decididísima hacia mí, parece un poco mas alta que yo (aunque ya se sabe… con tacones todas lo son…) tiene el pelo a melenita por la altura del cuello (casi al estilo de Amelie), minifalda con jersey finito a juego y unas formas que me incitan a pensar en comérmela allí mismo, pero se ha de ser cauto, así que me contengo.

-Buenas noches, ya era hora de ponerle cara a tus mensajes- me dices. Yo, con una medio sonrisa por los nervios y por el comentario, le contesto -Yo hace ya tiempo que me imaginaba este momento, pero lo has superado en todo- (que gilipollez acabo de soltar, pienso).



Todo lo sucedido hasta que entramos en la sala fue de lo más intrascendente, ya que nos conocíamos más de lo que creíamos nosotros mismos, pero había que relajar un poco la situación, y sobre todo los nervios.

Empieza la peli y de repente percibo que tu escote deja ver parte del sujetador, que parece tener dibujos… de vaca!!!… -Vaya, ella se ha vestido con menos nervios que yo, seguro- pienso. Pero esa visión no hace más que fijar mi atención en tus pechos, esos pechos que tantas veces había devorado en mis fantasías, y el calor empieza a hacerse notar en mi cuerpo. Te paso mi mano por el brazo, extendido a lo largo del apoyo del asiento, y noto como tu piel se eriza a la vez que cierras suavemente los ojos. Ahora ya si que nadie podía apagar ese fuego que se alimentaba con el recuerdo de todas aquellas mañanas, tardes y noches pensando en ti, en tu cuerpo, fantaseando con poseerte… era algo que no podía apartar de mi cabeza.

En un esfuerzo por intentar tranquilizarme, vuelvo en mí y levanto la vista, pero jamás hubiera imaginado tal situación; tus ojos me miraban fijamente mientras te mordías parte del labio y balanceabas suavemente el cuello hacia delante y hacia atrás.

-Tócame- me dijiste, y tu mano fue a buscar a la mía para llevarla hacia tu rodilla. Yo ya no pensaba por mi mismo, e inconscientemente voy subiendo por tu pierna hasta perderme por debajo de tu mini. Al llegar a la altura de tu cintura, algo me falta, -cabrona, no llevas nada debajo- te susurro al odio. Tu te giras para mirarme despacio y me sonríes, -que esperabas después de como me ponías con los e-mail ? acaso crees que soy de piedra?- Apenas y lo pronuncias, pero puedo leerlo en tus labios. No me hacia falta mas.

Empiezo a pasar mis uñas por el hueso de tu cadera, es un punto muy débil y una buena manera de empezar a calentarte. Me propongo hacértelo pasar "mal" por haberme hecho pasar tantos nervios, aunque en el fondo era como un deseo hecho realidad. Tu respiración ya es perceptible por cualquiera que no este prestando mucha atención a la película, pero eso no nos para a ninguno de los dos…

Poco a poco voy dirigiendo mis caricias hacia tu entrepierna mientras nos seguimos mirando con unos ojos más propios de un psicópata que de cualquier persona normal. No nos atrevemos a besarnos, es como si estuviéramos viviendo en persona uno de tantos relatos compartidos por la red, pero ahora estamos el uno frente al otro, es casi extraño. Hago el ademán de besarte, pero me freno, y eso provoca que suspires un poco mas largo y profundo, lo cual me hace cogerte por la nuca y fundir mis labios con los tuyos, y es casi como cuando recibes aire después de haber aguantado la respiración bajo el agua al máximo de tus posibilidades.

Mis dedos juegan ya con tu clítoris, estas muy mojada, y nuestros besos y gemidos empiezan a molestar a los de delante, que cuchichean incrédulamente acerca de que estamos haciendo exactamente ahí detrás. Tu estas tan concentrada en el placer que sientes, que empiezas a acariciarte los pechos sin saber que eso me excita muchísimo, y así mientras te sumes en un mundo aparte con mis caricias, mi calor hace que el pantalón ya apriete mas de la cuenta, aun así, no quería irme sin hacer algo de lo que poder arrepentirnos después, así que deslizo mis labios por tu mejilla y te digo al odio -Te gusta? pues no voy a para hasta que me des lo que estoy buscando. Sabes lo que quiero y me da igual donde estemos y quien nos mire, lo quiero ver en tus ojos aquí y ahora-. Al principio te para un poco que haya sido tan directo, pero mi mirada no deja lugar a duda que esa y solo esa era mi intención, y tu ya estas tan excitada que me darías cualquier cosa que te pidiera…

Te recuestas un poco y cierras los ojos despacio mientras yo sigo paseando por tu cuello mi lengua y mis dedos se pierden entre los pliegues de tu sexo. Empiezas a jadear un poco mas fuerte, tu cuerpo empieza a moverse ligeramente hacia arriba y hacia abajo, balanceando tu cadera para acentuar mis movimientos y tus manos te agarran al asiento como si estuvieras a punto de caer al vacío. Yo mientras sigo a lo mío, concentrado en hacerte llegar al orgasmo en un sala con mas de 500 personas presenciando este acto de desvergüenza publica, y de vez en cuando me acerco a tu oreja para susurrarte como me esta poniendo tu jadeo, tus movimientos y confesándote lo que desearía hacerte de haber estado en otro sitio. No hablas, pero tus labios se mueven, pidiéndome más -sigue, sigue así cabron, vas bien, si, si….- Cada vez tu respiración acelera un poco más y tus manos ya no saben de donde agarrarse para estar quieta en el asiento. Noto que no puedes estar en silencio, así que te giro la cara con mis manos y te beso para que no puedas pronunciar palabra alguna, eso si… acelero el ritmo. Ya eres mía, te noto moverte, besarme con desenfreno, y tus gemidos se pierden en mi boca, tus manos me cogen la camisa y casi me la arrancan, pero ahora estas con pocas fuerzas, apunto de rendirte ante mis caricias, y justo en ese momento, coges una gran bocanada de aire, y la mantienes por un instante dentro de ti, noto como te estremeces y entonces… te desvaneces como una castillo de arena al paso de una ola. Ahora tus respiraciones son largas y profundas; tus ojos, con las pupilas dilatadas, me miran y parece como si tu mirara se nublara, como si estuvieras mirando a algún punto indeterminado de mi cara, como perdida.

-Estas bien?- te pregunto, -de cine- y una pequeña sonrisa se esboza en nuestras caras, cómplices del suceso que nos ha llevado a ser el centro de atención de cuantos nos rodean. Ellos saben que lo hemos hecho, nosotros sabemos que lo saben, pero nadie dice nada. Sin dejar de mirarnos, sabemos que esto no puede acabar aquí, así que te hago un gesto con la ceja para marcharnos y tú contestas asintiendo con la cabeza.

-Lo siento señores, pero nos tenemos que ir- digo en voz baja, y ya nuestras carcajadas apenas pueden permanecer en silencio mientras abandonamos la sala. Salimos por la puerta y empezamos a besarnos, apasionadamente, mientras nos dirigimos a mi coche. Tu casa esta bastante más lejos que la mía, así que decido tomar las riendas; tú, pobrecita mía, no estas para pensar mucho ahora mismo.

Salimos a la autovía, y veo que te desabrochas el cinturón. No puede ser, pienso… no lo va a hacer, pero me equivoco, desatas mi cinturón (el del pantalón) y empiezas a buscar bajo mi ropa interior, que yo si que llevo. Cuando alcanzas a coger tu objetivo, te das cuenta de que esta mas que excitado -Ahora, que esperas tu? no pretenderías encontrarla relajadita no?- te digo sin apartar la vista de la carretera. Ya te has deshecho de toda la ropa que te molestaba, ahora tienes ni sexo entre tus manos y lo acaricias despacio, pero aprovechando al máximo tus movimientos, desde la base hasta la punta, todo el vaivén que te permite. Yo empiezo a jadear y a mirarte de reojo, se que me estas mirando, a ver que cara pongo. -que esperas a que te lo pida yo? si sabes que lo estoy deseando- te digo, y no he acabado de hablar cuando te la metes en la boca todo lo que puedes. Notas como el coche da un pequeño volantazo pero sigue su curso, no puedes evitar la risa. -y tu ibas de duro? jajaja, casi nos las damos y apenas acabo de empezar. Pero tu mismo, o consigues centrarte en la carretera o nos matamos, porque yo no voy a parar- me dices, y sigues lamiendo y acariciando mi sexo.

Por fin llegamos a mi casa, aparco en el garaje (encontrando la plaza de milagro, porque mis neuronas ya se encuentran al borde del colapso cerebral) y me desato el cinturón (esta vez, el de seguridad). Te aparto de mi, salgo del coche, y antes de que te de tiempo a reaccionar, abro tu puerta y te caso del coche casi de un estirón, cierro la puerta y te apreso contra ella. -Ahora eres mía- levanto tus piernas y me acerco para poder penetrarte. Tú me coges del cuello, intentando no descolgarte, pero en cuanto entro en ti notas como te levanto con mi cadera, y empiezo a moverte con movimientos convulsivos. -Lo siento, pero estoy demasiado caliente como para poder jugar mucho-, te digo, -no importa, mientras dentro de un rato puedas darme mas, ahora solo quiero mirarte a los ojos mientras te corres- me replicas. Así que te agarro por debajo, te levanto bien para poder moverme con más facilidad, y empiezo a sacudir mi cadera contra tus muslos, el ruido que hacen me excita mucho, y cada vez me muevo mas y mas rápido. Jadeamos, el eco se oye seguro tres o cuatro fincas mas allá, a quien le importa… cuando veo que estoy a punto, te aprisiono mas de manera que no me hacen falta las manos para sujetarte, te cojo la cabeza, y te muerdo el labio mientras mis últimos empujes me hacen derramarme dentro de ti. Me apartas la cara -te dije que quería verte, ahora me debes otro orgasmo-, y me vuelves a besar. Caigo de rodillas y nos quedamos ahí un rato, extenuados…

-Si quieres subir, te puedo enseñar todas y cada una de las habitaciones- te digo.

-Quien se resistiría??, jajajaj.

Nos levantamos y llamamos al ascensor, la noche no ha hecho más que empezar…
****oia Mujer
107 Publicación
Pues... Estos relatos no hacen más que confirmar que debo ahorrar mis 5 euros diarios para viajar a España, que citas así a cualquiera intriga 😍
Vaya tarde buena han echado esos dos 🙂
******r63 Hombre
2.697 Publicación
Nada mal esa primera cita @*******aton
*******aton Hombre
114 Publicación
Autor de un tema 
A veces la realidad supera la ficción 😜
*****r50 Hombre
120 Publicación
Que buena química y que manera de fluir.
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