BINOMIO
No hacía mucho tiempo que había entrado en esta aplicación de citas, pero allí estaba su perfil y casualmente habían coincidido. Probablemente porque ambas habían incluido en su perfil una frase con el mismo trasfondo de “ búsqueda, pero sin tener claro el qué”Algo que en principio muchas personas recriminaban e incisivamente reprochaban que si no tienes claro que buscas no te metas en la aplicación, o no me compliques la vida y un largo etc…. de frases recriminatorias.
Pero al comenzar a chatear ambas conectaron inmediatamente y, precisamente por esa búsqueda interior, ese desasosiego visceral de experimentar y conectar con alguien pero sin saber cómo ni porqué.
Y yo siempre me pregunto porqué mucha gente esta búsqueda de experiencias, de novedad, de no saber bien el qué, pero querer redescubrirte interna y externamente a través de las relaciones con otras personas, no lo veía bien.
Ada y Luna sin saber cómo se enzarzaron en múltiples conversaciones interminables sobre sus vidas, sus sentimientos, anhelos, experiencias pasadas y deseos más allá de lo convencional.
Abrieron sus almas y su mente antes que sus cuerpos, pero pronto se percibía un trasfondo de necesidad de conocimiento físico también en persona, pero ambas parecían eludir o retrasar el momento por miedo a romper ese maravilloso vínculo que habían creado a través de la mensajería del móvil.
Ada tomó la iniciativa y le propuso una tarde preciosa de primavera quedar a tomar el vermut y conocerse en persona.
Luna, reticente al principio, por ese temor infundado y timidez en exceso que la perserguía toda su vida, finalmente aceptó.
Ni que decir tiene que los nervios comieron a ambas las horas previas a la esperada cita.
La imaginación desbordante de Ada no paraba de crear películas y escenas a toda velocidad en su cabeza, loca por conocer en persona a Luna, y Luna por su parte moría de dudas atormentada por su indecisión unida a su inseguridad.
Finalmente llegó el dia, y curiosamente ambas llegaron con 15 minutos de adelanto a la cita, coincidiendo las dos a la entrada del bar donde habían quedado, entrando a la vez.
No surgían las palabras pero no por timidez o desconexión sino todo lo contrario, ambas posaron sus ojos en la otra con sorprendente sensualidad y cariño, abrumadas las dos y expectantes la una de la otra por la belleza que irradiaban y sus ojos chisposos de deseo.
Ada había elegido un vestido casi veraniego con mucho colorido y gran volatilidad, resaltando como único maquillaje el color rojo intenso de sus carnosos labios.
Luna por su parte había optado por un conjunto precioso de 2 piezas de pantalón que marcaba perfectamente su precioso culo y una blusa semitransparente holgada y de color oscuro que dejaba intuir sus contorneados y redondeados pechos sobre los que Ada no podía por menos de no dejar de observar.
Luna no quitaba ojo al fantástico escote que el vestido de Ada no dejaba dudas del tamaño y firmeza de sus pechos.
Un segundo que pareció una eternidad, hizo que intercambiaran y coincidieran ambas con sus miradas, que bastaron para hacer saltar una profunda y sincera carcajada de complicidad por el gusto compartido de lo que ambas estaban observando en su compañera de enfrente.
No pudieron evitar besarse al saludarse rozando levemente la comisura de sus labios que provocó en ambas un escalofrio de placer mutuo.
Se acercaron a la barra a pedir esos vinos de los que tanto habían charlado y brindaron finalmente por haberse encontrado.
Sin parar de hablar de lo humano y lo divido no dejaron centímetro de cuerpo de la otra sin observar, tal y como un cumpleañero observaría su precioso regalo.
Sentándose una pegada a la otra en la única mesa apartada que encontraron en el local, comenzó un ritual de conexión química que cualquiera que las observara podía haber notado segundo a segundo.
Sus manos se buscaban tocar constantemente, sus ojos se clavaban con deseo y curiosamente Luna tomó la iniciativa deslizando una de sus manos por debajo de la mesa y por debajo del vestido de Ada. Acariciando suavemente desde la rodilla subiendo por la pierna y los muslos, deteniéndose delicadamente entre ambos muslos tintineando la punta de los dedos mientras ascendía hasta comenzar a rozar el encaje del tanga que ya no resistía seco ante tanta excitación.
Sus hábiles dedos comenzaron a apartar la tira del tanga para impregnarse de la humedad cálida que Ada tenía provocada por la situación.
Uno de los dedos de Luna se introdujo levemente en la mojada cavidad y Ada, sin dejar de mirar fijamente a los ojos a Luna, soltó un leve gemido, solo percibido por la cercanía de la cara de la una a la otra. En ese momento Ada no pudo evitarlo y besó suave pero apasionadamente en los labios a su compañera, sus labios se fundieron en un mojado, excitante y sensual beso con la búsqueda mutua de la lengua ávidas ambas por sentir a la otra.
El beso que pareció durar eternamente produjo una brutal excitación que hizo que Ada bajara su mano apretando sobre la vulva de Luna por encima de su pantalón para tras unos segundos meter la otra mano bajo la amplia blusa de Luna, que le permitió sentir y tocar sus senos apretados bajo el sujetador.
Ada no aguantó más y susurró al oído de su compañera que quería hacer una locura y debían ir ambas al baño del local para llevar a cabo esta fantasía. El susurro se convirtió en una caricia de su lengua por el lóbulo de la oreja, chupando la zona y bajando hasta su cuello provocando más escalofríos y deseos en sus cuerpos.
La escena tan sensual no estaba siendo desperdiciada por un espectador masculino anónimo que tenía muy buena visualización de su mesa y no dejaba de observarlas, mientras su creciente excitación hacía su aparición en forma de abultado miembro erecto con ganas de salir de sus calzoncillos.
Ninguno de los tres actores en esta historia se percataron de que una cuarta persona no dejaba tampoco de recrearse con ambas escenas, la de Ada y Luna manoseándose y besándose con pasión y el vouyeur externo con ojos de deseo y mano sobre su entrepierna., esa 4ª persona era una camarera que siempre pasaba desapercibida para todos, pero con un gran poder de observación del comportamiento social y humano que en un futuro no muy lejano encontraría su hueco, bien merecido en este ensayo teatral que es el disfrute de la vida entrelazando sus vidas con Ada Luna y el tercer personaje anónimo.
Ajenas a este sunami sexual que estaban provocando a su alrededor, el susurro al oído finalmente fue “Quiero que hoy vibremos juntas y nos rompamos al unísono en ese baño”.
Se levantaron con unos minutos de diferencia pero con la misma humedad y excitación en sus cuerpos, y al llegar al baño cerraron con llave y comenzó el ritual y festival de los sentidos ávidos por recorrer, manos, besos, lengua recorriendo cada centímetro de piel de la otra.
Luna levantó a Ada el vestido por la cabeza dejando a Ada en ropa interior con sus brazos atrapados con el vestido impidiendo su movimiento mientras besaba y mordía su cuello provocando de nuevo los gemidos.
Luna y su voraz lengua recorrían ahora el cuerpo semidesnudo de Ada , quitando del todo el vestido y comenzando a desabrochar su sujetador sin poder despegar los labios una de la otra como dos perras en celo, su lengua ahora se paraba en los pechos de su compañera, succionándolos hábilmente y mordisqueando sus pezones mientras se endurecían como dos preciadas perlas rosadas que cuanto más las mordía Luna y mayor presión ejercía, mayor eran los gemidos emitidos por la boca de Ada, el placer y el dolor de la presión brutal ejercida directamente sobre sus pezones no la dejaba respirar con normalidad, exhalando sonidos de su boca y mordisqueándose el labio de placer.
Un segundo de tregua de Luna sobre sus pechos hicieron reaccionar a Ada introduciendo su mano dentro del pantalón abierto de su compañera de juegos dándose paso hacia el coño húmedo y resbaladizo, pero Luna quería en ese momento provocar ella sola a su amiga el placer y le quito la mano de su pantalón y retirando ambas manos hacia la espalda de su compañera le ordenó que no se moviera. En ese instante se arrodilló quedando enfrente del tanga de Ada, ya totalmente cubierto y semitransparente por la cantidad de fluidos generados.
Apartó la tela delicadamente dando paso a su lengua con fruicción sobre los labios de su amiga, los lametazos de abajo a arriba por los labios externos de la vulva provocaban que ésta se abriera cada vez más al placer generado como una flor.
La lengua de Luna lamía ahora suavemente los labios interiores lentamente subiendo hasta introducir en su boca el clítoris hinchado y rojo palpitante, que comenzó a rodear en círculos con su lengua cada vez más deprisa, succionando a la vez mientras notaba como Ada ya no podía aguantar los gemidos que escapaban de su garganta, se puso una mano sobre la boca para frenar el ruido emitido y evitar más escándalo a las personas que entraban y salían del baño.
Tras varios minutos recreándose con Ada parando y siguiendo los movimientos para evitar que se corriera tan rápido, no pudo evitar que el cuerpo de Ada vibrara en el punto de no retorno, mientras sus piernas perdían sensibilidad ante la avalancha de un orgasmo brutal que hizo que soltara un gritito junto a una carcajada que no pudo evitar.
Luna se incorporó besando a Ada con el elixir de su placer a modo de pintalabios y besándola fuertemente para ahogar la carcajada y fundirse en un apasionado beso profundo.
Le tocaba ahora el turno a Luna y Ada le bajó los pantalones y sus braguitas de color verde hasta los tobillos mientras se las sacaba por los pies, comprobó la humedad del néctar y el olor a sexo de sus bragas llevándoselas a su naríz y boca. La dio la vuelta y se puso contra su espalda mientras le subía una de las piernas sobre la tapa del baño.
Su otra mano apretaba fuerte uno de sus pechos y pellizcaba con picardía su pezón. No se recreó mucho porque notaba el grado de excitación alcanzado por Luna mientras la masturbaba así que bajó su mano diestra hacia su coño y empezó a mover uno de sus dedos hábilmente sobre su clítoris como tantas veces se hacía a ella misma.
El cuerpo de Luna comenzó a responder a la oleada de gozo que le estaban transmitiendo, mientras un escalofrío recorría su espalda por los lametones y besos húmedos que le proferían en la parte de la nuca y el cuello que la estaba volviendo loca.
No tardó en alcanzar el clímax tapándose también la boca para evitar aun mas jaleo del que estaban provocando. Se dio la vuelta y besó la mano chupando uno a uno los dedos de Ada que la habían masturbado con tanta sabiduría.
Ambas volvieron a fundirse en un abrazo precioso unido con un beso sensual sobre sus labios sellando el momento.
Una a la otra se vieron reflejadas con chispas en los ojos, sonrojadas las mejillas y una bonita sonrisa dibujada en sus caras.
Comenzaron a adecentarse la ropa y Luna comentó “ Me ha entrado un hambre voraz, ¿comemos algo?” Estallaron en una carcajada y salieron del local seguidas atentamente por la mirada lasciva de los otros dos protagonistas anónimos espectadores de segundo plano que no perdieron detalle de lo ocurrido con varias visitas al baño a escuchar el juego de ambas.