Mi nueva YO
Aquella tarde llovía.Lucía había salido con su paraguas en el bolso, es una chica previsora.
Pocas cosas le pillan por sorpresa. Pocas, pero no ninguna.
Se dirigía rápido al coche (pensando si merecía la pena sacar el paraguas para los pocos metros que tenía que recorrer), esta vez estaba aparcado en la calle.
Había dejado el mando del garaje en el coche que había llevado al taller dos días antes, y estaba pagando
las consecuencias. Es tan previsora a futuro como despistada en el presente.
Se había arreglado el pelo, pero se dio cuenta de que había sido en vano. Aquella humedad rizaba las puntas que con tanto mimo había alisado 20 minutos antes. No es que los rizos le
queden mal, pero ella se siente más cómoda pudiendo manejar un pelo liso a su antojo, quedando como ella quiere y cuando ella quiere.
¿Loca del control?
Puede, Pero cuando ella lo tiene, está tranquila y las cosas salen bien.
La lluvia esta vez se lo iba a poner más complicado, pero aún no había aprendido a controlar el tiempo.
Aún.
Iba a trabajar.
No le apetecía especialmente pero ya era jueves, y pensar en salir a tomar
algo después de la jornada, le hacía estar mas animada.
Bueno, eso, y ponerse la MÚSICA alta en el coche de camino a donde fuera. Si suena algo que la despierte, ya le dan las 6 cerrando algún garito.
No era el caso esta vez, las 6 iba a ser excesivo, pero relajada, sin prisa y un par de copas de vino era lo que le esperaba mas tarde, o eso creía.
Vestía una falda negra de tela vaquera, una camiseta beige y unas all star.
Para trabajar con niños (es psicóloga infantil) no necesitaba ir demasiado arreglada.
Cómoda pero mona.
Esa es la clave.
Aunque llovía, los grados habían subido hasta los 24-25 ese día.
Así que las medias se habían quedado en casa.
Al montarse en el coche,vibra el reloj.
Mensaje de Telegram:
Introduce el código de desbloqueo del móvil y empieza a leer.
• Vale, quiere una foto de la ropa de hoy. Eso es fácil.
• reflexiona Lucía en voz alta.
Mensaje de Telegram:
• vale, ahora quiere que haga una parada antes de llegar a trabajar.. bueno, voy con tiempo.
Y es fácil.
Le había llegado la foto de una camiseta de Zara.
Debía parar a comprarla y guardarla en el bolso. Era una camiseta de tirantes, negra, con escote en pico bastante pronunciado.
Parecía ajustada, al menos a la modelo de la foto así le quedaba, y eso que era un palo.
Seguramente a Lucía le entrarían las tetas, pero se le vería claramente el lunar del pecho derecho.
No está demasiado escondido, pero tampoco poco, sin embargo esa camiseta parecía que no iba dejar lugar a la imaginación.
Digo esto porque el mensaje decía claramente, talla S.
Esa no era en ningún caso la talla de
Lucía. Siempre depende de cada tienda pero su talla es la M en el 95% de los casos, y una 36 o 38 de pantalón, también dependiendo de la marca.
Lucía es una chica alta, morena de pelo y blanquita de piel. Tiene los ojos azules. No son muy claritos, pero las pestañas largas hacen que sean mucho más bonitos. Tiene muchas
curvas por todas partes, pecho grande y natural, sin ser excesivo, Cintura estrecha y tripa planilla, Cadera ancha y piernas voluminosas, esas son las verdaderas curvas de Lucía.
Es una amazona con muslos grandes y fuertes.
Mujer atractiva con rasgos finos, Dulce y atrevida. Una bomba.
Y su amo sabía cómo explotarla.
Y es que hacía semanas que Lucía tenia un juego, era divertido y atrevido, Muy moroso para algunos y unos locura para otros. Pero ella lo disfrutaba muchísimo.
Ya llegaba a la tienda. Entró en el probador tras comprobar que tenía unos minutos de margen antes de tener que irse.
Pues.. efectivamente. Las tetas se le salían por todas partes. Los tirantes quedaban perfectamente ajustados y tapaban los del sujetador (le gusta ir elegante siempre, enseñar la ropa interior no es su estilo), pero el escote era atrevido y una talla menos apretaba bastante una teta con otra. Hacia un canalillo perfecto, llamativo.. la presión de la camiseta
hacía que se levantaran dejando a la vista toda la parte de arriba del pecho hasta la areola.
Eso no. Menos mal que su amo había calculado bien y no tenía que enseñar los pezones ese día, O quizá simplemente es que no quería que lo hiciera.
Porque si fuera así, ella tendría que hacerlo.
No tenía mucho que opinar.
Era la camiseta y la talla. Y sobre todo, era la orden. Pagó y se fue.
Trabajó toda la tarde sin interrupción. Pero a 10 minutos de acabar, volvió a vibrar el reloj.
Mensaje de Telegram:
Esta vez era una dirección.
Las instrucciones vendrían en el siguiente mensaje:
" Ve al baño y cambiate la camiseta por la que has comprado. Dirígete después a la dirección que te he enviado. Entra en el bar y siéntate en una mesa pegada al cristal de la
terraza".
Así lo hizo.
En el baño se puso la camiseta nueva y se retocó un poco el maquillaje.
Lucía nunca se maquilla en exceso, pero los labios le gustan con algo de color. Y siempre para alguna imperfección que tapar en el rostro.
Cuando acabó, se fue hacia el bar.
Aparcó cerca.
Al bajarse del coche pasaba un grupo de chicos por delante.
Fue inevitable que mirarán aquel escote. Otras veces disimulan más pero esta vez, a las miradas le siguieron comentarios:
" Madre mía, vaya tetas"
" Joder que cubana más buena esa"
Lucía se puso un poco roja, pero la verdad, qué esperaba con aquella ropa...
A su amo le gustaba que ella fuera la paja de cualquiera en cualquier momento.
Así que se ponía cachonda sólo con pensar que pudiera serlo de aquel grupito, al menos de alguno, y
que su amo estuviera orgulloso de ella. Por eso se había vestido así, por eso iba a aquel lugar.
Sin saber qué le esperaba.
Entró en el bar y la expectación no fue menos que en la calle.
El camarero, una pareja que tomaba un café, y un grupo de chicos que esperaba que empezara el partido en unos minutos. Sobre todo estos últimos. Revolucionados..
Ella entró hasta dentro, se sentó cerca de la cristalera donde le habían ordenado y esperó.
Cogió el móvil como hacemos todos cuando estamos solos en algún sitio. Justo a tiempo.
Mensaje de Telegram:
" Estoy en una mesa alejada de la cristalera, detrás de tí.
He esperado a que cogieras sitio
para subir del baño y sentarme donde no me vieras. Pero quiero que sepas que estoy y te observo zorrita.
Estás preciosa con esa camiseta"
Lucía se excitó.
Eso no se lo esperaba.
Llevaba semanas hablando con un desconocido, toda su relación era virtual, sexual, pero virtual.
Él se sabía su cuerpo de memoria, cada rincón, en todas las posturas posibles..
Habían hablado de muchas cosas y se sentía conectada con él en cierta manera. Le excitaba aquel hombre de detrás de la pantalla y fantaseaba con estar en la misma habitación que él algún día.
¿Pero así?
De repente llegó un chico.
Sin preguntar se sentó y le dijo su nombre:
Sergio
Lucía temblaba y no supo qué decir.
Mensaje de Telegram:
"Bésale, Comele la boca sin decir ni una palabra"
Lucía actuó.
No sabía si estaba más nerviosa o más caliente.
Sergio recibió el beso muy positivamente.
• vaya Lucía, encantado yo también.
Lucía sonrió, y sólo dijo:
Órdenes
Mensaje de Telegram:
" Coquetea, que te mire y te desee, hazlo como sabes. Buen beso zorrita"
Lucía estaba nerviosa. Las ganas de mirar hacia atrás eran enormes, pero está bien aleccionada.
No falla en la orden.
Mensaje de Telegram:
" Descalzate, que lo vea el camarero cuando vaya a tomaros nota, si te mira le sonríes.
Pregunta a Sergio si le ponen los pies, y si te dice que si, ponselo en la polla y no lo quites de ahí en toda la noche”
Así lo hizo.
Comenzó a charlar con aquel desconocido como si ya hubiera tenido contacto antes.
Jugaba con el pelo, sonreía, se colocaba la camiseta... Sergio sólo tenía ojos para aquel escote.
Bueno, Sergio y los chicos del fondo que, aunque hubiera comenzado el
partido, no lo estaban siguiendo demasiado..
Cuando Lucía vio que venía el camarero comenzó a desabrocharse una de las zapatillas.
Para eso había que agacharse.
• vaya, Sergio, puedo pedirte un favor? Es que creo que no acertado con la talla de la
camiseta y me está un poco justa aquí en el pecho. Puedes avisarme si se me baja demasiado y se me viera el pezón?
• cómo? Ah, si. Claro. A ver, molestia no es claro.
Se agachó y salieron un poco más por encima de la camiseta.
• Lucía no tengo claro que no se te vaya a ver la teta en breve, y viene el camarero..
• dijo Sergio nervioso.
Cuando llegó aquel hombre dispuesto a tomar nota, la situación era divertida cuanto menos.
Un pie descalzo, las tetas mal colocadas y medio fuera de la camiseta, y Sergio colorado..
pero no más que Lucía.
• pues mira a mí me vas a poner una cerveza fresquita a ver si bajamos la temperatura. -
dijo Sergio
• pues que sean dos, así me animo y terminamos de subirla.
• contestó Lucía.
Era tímida, pero mentida en la situación es una chica divertida y cruzada la barrera de la vergüenza, incluso atrevida a ratitos.
Tenía unas ganas locas de saber lo que su amo estaba viendo de todo aquello.
Si lo estaría haciendo bien, si le estaría excitando...
Quería ser la sumisa perfecta esa noche.
Trajeron las cervezas. Sergio quiso brindar.
Pero ella se adelantó:
• por los chicos a los que les gusta que les masturben con los pies.
Es tu caso Sergio?
• joder Lucía, pero de dónde sales tú?
• bueno, es el primer brindis que me ha venido a la cabeza.. pero.. no has contestado.
• bueno, si..la verdad. Me gusta..
• pues por tí entonces, Sergio
Y puso en pie exactamente dónde su amo le había ordenado..
Mensaje de Telegram:
" Eres una buena zorrita sumisa.
Lo tienes en el bote, y a mí más"
Lucía estaba cachondisima. Tenía un tío delante que la deseaba por su físico y por sus comentarios que le descolocaban cada minuto.
Y detrás a su amo, que la deseaba por ser una buena sumisa con tremendas tetas.
Ya había pasado 1 hora y Lucía no había movido el pie de la polla de Sergio.
Que por supuesto estaba dura como la propia mesa.
Mensaje de Telegram:
"Pagad que os vais. Te vas al coche con él, este chico se merece que acabes lo que has empezado... Te sientas en la parte de atrás con él. Le bajas la cremallera del pantalón, le
sacas la polla y le pajeas. Él puede tocarte lo que le dé la gana, él lo sabe".
Eso hicieron. Pagaron y salieron.
Iban hacia el coche, ella sonreía y coqueteaba. Se reía de cualquier broma.
Saben encandilar.
Lucía abrió el coche, se sentó en la parte de atrás y Sergio la siguió.
Miró por la ventana y vio la figura de un hombre que simulaba hablar por teléfono, entendí que era él, su amo, quería ver cómo sus órdenes se llevaban a cabo.
Lucía bajó la cremallera de Sergio, estaba bien dotado. La punta sobresalía por encima del boxer azul marino. Él se bajó el pantalón y la ropa interior para agilizar el proceso.
No veía el momento de que Lucía empezara a tocarle.
Ella se acercó un poco, las tetas ahora sí sobresalían de más. Se había movido ambos pezones asomaban por encima de la camiseta.
Sergio lo vio.
• uuuuffffff
No tardó en levantar las manos e ir directo. Apretó las tetas de Lucía, despacio pero con ganas.. ella gimió un poco. Agarró aquel tronco ya desnudo completamente y empezó a
mover la mano de arriba a abajo despacio. Sergio bajó la camiseta, le sacó las tetas del sujetador y empezó a sobar a Lucía con más fuerza. Las apretaba y pellizcaba sus pezones. Lucía estaba excitadísima. Movía la mano con ritmo y apretaba la punta cada ves que subía..
• te gusta? - dijo ella
• ufff Lucía, sigue.
La escena continuó unos minutos más.. Sergio echó la cabeza hacia atrás..
• abre las piernas Lucía
Ella lo hizo.
Él soltó una de las tetas (la otra no) y metió dos dedos en la vagina empapada de Lucía.
Ella gimió..
Era un poco brusco, fruto de la excitación. Lucía llevaba toda la noche calentandole. Y
metía y sacaba los dedos con fuerza. Ella estaba chorreando, en cualquier otra situación
Confianzá hubiera pedido ir más despacio, pero ahora no quería eso.
• ay, dios...
• joder Lucía.. voy a correrme
Ella siguió subiendo y bajando la mano, pajeando a aquel desconocido porque era la orden) que le habían dado. No se había planteado si le apetecía haber llegado hasta ahí, ni
siquiera se había planteado por qué ir a tomar algo con alguien.
Ese era el juego desde hacía semanas. Ella no pensaba.
6Acataba órdenes. Tenía mandatos
y debía llevarlos a cabo. Eso le excitaba y ese era el objetivo. Volvió a la realidad, dejo sus
pensamientos a un lado y se encontró con la mano llena de semen.
No sé cuánto tiempo lleva a Sergio sin correrse pero parecía que bastante.
El sacó los dedos de la vagina de Lucía.
• si no te colocas la camiseta voy a por un segundo asalto, Lu.
Ella se rió y se vistió.
• lo he pasado genial Sergio!
• yo también. Espero que nos volvamos a ver pronto
• eso no depende de mí. Yo no tomo las decisiones.
Sergio se acercó a darle un beso y ella giró la cara.
• no estoy segura de que mi amo quiera una despedida
• vale, perdona.
Sergio sonrió, salió del coche y se fue.
Aquella sombra de la ventana también había desaparecido.
Mensaje de Telegram
" La paja que me voy a hacer contigo está noche va a ser tremenda. Eres una zorrita
buenísima. A casa"
Lucía, sonriendo, excitada y satisfecha, se cambió al asiendo del conductor y se fue.