Sólo adultos (parte I)
Sólo adultosPor fin llegamos al hotel, paradisíaco, formado por pequeñas cabañas repartidas entre la vegetación, a pie de playa para nuestras merecidas vacaciones! Por primera vez habíamos escogido un hotel de estos de "Sólo Adultos", que se supone que son más tranquilos, más adecuados para pasar unas vacaciones relajadas en pareja.
Nada más llegar a la habitación, abrimos las maletas y nos colocamos nuestros bañadores para ir a la piscina. Mientras Guille se desvestía, admiré su cuerpo, moreno, atlético, fuerte, tan apetecible como siempre... ese cosquilleo entre las piernas asomó, como siempre que le veía desnudo, con esos atributos que me provocan tanto placer. Para el primer día elegí un bikini de triángulo, con tanga de lazadas, que dejaba muy poco a la imaginación. No hay problema en que me vean, pensé, todos son adultos, y por qué no, me pone mucho que me miren, incluso que me desnuden con la mirada e imaginar las guarradas que querrían hacerme. Me puse frente al espejo admirando mis curvas, mientras David me miraba pícaro, lascivo... estaba pensando lo mismo que yo, le encanta exhibirme y ver cómo me devoran con la mirada...
La piscina que elegimos, de las varias que había no era grande, estaba rodeada de altos setos, y tenía muchas tumbonas, y algunas camas balinesas. Nos acomodamos en una libre, al lado de otra ocupada por una pareja, más o menos de nuestra edad.
No pasé por alto que nos dieron un repaso nada más ocupamos la cama... esto me gusta, pensé. No me dio reparo mirarles y comprobar lo buenos que estaban. Él, delgado, alto, con aire algo intelectual, pero con ese morbo que te llama la atención y no te deja indiferente. Me fijé que estaba con un libro, uno de mis favoritos, vaya encima de sexy tenía la cabeza bien amueblada, pensé… Ella, menuda, con curvas exuberantes, una sonrisa luminosa y tal sensualidad a flor de piel que pensé: lo que disfrutaría Guille con ella...
Como ya me estaba poniendo muy caliente, me fui directa a la ducha. El agua estaba fría, y su contacto hizo que mis pezones se pusieran tan erectos que eran visibles a través de la fina lycra que los cubría. Noté las miradas ávidas de Guille y nuestro vecino de cama sobre mi, y me recreé bajo la ducha, acariciándome, girándome, mostrándome. El agua corría sobre mi piel, tensando mis músculos y acelerando mi respiración... a pesar el frío del agua, en mi interior crecía un calor ardiente, de pura excitación sexual.
Nuestro vecino de cama se levantó y fue directo a la ducha, justo a mi lado. Abrió el agua y pude contemplar todo su cuerpo mejor, fibroso, esbelto, su piel toda mojada era una irresistible invitación a recorrerla centímetro a centímetro, de arriba a abajo. Nuestras miradas se cruzaron, e inmediatamente el morbo y la lujuria surgieron como una oleada. Su mirada obscenamente lasciva no dejaba lugar a dudas. Tras recorrer con sus ojos mi cuerpo de arriba a abajo, se mordió el labio inferior y empecé a notar como bajo el agua de la ducha, mi sexo empezaba a mojarse desde dentro... su bañador mojado se le pegaba a la piel, marcando una incipiente y gorda erección…joder cómo me estaba poniendo este tío...
Con un gesto de cabeza me señaló nuestras camas balinesas y pude ver a Guille conversando con su chica, la cual sonreía zalamera, y se acomodaba exhibiendo sus generosos pechos apenas tapados por un top minúsculo. Pude notar la excitación en Guille. Como había adivinado, nuestra vecina le estaba poniendo como una moto, de forma totalmente intencionada, se le notaba la mirada como la de una pantera relamiéndose ante su próxima presa... esto sólo podía acabar de una manera; Estaba claro que nuestros vecinos habían movido ficha.