Ven Aquí
Era incapaz de moverme a voluntad, en ese momento mi cuerpo sentía todo tipo de espasmos, una corriente eléctrica me recorría de pies a cabeza, siendo mucho más intensa en mis zonas erógenas. Era todo un calambre de placer que me había inundado por completo tomando el control de mi ser. Era el placer más grande que había sentido, a mi lado ella me miraba, orgullosa de haberme provocado aquel placer, divertida por haberme enseñado algo nuevo y poderosa por haber tomado el control de la situación ante mi asombro.
Aún podía sentirla diciéndome ven, aún podía sentir el momento en que ella me decía que ya estaba a punto de llegar, seguía sintiendo aquella sensación de estar perdiendo el control, sabía que mi orgasmo estaba al borde y supe en aquel último ven, dicho con su dedo cuando de su boca salía un, aquí está, que su cara y su pecho quedarían inundadas del fruto de mi disfrute.
¿Porqué no había dejado antes que nadie jugara con mi próstata? Sería imposible a partir de ese momento vivir sin aquella sensación.