La cata de vinos
A mí no me apetecía ir, pero mi amiga me convenció, "vente conmigo por favor, hay un asistente que me gusta mucho y no sé cómo hablar con él, además el profesor es muy majo, y a las malas nos tomaremos unos vinos"Y asistí, sin ganas, pero asistí.
Al llegar un grupo de gente charlaba animada y entre ellos se oía una risa de esas que son contagiosas y te alegran el día, pero no pude identificar de quien provenía, al colocarnos en nuestros respectivos sitios nuestras miradas se cruzaron, una tímida sonrisa y un repentino calor que afloró en ambos.
A partir de ahí aún sin mediar palabra, el cruce de miradas, las sonrisas tímidas, los roces al descuido hicieron acto de presencia para quedarse e ir a mas en un futuro.
Las últimas e únicas palabras del profesor, muy cerca de mi oído y en susurro apenas perceptible....
"El próximo vino lo tomaré en tu cuerpo"