LUBRICIDADES /XXI
LUBRICIDADESXXI
Cuando reluce
mi polla tras el orgasmo,
brillante de tu flujo y de mi esperma
abandonando la magnífica caverna
en la que, antes, escupió su disparate
y en tu ombligo
se forma un terremoto
a modo de telúrico y gozoso
temblor de tu interior en la corrida
que dio a la excitación su jaque mate
y nos quedamos
muriéndonos de gusto
abrazados en un nudo desnudo
que nos trae de vuelta a la memoria
de quiénes somos y qué estamos haciendo,
nos disponemos
una vez más sin criterio
a empezar con el abrazo otro proyecto
de cuerpos que se buscan y se encuentran
en este caminar que es ir viviendo.
Has sido tú, mi amante amiga,
razón de mi descaro y desenfreno.
Has sido tú quién señaló mi herida
y, en vez de echarle sal, le diste besos.
Has sido tú, y por eso follamos,
quien decidiste juntarte a mi cuerpo.
Yo decidí, también, y en eso estamos
que si lo quieres tú, por mí perfecto.
Follarte es inventar la narrativa,
descubrir que tu piel son las razones
por las que una vez nació la poesía,
tu sexo el teatro de operaciones
donde ataca con febril impulso necio
mi miembro empujando en tu vagina,
ahogándose al pasar por el estrecho
vado interior que tu coño destila.
Follarte es tocarte los adentros,
explorar la verdad que te provoca,
partir en viaje de descubrimiento,
ascender hasta el cielo de tu boca,
encontrar en tus brazos refugio,
encontrar en tus pechos sustento…
mi polla es como un torpe artilugio
que busca tu placer en tus adentros.
¿Buscando tu placer encuentra el suyo?
Cojonudo, genial, venga el orgasmo
y vuelva a manar de mi capullo
el semen que me brota como a espasmos
inundando tu sexo receptivo,
juntándose de nuevo en tus entrañas
mi placer con el tuyo, sin motivo:
solo porque hoy nos nacieron las ganas.
Y ahora reluce
mi polla tras el orgasmo
y tu cuerpo también brilla en la cama
perlado del sudor que, ya con calma,
voy a limpiar despacio con mi lengua.
Toda tú eres,
para mi boca,
ahora mismo la ruta de mis besos,
mientras te recorro y te saboreo,
mientras el tamaño de mi pasión mengua.
El cuerpo tiene
sus ritmos y sus cosas,
y es de ley respetarlo y, sin embargo,
cuando llego a tu vientre, quiero amarlo
amándolo lamiendo sus secretos.
No vamos a follar,
no tengo fuerzas.
Pero aún puedo hacer que, si tú quieres,
mis manos y mi lengua a ti te lleven
al paraíso que es el clímax del sexo.
Que yo ya estoy aquí, y me encuentro solo…
Mejor contigo, siempre, aquí a mi lado,
amante amiga que me has follado
y a la que ahora, yo, le como el coño.