Gota a gota
Estaba en una celebración por la noche y hacía un tiempo de mil demonios. Los relámpagos destellaban y los truenos se sumaban a la música del ambiente. Yo andaba un poco hastiado de la celebración así que me retiré a una amplia terraza cubierta que permitía ver el exterior. Tenía un jardincillo con mucha fronde e incluso árboles q atravesaban el techo. A través de ellos se colaba agua del temporal en el jardín formando charcos. Yo me senté en un lado a contemplar el temporal y dejarme arrullar por el sonido de las gotas caer en los charcos.Plic. Gota
Plic. Gota
La tranquilidad me invadía y sentía como me relajaba, como era consciente de mi alrededor.
Plic. Gota
Plic. Gota
En ese momento me di cuenta de q alguien venía a la terraza en la q estaba yo. El inconfundible sonido de unos tacones se entremezclaba con los truenos. La mujer entró y se dirigió al lado opuesto de donde estaba yo, ni siquiera pareció darse cuenta de que yo existía. Se apoyó contra los ventanales y se quedó allí, sin moverse con la mirada perdida en el charco donde caían las gotas
Plic. Gota
Plic. Gota
Los dos nos quedamos como hipnotizados con el sonido y las ondas del charco. Parece mentira como un ritmo así puede aquietar la mente.
Los relámpagos se sucedian y la figura de ella se recorta contra ellos. Poco a poco voy siendo consciente de su cuerpo lleno y curvilineo, el perfil de su cara clásico con unos labios también llenos. Su expresión serena entre las penumbras termina de darle un contraste delicioso que hace que mi paz mental torne a un deseo voraz y consumidor.
Plic. Gota
Plic. Gota
El sonido otrora tranquilizador ahora es enervante. Lo único que hace es alimentar esos instintos primarios levantados por aquella desconocida. Para aliviar un poco mi agitación empiezo a golpear al mismo ritmo el reposabrazos de mi silla.
Plic. Gota
Plic. Gota
En ese momento veo que ella sale de su ensimismamiento y me mira alertada por el sonido de mis dedos. Aprovecho para mirarla directamente, mis ojos reflejando lo que sentía en ese momento mientras le sonrío de forma pícara. No debiera hacerlo, pero tenerla allí y escuchar aquel ritmo enervaban mis nervios de tal manera que era difícil mantener el control. Aun así, dejo que el tiempo pase…
Plic. Gota
Plic. Gota
Plic. Gota
Plic. Gota
Veo que el desconcierto inicial se le pasa y para mi sorpresa, me sonríe mientras cambia la pose de su cuerpo para hacer aún más patente sus curvas. Esa reacción hace que me eche hacia adelante en la silla, dejando mis manos en los reposabrazos, en clara indicación de que estoy dispuesto de ir hacia ella. Ella lo único que hace es recostarse contra el ventanal. No aparta la mirada de mi a la vez que entreabre un poco las piernas, marcándolas contra su vestido largo y suelto.
Plic. Gota
Plic. Gota
Ante esa invitación, no puedo más y me dirijo hacia ella. Veo su expresión de satisfacción por tener ese influjo en mí, por jugar conmigo de esa manera. Los truenos y relámpagos siguen sucediéndose. Cuando llego a ella, la miro a los ojos y empiezo a acercar una mano hacia su cuello para traerla hacia mí y besarla. En ese momento veo que hay un destello y lo paso a sujetarla suave pero firmemente contra el ventanal. Veo sorpresa en sus ojos, incluso inquietud. Justo en el momento exacto, tomo sus labios mientras el tremor del trueno invade el edificio. Pero ese tremor lo siento yo a través de la piel de su cuello y de sus labios entreabiertos…
Plic. Gota
Plic. Gota
Somos ella, yo y el temporal. Noto el deseo de ella estallando en su cuerpo en cómo se tensa, cómo acelera su respiración. Empieza a deslizar sus manos por mi pecho, por mi vientre, por mi cintura disfrutando mi constitución delicada pero firme. Yo sigo saboreando sus labios en lo que libero su cuello y recorro su espalda con mis manos hasta llegar a su cintura y atraparla firmemente.
Plic. Gota
Plic. Gota
El temporal arrecia. El ritmo de las gotas acelera y se impone como un metrónomo en nuestras mentes demandando ser satisfecho. La aprisiono contra el ventanal en lo que subo una mano a sus pechos y bajo otra al interior de sus muslos. Noto perfectamente la tersura de los primeros y la calidez del segundo a través del fino vestido que viste ella lo que hace que me excite sobremanera.
Plic. Gota
Plic. Gota
Ella me pone la mano en el cuello y clava sus dedos en mi piel en lo que se aprieta contra mí y descubre con la otra mano que a través de mis bolsillos puede notar perfectamente mi excitación. En ese momento aprovecho para deslizar mi mano en su pecho bajo el sostén para poder disfrutar de la suavidad y el tacto. Acto seguido hago otro tanto con la mano que tenía entre sus muslos, subiéndole el vestido…
Perdición…
Plic. Gota
Plic. Gota
El tacto cálido, untuoso y húmedo impacta contra mis sentidos… En ese momento, todo mi cuerpo se tensa aún más todavía y lo único que puedo pensar es en disfrutar ese tacto. Deslizo mis dedos con delicadeza por esa tierna carne en lo que escucho los quedos gemidos y respiraciones de ella contra mi oído.
Plic. Gota
Plic. Gota
Esos mismos dedos los deslizo en su interior para sentir aún más su calidez y sentirme rodeado por ella. Llego a una parte más carnosa y empiezo a jugar con ella. Una pulsación fuerte y rápida, relajo suave y lento. El ritmo lo marca el temporal, nuestro metrónomo:
Plic. Gota
Plic. Gota
Sigo así hasta que consigo lo que buscaba, ella se pierde totalmente y yo noto la manifestación física en mi mano: el tacto cremoso de su interior, el calor que irradia, el espasmo que atrapa y presiona mis dedos…
Y por supuesto, sus gemidos entrelazados con el sonido de los truenos…
Verdadera delicia y paraíso todo el momento…
Plic. Gota
Plic. Gota.
Ella está recostada contra el ventanal recuperándose de su momento. Pero es golosa. Voraz. Quiere cobrarse su presa y aún no he caído. Sabe perfectamente que estoy en mi punto. Sabe cómo me he regodeado y alimentado de las sensaciones de su cuerpo. Y ahora es su turno.
Plic. Gota
Plic. Gota
Desabrocha mis pantalones y desliza sus manos, una para apartar mi ropa interior, otra para agarrar su objeto de deseo. Nada más tocarme, noto el tacto frio de su piel por apoyarse en los ventanales y la sensación es como un calambre que recorre todo mi cuerpo. Empieza a acariciarme, a frotarme…
Plic. Gota
Plic. Gota
Me tiene, ve mi cara y sabe lo que está pidiendo mi cuerpo. Pero ella sigue jugando conmigo sin piedad y disfruta del control que tiene sobre mí. Lo que no sabe es que mi cuerpo es sabio y sabe esperar para poder disfrutar del mejor momento…
Plic. Gota
Plic. Gota
Ese ritmo sigue martilleando en mis sentidos mientras ella hace disfrutar mi cuerpo. Finalmente decide dar fin a mi tormento y me guía hacia su interior. Ahí sí que pierdo todo rastro de control y la tomo contra el ventanal sin más miramientos...
Plic. Gota
Plic. Gota
Las gotas marcan el ritmo con el que me muevo en su interior, untuosa ella, rígido yo. Maldito y ansiado contraste que invade mi mente con sus sensaciones. Según pasa el tiempo el contraste se hace más y más fuerte hasta que llega un momento que no lo puedo sentir más. Con un destello, el placer recorre mi cuerpo y le doy rienda suelta…
Plic. Gota
Plic. Gota
Las gotas caen, hermanas de las que recorren mi cuerpo por el esfuerzo. El ritmo ya no me enerva, me calma la agitación del cuerpo y de las sensaciones. Me incorporo un poco y contemplo su cara, plena y satisfecha. De fondo veo como el temporal despeja y aparece la luna. Semejante momento compartido pienso que debería ser el comienzo de algo, no se el que, pero algo.
Quiero que sea la tormenta y la tempestad en mi vida
@*********ouple