LUBRICIDADES /XVI
LUBRICIDADESXVI
Noto cómo te palpita
el coño tras el orgasmo.
Lo noto en mi miembro,
aún duro,
dentro de ti.
Me lo aprietas
con las caricias
de tus intimidades más tuyas…
Me encanta estar así,
tras el esfuerzo,
dejándonos estar
en el descanso.
Respiras rápido con la sonrisa
de la que ha conseguido el objetivo marcado.
Tu mano en mi pelo,
la mía en tu pecho,
caricias sin voluntad,
casi automáticas,
necesarias,
nacidas del no saber decir con palabras
lo que no hace falta pronunciar.
Hace un minuto,
gimiendo,
llegando en el grito el clímax,
éramos pura energía
sexual devorando el mundo.
Ahora,
sólo,
estamos tranquilamente abrazados.
Noto cómo te palpita el coño…
También noto tu corazón,
bombeando alegría a tus rincones.
¿Siguen duros tus pezones?
Sigue en ti mi erección,
porque noto que tu sexo
la acaricia suavemente.
Qué delicia, así sentirte…
qué mundo tan diferente
del que habitábamos antes,
en el follarnos a muerte…
Antes, en tensión, bien fuerte
tensabas todo tu cuerpo,
recibiendo mis ardores
embistiéndote de frente.
Ahora, vas por mi pelo
con tu mano suavemente:
lo sé porque te estoy viendo,
si no, no sería consciente.
Noto cómo te palpita
el coño en torno a mi polla.
Lejos de reblandecerse,
cada vez está más gorda:
me la estás poniendo dura
con esas caricias hondas.
Seguimos en el descanso,
pero juega mi cadera.
Comienzo a moverme, lento,
casi justo en la frontera
del estarme casi quieto.
Contra ti muevo mi pelvis
y mi miembro explora dentro.
Un suspiro me confirma
que me sientes y que es bueno.
Vamos a seguir aún quietos,
únicamente este leve
hundirme más en tu cuerpo…
Pero ya sabemos dónde
nos conducirá este juego.
Respiras más lento ya,
recuperas el aliento…
ya no te palpita el coño,
ahora te palpa mi miembro:
sin apenas darnos cuenta,
de nuevo estamos follando…
¡Qué maravilla de día
que así estamos comenzando!