La lluvia y tu.
Hoy un día lluvioso, la humedad se cuela en cada rincón, y yo, desde la terraza, observo el desfile de gotas deslizándose por el cristal de las ventanas. Cada gota que cae parece susurrar secretos que me erizan la piel, desencadenando una marea de sensaciones que no puedo ignorar.El sonido de la lluvia golpeando los árboles, un ritmo constante y perturbador, despierta en mí un fuego interior, una llama latente que arde con intensidad. Me siento en una silla de mimbre, dejando que la brisa húmeda me acaricie, mientras le abro un privado en la mensajería.
Cuando responde, su mensaje aparece en la pantalla, breve y cargado de curiosidad. Veo que está escribiendo, y cada segundo de espera me enciende más.
• "¿Te imaginas cómo sería estar aquí, conmigo, bajo esta tormenta?" (Me escribe).
Yo tratando de controlar el temblor en mis dedos. "Cada gota que cae me hace pensar en ti, en cómo se deslizarían por tu piel, en lo que haría yo para secarte...".
Su respuesta llega, un mensaje corto que sugiere más de lo que dice, y el deseo arde con más fuerza, alimentado por el murmullo constante de la lluvia.
Continuará...