LUBRICIDADES /XIV
LUBRICIDADESXIV
Recojo recuerdos rotos,
los junto y hago otros nuevos.
Al final, lo que deseo
es mitad tú, mitad otros.
Por eso nunca lo alcanzo,
porque no existe el destino
al que encamino mis pasos:
nunca termina el camino.
Todas las que habéis pasado
por mi cama o por mi cuerpo
formáis una mujer-diosa
que acapara el pensamiento.
Cuando me asalta en la noche,
presentándose en el sueño,
veo tus labios besando
mientras beso yo otros pechos…
O, si lamo tus pezones,
en otro pubis me adentro.
Eres siempre tú, y tú, nunca.
Sois muchas y lo estáis siendo.
Y te deseo a mi lado,
con tu historia y con tu cuerpo,
y deseo ver tu rostro
si en la noche me desvelo
y despertarte despacio
despertándote al deseo.
Y deseo ser yo el hombre
que te llene los adentros,
los tuyos, tan imperfectos
como yo lo soy, y donde
sea tu voz la que me nombre,
tu cuerpo el que me asombre,
tu verdad mi fiel reflejo
y mi nada, siempre pobre,
millonaria de tus besos.
Pero cuando es la mente
la que manda, no te veo.
O, mejor: te veo a trozos,
como parte de esa diosa
que formáis todas las damas
que habéis sido mis amantes.
Algunas, también, amadas.