LUBRICIDADES /I
LUBRICIDADESI
«Escríbeme una historia nuestra»,
me dices hecha piel desnuda entre mis brazos,
mientras me revelas a gritos el secreto
que has guardado con toda la fuerza de tus días.
Encuentro tu cuerpo como un folio en blanco
y escribo con la tinta de aire de mi voz,
deslizando sus palabras como besos suaves
por las páginas de los volúmenes de tu feminidad.
Eres hembra y así te sabes,
así te sé y así te saboreo.
Entre nosotros, ahora,
nace el deseo.
«Dime dónde llevarás mi gozo»,
me dices mientras abres tu mundo al mío.
No quiero nada, en este momento,
que me pueda distraer de tu sendero.
Eres ruta apenas conocida, que descubro
mientras visito sus rincones.
En cada recodo del camino, paro;
en cada fuente que veo, bebo y vivo.
Eres hembra y así te sabes,
así te sé y así te saboreo.
Entre nosotros, ahora,
crece el deseo.
«Escríbeme una historia nuestra»,
te digo tumbado desnudo a tu lado
para que recrees entre nuestros cuerpos
otro mundo gozoso en el que habitarnos.
Y crean tus labios todo un universo
en el que desde su centro se irradia tu risa:
una risa suave de besar despacio,
una risa leve que, lenta, acaricia.
Eres hembra y así te sabes,
así te sé y así te saboreo.
Entre nosotros, ahora,
arde del deseo.
«Dime dónde llevarás mi gozo»
te digo mientras domas mi locura
sujetando fuerte entre tus muslos
la razón de ser de este arrebato.
En el mapa de los mil placeres
dibujas tu Ruta de la Seda
y la recorres hecha diosa embravecida
y así te corres, hecha fuente de la vida.
Eres hembra y así te sabes,
así te sé y así te saboreo.
Entre nosotros, ahora,
estalla el deseo.
«Escríbeme una historia nuestra»,
me dices hecha placer entre mis brazos,
mientras tratas de llevarme contigo
al universo paralelo del orgasmo.
Y es tu cuerpo, de nuevo, folio en blanco,
y con mi pluma escribo profundo en sus adentros
con la tinta blanca de una vida
que se nos escapa, amantes, entre los cuerpos.
Eres hembra y así te sabes,
así te sé y así lo hemos disfrutado.
Entre nosotros, ahora,
se apacigua el deseo desbordado.