De dos muchachos.
(Voy a reescribir un relato que había pensado, pero con otra estructura y mejorado con la IA) Agrego imagenes para hacerlo más "inmersivo" o más atractivo al relato, creo que las imágenes pueden formar parte interesante de uno, sin ser necesariamente explicitas. Las tres primeras fueron generadas por mí en Discord, y si bien tienen ciertos grados de realismo, no existen. No estan basados en nadie en particular, más allá que en recuerdos y el impacto cultural que uno puede tener en la sociedad que vive. Las otras dos si son reales, pero es la idea de los lugares más o menos de acción, para dar contexto.Enjoy!
Se acepta cualquier comentario, sugerencia, pregunta, de cualquier estilo.
Lucas Rodríguez Arocena es un muchacho destacado por muchos aspectos, pero sin duda, su presencia es lo primero que llama la atención. Con su altura de 185 cm y su cabello rubio dorado que parece capturar la luz del sol, Lucas no pasa desapercibido. Su piel blanca, contrasta fuertemente con el vibrante azules de sus ojos, esos mismos que destellan con un brillo especial cuando sonríe.
Criado en Montevideo, Lucas ha hecho del deporte y del estudio de las matemáticas sus grandes pasiones. Juega al rugby con una dedicación y habilidad que le han ganado una beca en el prestigioso British School's de Montevideo, un lugar que no solo reconoce su capacidad atlética sino también su impresionante inteligencia matemática. Alegre, carismático y con una mente abierta, Lucas se ha convertido en una figura sumamente popular entre sus compañeros. Su vida social es un torbellino de actividades, siempre rodeado de amigos y admiradores, pero conserva una especial conexión con Westley Howard Jiménez de Arechaga, más conocido como West.
West, por su parte, es un caso curioso y fascinante. Hijo único de un duque inglés asentado en Uruguay desde hace más de 20 años y de una distinguida uruguaya, West ha heredado el título de Earl of Winchester, un legado que lleva con una mezcla de orgullo y responsabilidad natural. Con sus 192 cm de altura, este joven de cabello rubio y ojos azules posee una presencia que, aunque menos estridente que la de Lucas, no deja de ser imponente. Atleta y medio scrum en el equipo de polo, West comparte con Lucas el gusto por el deporte y una aguda inteligencia. Reconocido por su intelecto agudo, West disfruta de la tranquilidad de su vasta mansión en un exclusivo barrio privado en las afueras de la Montevideo, un lugar que suele tener para él solo dado que sus padres están frecuentemente fuera del país.
A diferencia de West, Lucas vive en un amplio apartamento en Malvín, un barrio de clase media alta frente a la rambla montevideana. Aunque proviene de un hogar de clase media-alta, su situación económica es ajustada; es el segundo de cinco hermanos y comparte dormitorio con su hermano menor. Su beca del 75% es un testimonio de su esfuerzo y dedicación, no solo en lo deportivo sino también en lo académico.
La amistad entre Lucas y West es profunda y compleja. West, abiertamente gay y admirado tanto por su carisma como por su estatus, ve en Lucas un amigo leal y atractivo, un joven cuyo magnetismo natural atrae a todos, independientemente de su orientación sexual. Lucas, por otro lado, aunque consciente de su propio atractivo y popularidad, se ha encontrado recientemente reflexionando más sobre West, de manera casi inconsciente, especialmente al saber que, a pesar de su apariencia y su entorno, West permanece virgen, un detalle que añade una capa de inocencia y misterio a su compleja personalidad.
Otro detalle que le resulta fascinante a Lucas de West, es su dormitorio en la impresionante mansión. West, con su imponente altura y una indiscutible masculinidad, tiene un santuario privado que uno no lo conectaría con el deportista nato que es. Su dormitorio se encuentra en un tercer piso, con vistas a el restos de las casas de La Tahona (el country donde vive, la mansión se encuentra sobre una colina), con una hermosa terraza, un gran baño privado y un vestidor propio, aparte de un minibar. El gran detalle es todo el encanto femenino de la habitación. La amplia cama King Size de West esta cubierta de finas sábanas de seda rosadas, con peluches y cómodas almohadas. El respaldo esta tapizado de un rosa muy delicado también, y revestido de finas capas de puro oro. Hay confortables alfombras persas rojizas y de suaves tonalidades pastel rojizas o rosadas. Como así también dos grandes sofás con una mesa preciosa de mármol para encuentros más distendidos. Ambos sofás están también tapizados en fina seda rosada. Como también hay detalles rosados en las paredes de mármol y en las columnas griegas que decoran el dormitorio, dando un ambiente de suma calidez a pesar de la magnitud del tamaño del dormitorio. Siempre tiene flores que huelen de maravilla, incluso en el cerrado invierno uruguayo. Hay una hermosa estufa a leña, con fotos familiares y de amigos (Lucas incluido) sobre la repisa de la chimenea. Al lado dos grandes bibliotecas. Y ahí se ingresa al vestidor, que es delicadamente rosado, con espejos, y contrastando con el calzado deportivo, zapatos formales, championes (tipo zapatillas más casuales) y un montón de ropa de diseñador a la vez que uniformes de rugby, trajes, uniforme del colegio. Contrasta con la femeneidad del vestidor. Del otro lado se encuentra el escritorio de estudio con una enorme MacBook (al lado de la entrada del baño), el minibar, otra biblioteca, y finalmente una TV enorme. O sea, el contraste es increíble. Su habitación resulta “muy girly” para semejante muchacho rudo y grande. Pero él sabe que su amigo atesora ese lado, sin querer ser femenino, ni estar inconforme con su masculinidad. Es algo que se siente cómodo solamente en su propio dormitorio. Lugar donde solo poca gente puede entrar. Hay varios cuartos de invitados, donde si hay visitas para él se pueden quedar. Pero acá, solo sus familiares e íntimos se pueden quedar. Lucas es uno de ellos, se queda frecuentemente, ya que prefiere a veces salir del caos de su casa. Y encuentra cada vez más confort en el dormitorio de su amigo. Y tal vez algo más, excitado? Destella lujo, confort, pero también lujurisa, el dormitorio de West, cosa que el conde mismo, bastante más inocente que Lucas, no se da cuenta. Usalmente Lucas se tiraba simplemente en los sillones, re cómodos, pero West le ha dicho varias veces que se recueste con el, con lo enorme que es la cama, no habría problemas. Y fue ahí donde empezó esa sensación. Que confortable estar ahí. Que suavidad. Ver el cuerpo casi desnudo de West. Que delicado para ser un pibe que puede resultar hasta violento en el campo de rugby. Aparte que también West es destacado en futbol americano. Se sorprende y se queda dormido con esos inquietantes pensamientos despertándose al otro día con una prominente erección, abrazado a su amigo. Cosa que desimula yendo rápido al baño, confuso.
En el fondo, tanto Lucas como West exploran los límites de una amistad que se tiñe gradualmente de otros matices, más profundos y significativos. Ambos jóvenes se encuentran en un punto de sus vidas donde el futuro parece un lienzo vasto y prometedor, y su relación mutua, un fascinante estudio de contrastes y similitudes que los lleva a cuestionarse sobre la naturaleza del deseo, la amistad y el amor en sus más variadas expresiones. A medida que avanzan en este descubrimiento, cada encuentro, cada conversación, cada mirada compartida se convierte en un paso más en un viaje que ninguno de los dos anticipó, pero que ambos parecen dispuestos a explorar.
La habitación de West, situada en el tercer piso de una majestuosa mansión en La Tahona, es un reflejo de su personalidad única, una mezcla sorprendente de elementos que a simple vista parecerían contradictorios. A pesar de su prominente estatura y su robusta masculinidad, evidente en cada partido de rugby o fútbol americano en los que participa, West ha creado un santuario privado que dista mucho de lo que uno esperaría de un atleta de su calibre. Su dormitorio es un espacio que desafía las expectativas, combinando la fuerza física con un gusto estético delicadamente femenino.
Desde la terraza del dormitorio se pueden admirar las casas restantes de La Tahona, dispuestas a lo largo de las colinas circundantes. Este espacio exterior añade un toque de libertad y expansión a la habitación, ideal para momentos de reflexión o para disfrutar de la tranquilidad del entorno. Dentro, la estancia está dominada por una cama King Size, vestida con sábanas de seda rosadas que invitan al tacto suave y confortable. Los peluches y almohadas multiplican la sensación de un refugio acogedor, mientras que el respaldo tapizado en un rosa suave y adornado con láminas de oro puro añade un toque de opulencia discreta.
Las alfombras persas en tonos rojizos y pastel se extienden por el suelo, complementando los grandes sofás también cubiertos en seda rosa, que flanquean una elegante mesa de mármol. Este conjunto forma un área perfecta para encuentros distendidos, reflejando la calidez del ambiente a pesar de la magnitud del espacio. Las paredes de mármol y las columnas griegas, tocadas también por detalles rosados, encarnan un lujo que es tanto visual como táctil.
Una constante en el dormitorio de West son las flores frescas, en hermosos jarrones y que los jardineros cambian siempre para mantener todo bien a punto, que mantienen su aroma incluso durante el cerrado invierno uruguayo. Una estufa a leña proporciona no solo calor, sino también un punto focal donde se agrupan fotos familiares y de amigos, incluyendo a Lucas. Este toque personal hace que el espacio no solo sea lujoso, sino también íntimamente personal.
La biblioteca al lado de la chimenea y el vestidor contiguo son testamentos a la dualidad de West. El vestidor, decorado en tonos rosados y equipado con espejos amplios, alberga una colección variada que incluye desde ropa deportiva hasta trajes de diseñador y uniformes escolares, evidenciando la mezcla entre su vida pública y sus preferencias personales más íntimas. Al otro lado, el área de estudio cuenta con una enorme MacBook, un minibar, otra biblioteca y una televisión de grandes dimensiones, elementos que hablan tanto de su vida académica como de sus momentos de ocio.
Es en este espacio donde Lucas encuentra cada vez más confort y, quizás, algo más. La naturaleza “girly” de la habitación podría parecer sorprendente para alguien con el perfil de West, pero para él, es un refugio donde puede ser genuinamente él mismo sin necesidad de conformarse a las expectativas de masculinidad tradicional. La comodidad y el lujo del dormitorio son un contrapunto a su comportamiento a veces casi violento en el campo de juego, una delicadeza que Lucas encuentra cada vez más intrigante.
En varias ocasiones, West ha invitado a Lucas a compartir la gran cama, asegurándole que hay espacio más que suficiente. Antes Lucas se acostaba en los sillones, que le parecían muy cómodos (más que su propia cama en su dormitorio en Malvín), pero aceptó el ofrecimiento de West. En esos momentos, Lucas ha experimentado una suavidad y un confort que trascienden lo físico, observando a su amigo en un estado de vulnerabilidad casi desnudo que le resulta tanto sorprendente como profundamente atractivo. Es en esos instantes, despertándose de sueños llenos de pensamientos lujuriosos y hallándose abrazado a su amigo, donde Lucas se enfrenta a la confusión de sus emociones y deseos, con la pija al mango. Tan erecto, sale precipitándose al baño para disimular la turbación que esto le provoca y se baña rápidamente, antes que West se despierte. Al salir del baño, solamente en bóxers y con el polo del colegio, verlo a su amigo, sentado plácidamente sobre la cama, con su cabello rubio todo despeinado, sin su remera, con su perfecto pecho blanco, sus abdominales al estilo six pack, Lucas se siente como algo perturbado, casi eractandose al instante. West se levanta sin realmente dándose cuenta de la situación, le da un beso en la mejilla como siempre (costumbre bastante extendida en gran parte de Uruguay y Argentina es el beso en la mejilla entre hombres, incluso con gente que apenas conoces) y se va al baño. Al rato, ambos desayunan y están prontos para ser llevados en la impresionante Cadillac Escalade modelo 2022 negra por un chófer de los Howard. Atrás de ella va otra por protección y así arranca la jornada. Lucas aún algo perturbado.
Pasan algunas semanas y Lucas se empeña en seguir garchando minas, especialmente en chupar vaginas. Casi como si fuera una necesidad. Y ya no sonríe tanto. Pero mantiene la misma e intensa relación con West, que sigue como siempre. Un viernes en que si, día largo, extenso y con la perspectiva de un finde largo, West invita a Lucas a quedarse cuatro días en su casa. Lucas dudas, pero porqué no? Con tal de no estar en su casa. Y, ya fue. West es uno de sus mejores amigos y la pasa genial con el. Sus padres le dan permiso y van directo a la mansión. Sabe que, como siempre, Westley va a estar solo por 2 semanas. Así que bueno. Aunque esta vez va a ser diferente. Al llegar, ambos jóvenes tiran las mochilas y se aflojan las corbatas a las risas.
West: Ahhhhh boludo, 4 días sin colegio!!
Lucas: Y sin entrenamiento!! Y acá en tu casa. Vamos a pasar joya!
West: Eso espero, más estando solo por dos semanas. Ojala puedas quedarte más.
Lucas: Estoy seguro que si. Y le acaricia el pelo rubio y enrulado de West
Y entonces West hace algo totalmente inesperado, que deja a Lucas fuera de sintonía. Ambos adolescentes se había sentado en los cómodos sillones rosados. Pero West se arrodilla sobre una alfombra rojiza, de una forma muy sugerente, y lo empieza a descalzar de manera suave, con esas manos grandes y blancas.
Lucas: Hey bro, que hacés?
West: Bo, te veo re cansado estos días, y re estresado, déjame hacerte unos masajes en pies y piernas. Has estado de pura aventura sexual winks y en el equipo nos han dado mucho palo smirking
Lucas: estás seguro?
West: Si a vos no te molesta que tu amigo gay te lo haga
Lucas: Para nada, que tontería West, go on.
Westley con sus manos fuertes le retira las medias deportivas y el calzado del colegio y apoya sus pies sobre un apoyapiés que tiene al lado, y le hace estirar a Lucas sus gruesas piernas ahí. Le empieza a hacer unos masajes a consciencia. Lucas tiene unos pies enormes, calzando el 45. Lucas, no para de observar a su amigo así de rodillas, tan sumiso. Tocando sus pies. “Dios, que vista de West. Nunca me lo imagine así. Y estos masajes…. Fufff. El pibe si que sabe. Y esas manos, por favor. Esas manos. Le molestara que mis pies estén duros por el juego? O transpirados? No sé, parece que no. “
West: Hey Luc, estás bien? Estás cómodo? Estás muy tenso. Si querés la dejo acá. La idea de esto es que te relajes. No que te tenses más.
Lucas: No, no, West para nada. Es perfecto. Es que nunca nadie me había hecho un masaje así, en los pies. Aparte me preocupa... Ehh, como lo digo? Que te incomode que mis pies no esten del todo limpios, o que esten con asperosidades.
West, responde desde el piso: Lucas, somos amigos desde hace años, y somos dos deportistas, vos pensás que me va a molestar eso? Aparte cuantas veces me has ayudado a vomitar o yo te he curado heridas despues de peleas? Jajaja. Chill bro, aparte me gusta.
Lucas pensó: "cómo? Westley Howard dijo que le gusta masajear mis pies? Esto resulta... Fascinante". "Me animo con algo más? No sé.. estoy que vuelo. Quiero algo, no sé para que me como el coco con estas dilataciones".
Y entonces Lucas apoya el pie izquierdo sobre el pecho de West, y va recorriendo hasta la remera polo, apretando el pecho del otro muchacho. Y siente un "Ufff" como de excitación por parte de West. La cara del adolescente se puso rosada de golpe. West le sostuvo con una mano del talón el pie izquierdo y le hizo apretar más el pie contra su pecho.
Lucas, al ver esto, y ya con una enorme erección, apoyo su pie derecho contra los tiernos labios de West, poniendo el dedo gordo casi adentro de la boca.
Lucas: Estás bien bro?
West: Estoy en el cielo Lucas. Pero si querés paramos. No es necesario dejarse llevar por nuestras hormonas.
Lucas: Me gusta mucho verte asi Westley. No se, te ves tan, vulnerable.
West: te gusta verme vulnerable?
Lucas: No puedo creer tenerte arrodillado justo a vos a mis pies, literal. De esta forma.
Y antes que Lucas pudiera responder, West le metió el pie casi a la fuerza bien adentro en la boca de West. Y entonces el muchacho agarro el pie que le estaba penetrando la boca, y se lo empezo a chupar y succionar. De manera casi que desesperada.Mientras tanto Lucas, con su otro pie, le levanto el polo del colegio, y le toco los abdominales six pack, sintiendo la suavidad de su piel. West, a diferencia de Lucas que tenia algo de vello, no tenía absolutamente nada, de manera natural "la puta madre, como puede ser tan suave" pensaba Lucas.
Lucas: Yo se que sos virgen y que no hay que avanzar mas, pero te puedo pedir que me la chupes o me hagas una paja, West? Esto es demasiado.
West: No se hacer nada Lucas, como bien sabés. Podemos empezar de a poco. Un handjob? Te parece?
Lucas: deal. Para, voy a pararme ahí.
Lucas se para y se pone en el centro de la habitación. Se desnuda totalmente, le saca el polo a West y se pone en bolas apoyando las manos en su cadera. Y le dice a West: "venite de rodillas, o en 4, quiero verte así". West, algo sorprendido, accede, y se excita al aceptar y al ver a Lucas así. Cuando llega, le empieza a besar los pies a Lucas, mientras sube con su lengua por las musculosas piernas de su amigo. Hasta que llega hasta su pija. Es enorme, y sus huevos son pesados y grandes. Pero tiene poco vello, y muy rubio, apenas se nota. Y le comienza a hacer una paja, acordandose de como se la hace a el mismo. Le encanta verle la cara a Lucas, que lo mira desde arriba totalmente turbado del placer. "Chupame las bolas West" y le agarra la cabeza a West y se la entierra entre sus poderosos testiculos. El muchacho no tiene más opción que hacerlo, pero se siente tan hiper bien hacerlo, que pronto los chupa con dilegencia, mientras sigue masturbando a Lucas. Este, ya sabiendo que esta al borde, le agarra la cabeza con fuerza, le pone la pija adentro la boca sin aviso y le empiza a coger la boca. West sigue sorprendido pero más excitado por semejante trato. Tanto asi que sin tocarse eyacula contra la alfombra. Lucas al ver esto, se la manda hasta la garganta, y le echa su semilla directamente hacia el estómago. Pero es tanta que West casi se ahoga en esperma. Lucas con las piernas temblando se tira en la cama enorme de sabanas rosadas, de manera desenfadada. Mientras, Westley se recuesta en la almfombra manchada, pero igual, lo dejo muerto.
Continuara...