UNA NOCHE PARA EL RECUERDO
Ahí estaban los dos, Marta agarraba la mano de Alex nerviosa, son muchas las cosas que habían hablado pero ninguna las que habían vivido.Alex, siempre más decidido, ojeó la puerta metálica que tenían enfrente, solo un timbre la decoraba, miró nuevamente a Marta y lo pulsó, en ese momento el tiempo se detuvo, mirando al infinito como si pudiera ver detrás de la puerta. Esta se abrió, apareciendo un señor muy elegante, de traje negro y peinado perfecto, el cual después de un vistazo rápido les invitó a entrar, así lo hicieron y vieron cerrar la puerta tras ellos, una cortina negra de terciopelo limitaba el recibidor, ya se percibía que era un lugar muy diferente a los que habían estado, el olor suave a canela, las luces de baja intensidad y sobre todo un maniquí vestido con lencería anticipaba lo que verían con sus ojos después.
Con voz seria y pausada se presentó, "Buenas noches soy Jesús". Nos invitó a cruzar la cortina, la cosa seguía con mucho misterio ya que solo se veía un mostrador elegante con una lamparita "vintage", un cuadro con una máscara y otra cortina igual que la pasada.
Allí nos explicó el ambiente del local, lo que hizo que nos mirásemos y reafirmáramos las ganas que teníamos de estar en un local de ambiente liberal, pasar de las palabras a los hechos hizo que una excitación recorriera nuestros cuerpos solo comunicados por las manos que apretadas sudaban de la presión.
Cruzando la cortina entramos en un local elegante, que mezclaba con muy buen gusto el rojo y el negro, donde unas mesas con sofás acompañaban a la barra del bar. Allí distendidos había dos parejas y dos hombres que parecían estar solos, la música era suave, facilitaba el diálogo, aunque nuestra presencia provocara un leve silencio, acompañado de miradas curiosas, era evidente que no éramos habituales en el local.
Rompió Alex el momento con educación, "Buenas noches" fue respondido igualmente por los presentes, nos regalaron unas sonrisas amistosas y siguieron con su conversación, como si nada hubiera pasado, le reclamaron a Jesús las copas pedidas antes de nuestra interrupción. Jesús aprovechó para ofrecernos algo de beber, la pregunta tenía fácil respuesta, dos vinos blancos, ya eran varias las rondas pedidas durante la noche en otros bares de la zona.
Después de servirnos nos ofreció ver el local, no lo entendí bien al principio pero era obvio más tarde, nos llevó a través de la sala, agarrados de la mano como colegiales, seguimos al dueño del local, cruzamos una nueva cortina y el ambiente se oscureció, sofás con mesas de cristal, camas con cojines rojos, lámparas de araña, decoración con sexo explícito pero elegante se distribuía por la estancia, el olor envolvente a canela se mezclaba con otros que no acertaba a descubrir, sorprendidos escuchábamos a Jesús sus explicaciones, Marta me agarraba fuerte la mano sin parpadear del asombro. A esta le seguía otra sala similar pero más discreta, alejada de tantas miradas por la ausencia de sofás, unas duchas y taquillas en una última sala terminaron por sorprendernos en esta primera visita.
De vuelta a la barra brindamos con el vino y nos besamos, estábamos aquí, fantasías y sueños de los que habíamos hablado podían suceder, un par de copas de vino y la conversación hizo que nos relajáramos, veíamos a las parejas muy cariñosas entre ellas y eso hizo que nos soltaramos.
Las parejas se besaban y hablaban, se tocaban, dejaban ver la lencería entre caricia y caricia, eso a Alex le excitó mucho y recordando las cosas que tenía en el bolsillo, sacó un antifaz, Marta se rió y le pidió que se lo pusiera, eso siempre le había gustado, así lo hizo y entre risas le dio la copa de vino, un brindis fue la campanada de inicio de los juegos, Alex empezó a besar a Marta por el cuello, siguió por la boca y bajó por la garganta hasta su escote. Marta se excitó de tal manera que apretó los muslos, señal que vio Alex, que la conocía más que nadie en el mundo, Alex quería seguir y observando que eran el centro de atención de la barra se rió, a todos parecía gustarles el juego iniciado, pero fue una de las chicas que con su mirada de ojos grandes irradiaba ganas de participar, Alex se acercó al oído y con su voz grave susurró, "¿Quieres seguir jugando? Hemos hablado de esto y es el momento" Marta contestó "Sí, dame placer y fantasía como he soñado".
Alex le indicó a la chica con un gesto que viniera, ella apresurada pero en silencio se puso al lado de Marta, Alex cogió la copa y le dijo a Marta que bebiera otro trago, después del trago la chica besó a Marta, suave y delicado, cargado de erotismo fue presente del principio de la noche, después Alex siguió besando y acariciando el cuerpo de Marta, la chica pidió permiso para imitar sus gestos. Ya eran cuatro las manos que acariciaban a Marta.
Alex quería más y sabía que era una fantasía de Marta, llamó a la pareja de la chica y le pidió que fuera él quien ocupara su lugar, él, sumiso a la petición así lo hizo, se alternaba en besos y caricias con su mujer sobre Marta. Marta por su parte estaba totalmente excitada por la situación. Alex ahora espectador de todo disfruta viendo gozar a su mujer, la besaban, acariciaban, metiendo sus manos por el vestido negro que llevaba. Alex muy excitado con esa visión le quiso dar un nuevo giro a todo, miró a la otra pareja y con un gesto les llamó, deseosos de participar en el juego se aproximaron en silencio y como si estuviera planeado se cambiaron los puestos.
Jesús, muy atento a lo que hacían, sacó una cinta de seda negra para ampliar el juego, una de las chicas pidió ser la castigada, su pareja le tapó los ojos, ahí estaban las dos expuestas y a disposición de nuestros caprichos.
El frenesí de los besos y caricias se mezclaban entre risas mudas, esta pareja jugaba más duro, le desbrochó el pantalón y la blusa para tener contacto directo con la piel de la chica, fue cuando agarró la mano de Alex y la introdujo en el pantalón de la chica, Alex ya empalmado notó los labios prietos y húmedos de la chica, ella se retorció de placer al notar la mano cálida en su sexo. Alex ya no era el director de la fiesta, quien quería de los cuatro las besaba y las manos recorrían libremente los cuerpos de ellas.
Marta explotó y se quitó el antifaz, su sorpresa fue mayúscula al ver mujeres y hombres rodeándola, una risa acompañó al sonrojado de su rostro, después se percató de la semidesnudez de la mujer que estaba a su lado y que tenía una venda en los ojos, esto seguía. Marta quiso besarla mientras otra de las chicas pidió el antifaz, el juego continuaba pero con otro director de orquesta, aunque pareciera que la anarquía reinaba en ese trozo de la barra del bar.
La excitación y el morbo estaba en el ambiente, tras el consentimiento del nuevo director se realizaba un beso y unas caricias que iban en aumento, tanto fue el clímax conseguido que una de las parejas decidió ir a la parte de las camas, no podían más, invitaron a participar al resto de jugadores, pero declinando la invitación se quedaron disfrutando de las copas y de las risas posteriores al juego.
Poco tardamos en calentarnos y decidir entrar, no era raro ya que seguimos acariciándonos y besándonos sin pudor. Alex tapó nuevamente los ojos de Marta, quería sorprenderla todo lo que pudiera.
Los nervios y la excitación invadían nuestros cuerpos, al entrar en la primera zona estaba la pareja en pleno desenfreno, tumbados y desnudos le comía la polla con frenesí dejando su culo expuesto al sol, una invitación a acariciar a la mujer fue el principio de algo más. Tocar ese culo, ese cuerpo desnudo, que te pedía un poco más, sin conocernos, volvió loco a Alex , decidimos ir a la parte posterior, más discreta, pero antes les invitamos a venir con nosotros.
Marta no lo vió pero sí tocó, preguntando a Alex en bajito a quien había tocado el culo, ella desorientada solo hacia caso sumiso a lo que le dijera Alex, esto la ponía más y más en situación, su tanga estaba empapado después de tanto juego y este "tour" por las tinieblas.
Una vez allí, desnudamos a Marta con cariño, después nos desnudamos los tres, cada pareja empezó a lo suyo pero extrañamente cerca, no podíamos parar de mirar, curiosidad y morbo inundaba nuestra cabeza. Disfrutando como siempre de nuestros cuerpos notamos caricias de otras manos, consintiendo el juego aumentó el desenfreno e hicimos lo mismo, Marta ya suficientemente caliente y con una curiosidad imparable se descubrió, quería ver todo lo que la rodeaba y tocaba, ya éramos un grupo único y mezclado de manos, caricias, besos, los jadeos y gemidos se sucedían.
Alex no aguanto más y le dijo a Marta, quiero meterte la polla y oírte gritar de placer, Marta fue escucharlo y abrir totalmente las piernas, ansiosa por notar la polla de Alex dentro, muy dentro de ella
El gemido de Marta barrió el local, provocando a la otra pareja, que no tardo en penetrar a la otra mujer, los gemidos se sucedían, parecía un acuerdo secreto para empezar con más dureza, las caricias por manos ajenas no se detuvieron, los pechos y el culo de Marta eran acariciados por varias manos, esa sensación la extasiaba, miraba, gemía y se movía desenfrenada.
La polla de Alex entraba con dureza, su coño extremadamente lubricado agradecía cada envite apretando sus músculos, los besos se alternaban entre la mujer y Alex
Marta, en un continuo roce con el clímax, no quería terminar, quería seguir gozando de esta fantasía hecha realidad.
Sin darnos cuenta, apareció en el pequeño espacio que había entre nosotros la mujer de la primera pareja que estaban follando en la primera sala, con voz dulce dijo "¿Puedo jugar yo también?" La respuesta en forma de sonrisa fue acompañada del abrazo de las chicas y sellado con un beso a tres que a Marta le supo a lujuria, son tantas las experiencias nuevas, que Marta estaba en una nube.
Nosotros nos incorporamos un poco para dar espacio y solo la punta de la polla era la que penetraba en sus cuerpos. Esta chica, con más soltura, era evidente, acarició el clítoris de ambas, sabía lo que hacía y los cuerpos de ellas lo evidenciaban, acompañamos las caricias con una penetración más profunda, Marta acabó corriendose, un tsunami de calor invadió su cuerpo, seguida fue la otra chica que se retorció entre gemidos y espasmos. La cara de satisfacción de la chica por haber provocado todo esto era indescriptible, mirándonos a los dos dijo, también hay regalo para vosotros, cogió nuestras pollas, con fuerza, las masturbó a la vez que entraban las puntas en los cuerpos cálidos de ellas.
Fue la presencia de su pareja a nuestra espalda la que paró por un momento todo el juego de caricias, en la mano traía varios condones y con una sonrisa pícara dijo, si queréis hacemos cama redonda, Alex y Marta ajenos a las expresiones comunes en este ambiente no sabían bien que decir, pero sin pensarlo mucho aprobaron la propuesta, todos cogieron los condones, mientras ellas, tumbadas, se acariciaban, besaban y reían.
Marta no podía parar de mirar las pollas de los chicos, se imaginaba disfrutando de todas ellas, no podía controlar su cuerpo que no paraba de lubricar, ansiosa de ser penetrada por esos hombres.
Ellas se ofrecieron y Marta imitó el gesto, Alex que miraba a Marta buscando su aprobación dudaba qué hacer, fue Marta la que incorporándose un poco le dijo, "Fóllatelas, disfruta como lo voy a hacer yo".
Se inició el baile con parejas alternadas, se oían gemidos, gritos sordos, el cuerpo de Alex empezaba a estar marcado por arañazos y mordiscos de pasión. Se intercambiaban con cada cambio de postura, el sudor resbalaba por sus cuerpos y el placer emanaba de ellos, pronto Alex no pudo más y agarrando de la cintura con fuerza, dio sus últimos golpes, un grito salió de su garganta y desplomado se tumbó en la cama.
Marta se acercó a su rostro para preguntar si estaba bien, aunque era evidente, era necesario para ella, su cara de felicidad acompañó a sus palabras, "Mejor imposible".
Marta por su parte, que había dejado su culo en alto, no tardó en recibir una polla que la penetró hasta lo más profundo, haciendo que cayera sobre el cuerpo de Alex gimiendo de placer, ella tampoco duró mucho más, esa polla le estaba dando la puntilla y ayudada por la mano de alguien que le acariciaba el clítoris estalló encima de Alex, exhausta se tumbo y abrazó a su chico.
Las otras parejas aún duraron un poco más, pero fueron gritando y cayendo uno por uno como en una batalla a muerte.
Allí quedaron todos tumbados, recuperando el aliento, unas risitas se escucharon y una voz grave que ratificó el éxito, "Ha sido la ostia", las risas después de esta frase sonaron a coro.
Alguien dijo de ir a las duchas, a Marta y Alex le pareció perfecto. Allí todos en pelotas, bajo el agua, eran como amigos de toda la vida
Después, medio vestidos, fueron a ver a Jesús, el dueño y facilitador de todo esto, su pregunta de si había ido todo bien, no era necesaria, pero sí la hizo, sobre todo mirando a Marta y Alex, sabedor de su poca experiencia, los cuales con una sonrisa dijeron al unísono, "Mejor imposible, pon algo de beber que necesitamos recuperar".
La noche siguió entre risas, anécdotas y cumplidos. El local debía cerrar hace unas horas, pero Jesús, que es un buen anfitrión, permitió que la noche durara unas horas más.
La despedida del grupo y de Jesús fue muy cariñosa, la luz al cruzar la puerta los devolvió a la realidad, abrazados, Alex y Marta se alejaron del local, repitiéndose una y otra vez que había sido una NOCHE PARA RECORDAR toda la vida.
#siguiendo el hilo de "El consentimiento es sexi" he querido exponer los tres tipos de consentimiento que entiendo: pactado, verbal y gesticular.
Espero sea del agrado del Grupo, como siempre, agradezco comentarios y opiniones
Gracias por leer y soñar