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Se habían conocido en redes sociales, habían congeniado y llevaban meses sexteando, él tenía una pareja que le permitía tomarse ciertas libertades y ella no tenía ninguna relación seria, pero quedaba de vez en cuando con algún amigo para cena y postre, sobre todo postre.

Congeniaban porque desde el minuto uno fueron sinceros el uno con el otro, porque encontraron lo que toda persona busca, alguien con quien echarte una risas, alguien que te ayude a escapar del mundo, que te escuche y consuele si has tenido un mal día, alguien con quien volver a sentir ilusión, alguien en quien confiar, que no se preocupase por aparentar o que fuese vanidoso, y de estas cualidades podían hacer alarde los dos.

Chateaban cuando tenían ocasión y aunque al principio, sobre todo él, se sentía un poco torpe, habían encontrado la manera de irse conociendo. Utilizaban desde preguntas directas tipo “Te gusta que te azoten?”, a imágenes Gif que intercambiaban con la pregunta “Turn on o Turn off”? (Te pone o no te pone)? Las imágenes que se enviaban podían ser Oasis, un plato de ceviche, piercings, Batman, sexo anal, Bob Esponja… y así entre risas y risas fueron descubriendo sus límites. Además los dos sabían que había cosas que eran capaces de decirse chateando pero que en el mundo real no querían o serían capaces de hacer, y no me refiero a “me encantaría sentir mi polla en tu boca y en tu coño a la vez”, si no a cosas como “estoy muy cachondo y quiero correrme en tu cara”
Por qué te cuento todo esto? Porque hace mes y medio David recibió este mensaje:


Así que cuando finalmente se encontraron en la plaza de Sant Jaume, junto al ayuntamiento, no fueron como en las películas corriendo el uno hacia el otro con brazos extendidos, pero el abrazo que se dieron fue, si cabe, más reconfortante y cálido, y les sirvió para matar esos pocos nervios que la cita les había provocado.

Caminaron hasta la parte de atrás de la catedral, teniendo la inevitable conversación de “que tal el viaje?”, “como estás?” “como me alegro de que finalmente nos conozcamos…”se colaron en el pequeño recinto en el que se esconden 4 de las columnas del antiguo templo romano de la ciudad y se sentaron en el pequeño banco de piedra. Salvo algún turista que entraba esporádicamente estaban prácticamente solos.

- Wow, son enormes. Y en medio de los edificios.
- La verdad es que sí, y si lees las cartelas verás que la historia es muy curiosa.- Contestó él, mientras se acercaba a ella, rodeándola con sus piernas mientras estaban sentados, dejando que sintiese su respiración en el cuello para poco después besarla allí suavemente y posando su mano sobre su muslo. Ella le encaró, sus rostros permanecieron a escasos centímetros unos segundos y finalmente se besaron.

Que Mariel llevara falda no era casualidad, ya se habían retado en más de una ocasión en sus chats a hacer gala de su sexualidad en lugares públicos. Que David, acalorado por el beso, deslizase la mano por el interior de sus muslos lentamente hasta rozar sutilmente su ropa interior tampoco fue accidental. Y que ella se incorporase para, a continuación, sentarse a horcajadas sobre él, abrazándole, besándole y moviendo sus caderas para sentir sus sexos rozándose a través de las prendas fue inevitable.

- Uuufff, creo que es mejor que continuemos con el paseo, aún estamos en horario infantil.
- Dale. Paseemos. Tenemos todo la tarde y la noche. -contestó ella.
- Que pena que sólo podamos vernos sólo hoy.
- Pues sí, pero no te preocupes, sé que tu situación en la que es, disfrutemos de lo que tenemos.

Pasearon por el casco antiguo, bajaron hasta la playa y recorrieron parte del paseo marítimo. Ni falta hace decir que cuando se encontraban en algún sitio en el que no veían nadie alrededor se regalan todo el placer que el momento les permitía. Sus cuerpos en cada ocasión se iban arrimando más y más, las manos deslizándose por encima o debajo de la ropa interior, los gemidos, los movimientos de cadera, todo haciendo que ardieran en deseo.

Cuando comenzó a anochecer se dirigieron al restaurante en el que habían hecho la reserva, un pequeño tailandés muy acogedor cerca del hotel. Las paredes estaban adornadas con paneles de madera tallada, unas alfombras cubrían el suelo de terracota, las mesas de madera oscura estaban dispuestas en un patrón íntimo y las lámparas de papel de arroz, emitían una luz suave y dorada. Podían oler los aromas exóticos, preludio de los sabrosos platos que les sirvieron. Durante la cena siguieron intercambiando miradas cariñosas, caricias bajo la mesa y risas, hablaron de lo indignante que era la situación en el trabajo por culpa de aquel jefe incompetente de uno y de la presión que tocaba soportar cuando llegaba la fecha de entrega de un proyecto del otro. Se comían mutuamente, no hacía falta decirlo, si la situación lo permitiese se harían el amor allí mismo, sobre la mesa del restaurante.

Coincidieron en los aseos, y como no, una vez más, y por unos breves minutos dieron rienda suelta a su pasión, más y más acalorados por momentos, sus manos jugaban dentro de la ropa interior del otro, se masturbaban, ahogando gemidos de placer, Mariel desabrochó el cinturón del pantalón, bajo levemente su ropa interior y comenzó a agacharse, dispuesta a sentir esa polla erecta en su boca…

- No, espera, aquí no, no soy capaz. -Dijo David, a la vez que su pene comenzaba a perder lentamente la erección. -Si entra alguien lo pasaría fatal.
- Sí, disculpa, ya me lo habías dicho. -Respondió mientras ayudaba a recomponer la ropa de David. -Se me fue de las manos. -Continuó con una sonrisa entre pícara y culpable.
- No pasa nada, sólo que no podría concentrarme en nosotros tanto como me gustaría. Tomamos en postre?
- Por supuesto. Lo llevo esperando desde hace mucho.

Al salir del aseo pagaron la cuenta y abandonaron el restaurante en dirección al hotel.
En el primer callejón David sujetó a Mariel por el brazo y la dirigió a una parte sombría, lejos de las miradas ajenas.

- Creo te has quedado con ganas en el restaurante deja que 'te compense'.

Y comenzó de nuevo a besarla en un fuerte abrazo mientras acercaba el cuerpo de ella al suyo dejando que sintiese su erección. Se separó lo justo para colocar su mano bajo la camisa de Mariel, dejó que su mano recorriera el tejido de su sostén y después le dejó sentir la punta de sus dedos deslizándose por su vientre, sobre su ombligo, y más abajo. Pronto su mano estaba bajo su falda y dentro de sus bragas, recorriendo unos labios húmedos, arriba y abajo, sacó la mano de su ropa interior, recogió toda la saliva que fue capaz de su boca y volvió a colar su mano dentro de sus bragas, repartiendo la saliva sobre sus labios y sobre su clítoris. Ella agarraba el sexo duro de David a través del pantalón y movía su mano arriba y abajo. Ambos gemían, sus respiraciones eran profundas y sus cuerpos ardían. El intensificó sus caricias, más rápido cada vez, más intenso, a veces masajeaba en círculos su clítoris, a veces de lado a lado, sin presionar demasiado pero con mayor velocidad cada vez, eso cuando no entraba dentro de su vagina para frotar calculadamente su punto g. Cuando sintió la tensión del cuerpo de Mariel anunciando un orgasmo tomó aliento para poder hablar.

- Que va a ser ahora? Orgasmo o Edging? -Le susurró al oído.

Sintiendo los dedos de David recreándose sobre su punto g, presionando y dejando ir, una y otra vez, sólo alcanzó a pronunciar- Sigue, por favor.
Y David así lo hizo, una caricia más tras otra y al instante sintió los músculos de Mariel tensándose, un profundo gemido, y un cálido liquido mojando sus dedos. El no se detuvo, continuó acariciando mientras el cuerpo de ella así se lo pedía. Y cuando su respiración comenzó a recuperar el ritmo la cubrió con su mano, le ayudo a vestirse y se abrazaron.
Salieron del callejón, borrachos de placer, y reanudaron su marcha hacia el hotel.

- Hay tantas cosas que tenemos que hacer. Tantas cosas que me encantaría probar contigo. Muchas se nos quedarán en el tintero.
- Disfrutemos del tiempo que nos queda.

Cuando llegaron a la habitación ambos estaban calientes de nuevo. Ni siquiera fueron capaces de comportarse en el ascensor. Así que Mariel, dispuesta a resarcirse, se arrodilló frente a David y le bajó los pantalones, cuando tenía agarrada la goma de los boxer e iba a tirar de la goma para bajárselos sintió las manos de él sujetándola por las muñecas.

- Espera -dijo mientras apartaba las manos de ella. -Primero bésala por encima.

Mariel comenzó a presionar con sus labios sobre el tejido de los calzoncillos, jugando con el tronco, metiendo, lo que claramente era el glande, dentro de su boca en la medida en que la tela lo permitía, rozando con sus dientes en un amago de mordisco, masajeando sus testículos con lengua y boca, dejando levemente que su nariz y sus mejillas rozaran suavemente su polla. David no se pudo resistir, la agarró por el cabello y la atrajo todavía más contra su sexo. Ella, encantada con el juego, agarró las nalgas de él y lo empujó todavía más contra su boca.

- Dámela -exigió a la vez que, ahora sí, agarraba la goma de los boxer para bajárselos.

Saltó directamente sobre su polla, la sensación de su miembro duro y caliente entrando en la boca, también caliente, húmeda y con esos labios y lengua tan certeros provocó en ambos un gemido casi sincronizado. Mariel se retiró un poco para recrearse en los pasos que se había saltado, comenzó a jugar con su glande, lamiéndolo y besándolo, mientras acariciaba su tronco arriba y abajo, masajeaba sus huevos, dejaba que su polla entrara cada vez más y más en su boca, subía y bajaba. Él, desde una nube de placer, acariciaba su cabello, enredaba sus dedos entre su pelo y le acariciaba el rostro, pero tuvo que detenerla, si no el juego terminaría demasiado pronto, sí, ya sabía que si se corría a ella no le parecería mal y seguirían practicando cualquier otro juego, pero quería alargar el momento lo máximo posible.

La tumbó sobre la cama, levantó sus piernas, apoyó sus manos en la parte posterior de las rodillas, y empujó separando las mismas hasta que tocaron el colchón. Miró el sexo expuesto de Mariel y se mordió el labio, en una expresión que se perdía entre “me siento tan afortunado” y “no sabes la que te espera”.

Empezó besando el interior de sus muslos, junto a la rodilla, y poco a poco comenzó a descender, cuantas más ganas intuía que ella estaba sintiendo más paradas incorporaba a su ruta hacia la entrepierna, ahora jugaba con los labios, ahora con la lengua y ahora acariciando con los dientes y dando algún cuidadoso mordisco. Cuando alcanzó su sexo, antes de abalanzarse sobre él dejó que ella sintiera su aliento, un leve roce con su nariz y entonces con la lengua bien extendida le propinó una lamida que le pareció sentir en su columna vertebral, apoyó su lengua en el perineo, y comenzó a deslizarse lento pero intenso sobre sus labios, sintió el nacimiento de los mismos, sintió el orificio de su vagina, sus fluidos, sintió como se volvían a juntar y se encontró finalmente la punta de su clítoris, lo recorrió hasta su base, la verdad es que con su lengua extendida lo cubría prácticamente en su totalidad así que presionó un poco masajeándolo de lado a lado y luego lo chupó dentro de su boca. Se suponía que un gemido tenía que haber resonado en la habitación, pero no fue así, el placer era gobernante absolutista, reinando, en esta ocasión, en solitario. David continuaba con su juego, la lengua se deslizaba arriba y abajo por sus labios, recorría los externos y los internos alternadamente, cada vez con más pasión, masajeaba en círculos su clítoris y vuelta a empezar, comenzó a jugar también con sus dedos en su coño, los introdujo lentamente, buscando el contacto con las paredes de su vagina, froto en la parte rugosa de su punto g y se sumergió cuidadosamente hasta alcanzar su cérvix donde masajeó suavemente, alternaba manos y boca, a veces su boca lamía su clítoris, a veces su mano lo acariciaba arriba y abajo. Se sorprendió dejando que su lengua alcanzara más allá de su perineo, lamiendo su ano, que comenzaba a dilatarse, decidió también masajearlo con sus dedos, mientras continuaba lamiendo su coño y Mariel gimió de placer. No quiso empujar su dedo dentro de su culo, pero lo dejo inmóvil, a su alcance y así, si ella lo deseaba, con un simple movimiento de cadera podría sentir como entraba, y así lo hizo, se deslizó por ese dedo disfrutando de cada milímetro que se adentraba en su ser. David frotaba con la yema de sus dedos el punto g, perdía su dedo dentro del culo de Mariel y lamia y chupaba su clítoris al ritmo que ella marcaba con sus caderas, cada vez más intenso hasta que escuchó el mágico – Sigue así, no pares. -y eso hizo. No fue más rápido, ni más lento, ni más fuerte, simplemente siguió y el orgasmo llegó enseguida, tampoco los espasmos de su cuerpo lo detuvieron, retiró, eso sí el dedo de su ano y siguió estimulando clítoris y punto g. Ahora sí los gemidos llenaban de música la habitación, uno, y otro, y otro, y otro, y después recuperaron poco a poco el aliento.

Antes de que su respiración fuera de nuevo calmada, Mariel se incorporó de golpe.

- Quiero comerte el culo. -Sentenció.
- Yo quiero que dejes de hablar como una vikinga, me intimidas.

Ambos rieron, a mandíbula batiente, se abrazaron y se miraron a los ojos, diciéndose miles de cosas, no diciendo nada.

- Que dices? Quieres probar? – Inquirió Mariel.
- Pues no lo sé, me da un poco de pudor… vamos sobre la marcha y si empiezo a sentirme incómodo te lo haré saber.

Y así, tumbados de costado, se enroscaron en un 69 de placer, para él resultaba más fácil dejarse hacer si entretenía su mente con algún quehacer, como volver a lamer el sexo de su pareja. Ella comenzó a besar su pubis, mientras masturbaba su polla arriba y abajo y cubría con sus manos sus testículos, después con su polla acarició sus pechos y sus pezones, decidió entonces alcanzar el bote de lubricante y verterlo sobre su mano para después esparcirlo por el tronco y el glande de la polla de David, las sensaciones eran ahora más placenteras y un gemido de él lo confirmaba. Se quedó chupando y masturbando la polla de él mientras sentía como a su vez David lamía de nuevo su clítoris, sus labios y, de vez en cuando, su ano. Decidió aumentar las caricias sobre su tronco, apretaba con más fuerza y lo hacía con más rapidez, y su boca avanzaba esta vez hacia los huevos, gateó para poder seguir avanzando y alcanzar así su perineo, sentía allí en nacimiento de la polla de David, dura, muy dura, y sintió como David la sujetaba del pelo y la invitaba a lamer allí con más fuerza, ya habían hablado alguna vez de como le gustaba masajear fuerte aquella zona cuando estaba muy cachondo y aquel era un buen momento, un profundo gemido de él confirmo que el movimiento era acertado. David ya no alcanzaba con la boca el sexo de Mariel, que gateaba alejándose de él, pero seguía acariciándole en cada rincón de su entrepierna, ella embriagada de placer por las caricias y por la excitación que despertaba en su pareja siguió avanzando hacían el culo de David y comenzó a lamer, sus manos libres se dedicaban a masajear sus testículos y masturbar su tronco, más y más intenso. Ella sintiendo como poco a poco el ano de David se dilataba relajado, comenzó a empujar tímidamente su lengua dentro, y entonces se dio cuenta de que David ya no le acariciaba, no porque estuviera en tensión alerta, a la defensiva, sino porque el placer lo había vencido, yacía flotando en un plácido mar, dejándose llevar por la corriente.

Ella sonrió para sus adentros, satisfecha, y sintiendo la polla palpitante de él en su mano decidió aumentar más aún la intensidad de sus caricias, quería que ahora se corriese.

- Quiero follarte. -exhaló David. -Quiero sentir mi polla dentro de ti.

Mariel se incorporó sin dejar de masturbarle, se acercó a él y le besó. Acto seguido le dio la espalda y se puso a cuatro patas. Él agarró su polla con la mano y colocó el glande en la entrada de su coño, y muuuuy lentamente la comenzó a empujar en su interior. Sentían cada milímetro de carne, el calor, los fluidos de ella, los de él y el lubricante en una mezcla de placer infernal o celestial, quien sabe. Su polla seguía avanzando poco a poco dentro de ella, saboreando cada caricia, cada roce con sus paredes, cada vez más y más adentro hasta que finalmente alcanzó el fondo de su vagina. En lugar de quedarse quieto basculó su cadera para poder adentrarse un poco más aún, ambos gimieron. David retiró su polla hasta que sólo su glande estaba dentro, y decidió jugar así, sólo con la punta, estimulando la entrada de su vagina una y otra vez, usando la mano para empujarla si hacia falta y frotarla contra su orificio, entraba y salía, cuatro, cinco, seis y hasta siete veces, y entonces volvía a hundirla lentamente hasta el fondo, la sensación que despertaba el hambre por tenerla dentro después del juego superficial era increíblemente placentera, así que volvió a empezar de nuevo, jugando sólo con su glande en su interior, cinco, seis y siete y de nuevo hasta el fondo. Los gemidos eran cada vez más largos e intensos, Mariel atrapó echando las manos hacia atrás la cadera de David pidiéndole que no saliera, era la señal para que David repitiera por última vez el juego, acarició con su glande hasta siete veces y después lentamente hasta el fondo, pero esta vez Mariel separaba sus nalgas con las manos para sentir esa polla todavía más adentro. Pilló a David desprevenido y creyó que se iba a correr en ese preciso momento. No lo hizo, se agarró a las cintura de Mariel y comenzó a moverse adelante y atrás, moviendo la cadera para alcanzar su cérvix cuando estaba dentro, ella hacía rato ya que acariciaba su clítoris y David cuando lo vio se puso todavía más cachondo. Él por momentos se cogía de los hombros de ella para atraerla con más fuerza hacia su cadera, masajeaba suavemente su ano ensalivado o la agarraba con cuidado pero con firmeza del cabello para tirar de él y así ver como ella arqueaba su cuerpo, los dos se alternaban a la hora de masajear el clítoris de Mariel mientras avanzaban hacia el orgasmo.

- Quieres follarme el culo?

A David le iba a explotar la cabeza, al borde del clímax se retiró, respiró hondo agarró el lubricante para repartirlo en el culo de ella y sobre su polla, colocó su glande sobre su ano y se quedó inmóvil, igual que antes, dejó que ella dirigiese el movimiento. Entonces comenzó a sentir la presión sobre su glande, como su culo se terminaba de dilatar y daba paso a su interior, ella gemía, movía en círculos su cadera para sentir las caricias según entraba, cada vez más y más, sin dejar de acariciar su clítoris, su glande comenzaba a desaparecer por completo dentro de su culo, ambos gemían hasta que cuando finalmente el glande estaba dentro Mariel dejó de gemir, él sintió la tensión, algo no iba bien.

- Paramos? -Preguntó él.
- Sí, por favor, no soy capaz de relajarme por completo, tal vez más adelante.
- Quieres que descansemos?
- De ninguna de las maneras, quiero que me vuelvas a follar el coño.

Y así lo hizo. Esta vez ella estaba tumbada de espaldas sobre la cama con las piernas abiertas, masturbándose mientras él la penetraba, una y otra vez, no les costó recuperar el ritmo y los abrazos y besos hicieron que en corto plazo alcanzara otro orgasmo. Esta vez fue Mariel la que no esperó a recuperarse, aún jadeando se abalanzó sobre David, agarró su polla y se la metió en la boca entre gemido y gemido, la recorría de arriba abajo o sacudía su tronco violentamente mientras le regalaba besos y lamidas con su boca en su glande y testículos. No paraba, le miraba a los ojos desafiante mientras continuaba sacudiendo su polla.

- Quieres que me corra? -Preguntó él.
- Sí.
- Pídemelo.
- Hazlo, córrete.

Y fue instantáneo, su cuerpo erizado, los espasmos de su polla, los chorros de semen cayendo sobre su propio vientre y pecho, los gemidos, los ojos casi en blanco y olas de placer inundando su cerebro. Ella seguía acariciando su polla y besando de vez en cuando su glande.

- Despacio, por favor. – Logró susurrar David.

Y ella, sin detenerse, suavizó sus movimientos, acompañándole, dejando que disfrutase de todos y cada uno de los segundos del clímax, exprimiendo hasta la última gota. Después poco a poco se fueron acurrucando el uno en el otro. Tumbados sobre la cama, abrazados dejaron que pasaran los minutos.

- Viste? No te he llamado bebé. -Chasqueó con una dulce sonrisa Mariel.
- Y no sabes cuanto te lo agradezco. -Sonrió de vuelta David.

Charlaron, tomaron algunos dulces y bebieron mientras seguían hablando y hablando entre caricia y caricia.

- Y si alguno de los dos se duerme?
- El otro le despertará haciéndole sexo oral.
- Me parece una maravillosa idea.

Rieron.

Y no, no se quedaron dormidos, en absoluto, de hecho sucedieron cosas que sólo sabremos si ellos deciden contárnoslas.

A la mañana siguiente...


*****i77 Mujer
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Wow, sin palabras 🔥🔥🔥🔥
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*********creto
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Cita de *****i77:
Wow, sin palabras 🔥🔥🔥🔥
Muchas Gracias! 🥰
Me perdonas los acentos que se me han escapado incluso? 😁
*****i77 Mujer
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Moderador de grupo 
😂😂😂 @*********creto ni los he visto, estaba absorta en el relato sin más 😝❤️❤️
*****_76 Mujer
36 Publicación
Cómo fanática de Marvel que soy , definitivamente diría....
Yo también quiero vivir ese hermoso sueño Don pool
🥹
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Cita de *****_76:
Cómo fanática de Marvel que soy , definitivamente diría....
Yo también quiero vivir ese hermoso sueño Don pool
🥹
Jajajaja, en realidad a mí tampoco me importaría vivirla. 😊
Muchas Gracias por el comentario!
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Chat final
A ver si así se ven mejor las imágenes finales...
*****_76 Mujer
36 Publicación
Tengo una inquietud, aquí vemos en la historia "ficticia" o no?? 🤔
🤭
Un final lindo, un te quiero por ambos, sabemos que tenían ya tiempo calentándose el pensamiento y obviamente conociéndose por mensaje, sinceramente no recuerdo que tiempo tardaron para poderse conocer y también sabemos que posiblemente no se puedan volver a ver o tal vez si, lo deseo de corazón 🥹
Ustedes creen que en una situación "real", este tipo de nueva forma de contactar, conocer, o conectar que nos dan las apps, realmente llegue uno a querer a la persona que está detrás de la pantalla aún sin haber tenido la oportunidad de olerlo, tocarlo.
Será que podamos dejar que no solo el cuerpo reaccione, si no que también nuestro corazón ame?
******r63 Hombre
2.693 Publicación
Fantástico @*********creto
Muy bien llevados los tiempos para introducirnos en esa relación, su primer contacto físico y todas las nuevas experiencias y sensaciones descubiertas por ambos sobre el terreno, no a través de la app y cumpliendo con creces los requisitos del concurso. Brillante 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
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*********creto
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Cita de *****_76:
Tengo una inquietud, aquí vemos en la historia "ficticia" o no?? 🤔
🤭
Un final lindo, un te quiero por ambos, sabemos que tenían ya tiempo calentándose el pensamiento y obviamente conociéndose por mensaje, sinceramente no recuerdo que tiempo tardaron para poderse conocer y también sabemos que posiblemente no se puedan volver a ver o tal vez si, lo deseo de corazón 🥹
Ustedes creen que en una situación "real", este tipo de nueva forma de contactar, conocer, o conectar que nos dan las apps, realmente llegue uno a querer a la persona que está detrás de la pantalla aún sin haber tenido la oportunidad de olerlo, tocarlo.
Será que podamos dejar que no solo el cuerpo reaccione, si no que también nuestro corazón ame?
Parece real? Me alaga.
El 'te quiero' resulta chocante? Puede ser, pero también abogo por que la gente lo exprese más y sin tener que ser necesariamente el amor romántico que nos vende la sociedad.... hay muchos grados de amor, porque no tomarlo como una simple muestra de afecto, como un 'te tengo mucho cariño' p. ej.... 😊
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Cita de ******r63:
Fantástico @*********creto
Muy bien llevados los tiempos para introducirnos en esa relación, su primer contacto físico y todas las nuevas experiencias y sensaciones descubiertas por ambos sobre el terreno, no a través de la app y cumpliendo con creces los requisitos del concurso. Brillante 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Muchísimas gracias!! 😊
*****i77 Mujer
7.524 Publicación
Moderador de grupo 
@*****_76 yo creo que x supuesto puede ocurrir y ocurre ❤️ eso sí, no creo que sea algo de un día para otro, si no las charlas, la confianza, y muchas de las cosas expresas en el relato.
Y te aseguro pueden crearse unos vínculos mucho más fuertes que con alguien con quien quedas habitualmente.
****357 Mujer
196 Publicación
Narración estimulante, divertida, excitante, natural… Me ha gustado mucho. Un gozo leerla. Muchas gracias @*********creto 🌸
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Cita de *****i77:
@*****_76 yo creo que x supuesto puede ocurrir y ocurre ❤️ eso sí, no creo que sea algo de un día para otro, si no las charlas, la confianza, y muchas de las cosas expresas en el relato.
Y te aseguro pueden crearse unos vínculos mucho más fuertes que con alguien con quien quedas habitualmente.
Totalmente de acuerdo, creo que depende mucho de cuan comunicativas son esas dos personas, saber escuchar y ser capaz de poner sobre la mesa sus límites y gustos...
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*********creto
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Cita de ****357:
Narración estimulante, divertida, excitante, natural… Me ha gustado mucho. Un gozo leerla. Muchas gracias @*********creto 🌸
Muchas gracias por tus palabras ... 🥰
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