ENTRE MUJERES- 25. Denise

ENTRE MUJERES- 25. Denise
Lloret de Mar, 14 de agosto del 2023

Mi querida y añorada Frida:

Te lo digo ya: ¡ he follado ! Sí, chica. No sólo he mirado. Por fin lo he conseguido. Se llama Pedro. Tiene 30 años. Un cipote enorme. No lo he podido abarcar con las dos manos. No es feo, no vayas a pensar. Tiene una cara redonda, labios para besar ( de esos mullidos que tanto me gustan ), cejas espesas, nariz de hombre, ojos profundos, pelo castaño y corto. ¿ Su cuerpo ? Espalda ancha, brazos largos, a juego con el pene, piernas fuertes. Y mirón, como nosotras.
No ha hecho que mis ojos lo persiguieran, al menos al principio. Es un descanso. Ya sabes tú de las noches de sábado, en las boites de Bruselas, repasando con la vista los cuerpos y las caras de tantos hombres jóvenes. Pedro podría ser nuestro hijo, hasta nuestro nieto… ja, ja, ja.
Fue él quien plantó su toalla al lado de la mía, en la playa nudista. No se cortó. Clavó su cara en mi culo. Así día sí, el otro también. Te soy sincera, Frida. Pensé que era un tipo que quería venderse. Uno de tantos que quieren sacarnos dinero. Es su miembro de 20 centímetros. Además, se le ve formado. Disimula con libros, aunque habla con ellos. Vaya, ya me estoy enrollando. Quiero decir que se tumba desnudo y lee. ¡ Y qué libros ! En esta semana de miradas estaba con Sade: “ Los 120 días de Sodoma “ y “ Justine “. El primero terrible, más allá de lo pornográfico. Era un mensaje. De reojo me obsesioné con su pene. Por las noches, en mi cama, me hacía la paja.
Hasta que el viernes me saludó al llegar. Se presentó. Vive en Lloret. Es profesor de instituto. A partir de ese día le pude ver el pene colgando. Quiero decir que paseábamos juntos por la playa, hablando de situaciones con los alumnos. Mientras le miraba la polla ( con disimulo, ya sabes ) no pude evitar recordar la mamada que le hicimos a aquellos dos niñatos, el último sexo que tuve, aunque es demasiado llamarlo así. Tengo presente la situación, a pesar de los tres años pasados. Me preguntaba si el miembro de Pedro sería raudo, desconsiderado, sin tacto, como las pollas que nos llenaron la boca de semen en los baños de la discoteca. Tú lo tomaste a bien: “ Con casi setenta hemos hecho correrse a dos pipiolos que podrían ser nuestros nietos “. Me reí con lo de pipiolos, pero ni me dio gusto ni me sentí a gusto. Sí, es verdad, uno más que importa. Con nuestros sesentas ya casi en su fin, habremos follado con casi 200 tíos. Pero Frida, ya tú sabes que yo necesito algo más. Intuí, diría que tuve la seguridad que Pedro, al fin y al cabo un hombre formado, de treinta años, me llenaría el chocho y la mente. Y le invité a cenar en casa.
No me equivoqué. Se presentó con un ramo de rosas rojas. Fuera camisetas y vaqueros: con traje y corbata. Mi coño y mi cerebro estaban expectantes, ya felices.
Me galanteó en la cena. Fui valiente y comí en deshabillé. Me atreví a tentarlo con mi cuerpo experimentado…no te rías, que te estoy viendo. El postre fue lo mejor, fue su presente para la cita: una hermosa salchicha, y no alemana, fue lo que tragué. Te daré envidia. Me metí el glande en la boca, luego, poco a poco, su tronco gordo ( creo que no he visto miembro más grueso ). Él me paró. Iba a correrse y no quería. Volví a pensar en los nenes de la boite. ¡ Qué diferencia entre Pedro y ellos ! En el 69 que siguió vi lunas. Nadie me había lamido así el clítoris. Poco a poco, luego apretando. Su boca se metía en mi vagina. Me corrí como nunca. ¡ Hasta di gracias a Dios !
Pero él seguía con la verga dura. Me dijo que no quería eyacular. Creo que es el primer hombre con el que he hecho el amor que no quería dejar su semen en mi cuerpo. ¡ Y tú sabes que lo he hecho con muchos !
Me explicó lo inesperado. Resulta que se gana un sobresueldo como gigoló…ya te avanzo que a mí no me cobró. Cuando se fue, discurrí: un gigoló, un hombre de compañía, tiene que ser como Pedro: normal en su físico, más guapo que feo. Caballero, culto, libresco, considerado y con un falo grande. Yo, que he visto muchas, le calculé unos veinte. Aunque lo que dilató mis pupilas fue el grosor del miembro. La polla de Pedro es la más gorda que ha entrado en mi coño. Sí, mi querida Frida, porque al fin me penetró y se corrió rápido. Fue lo que le pedí: sentir su leche en el interior de mi vagina.
Me dormí abrazada a él.
No sé lo que pasará, No me hago más ilusiones de las debidas. Feliz estoy de ser follada nuevamente. Y con clase.
Un beso de chocolate en tu boquita, Frida

Tu amiga Denise, ahora bien follada

PD. No me tengas mucha envidia
******r63 Hombre
2.694 Publicación
Me temo que la envidia de Frida es inevitable tras semejante narración, al igual que la mía ante todo ese "señor" de 30 que con la suya de 20 alegran claramente a esta señora de "60 y muchos". Gracias una vez más @*******Desi
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